Según informó la Secretaría de Energía de la Nación, las exportaciones totalizaron el año pasado u$s9.677 millones, mientras que importaciones fueron de u$s4.009 millones. «El sector energético se consolida como uno de los motores de crecimiento para el país», dijeron el en Gobierno.
Gracias a un impulso en la actividad de Vaca Muerta, Argentina cerró 2024 con un superávit en la balanza comercial energética de u$s5.668 millones, el más alto de los últimos 18 años.
De acuerdo con el informe de la Secretaría de Energía de la Nación, las exportaciones energéticas alcanzaron u$s9.677 millones durante el año, mientras que las importaciones se ubicaron en u$s4.009 millones.
“El sector energético se consolida como uno de los motores de crecimiento para el país”, destacó el organismo liderado por María del Carmen Tettamanti.
El cambio significativo de 2024 se atribuye principalmente al crecimiento en la producción de hidrocarburos en Vaca Muerta. Según datos oficiales, la producción de petróleo y gas alcanzó los niveles más altos de las últimas dos décadas.
Según los registros históricos, entre 2006 y 2010 Argentina mantuvo un superávit en su balanza comercial energética.
Sin embargo, esta tendencia cambió en 2010, dando lugar a un período de déficit que se extendió por nueve años consecutivos.
En 2020, impulsado por la pandemia y una caída en el consumo y las importaciones energéticas, la balanza volvió a ser positiva. Pero esta recuperación fue breve: en 2021, 2022 y 2023 retornó el saldo negativo.
El cambio significativo de 2024 se atribuye principalmente al crecimiento en la producción de hidrocarburos en Vaca Muerta. Según datos oficiales, la producción de petróleo y gas alcanzó los niveles más altos de las últimas dos décadas.
“Argentina alcanzó niveles de producción de gas y petróleo que no se registraban desde 2003”, señaló la Secretaría de Energía en su balance del primer año de gestión del gobierno de Javier Milei.
En este contexto, se destacaron dos hitos: en noviembre, la producción de petróleo superó los 746.000 barriles diarios, mientras que en agosto se registró una producción de gas superior a 153 millones de metros cúbicos diarios, según el informe de Energía.
Petróleo argentino al mundo
El mercado petrolero argentino experimentó una verdadera revolución en 2024 gracias al impulso de Vaca Muerta, con Chile desempeñando un papel clave en la expansión de la industria.
Este dinamismo permitió consolidar un millonario superávit en la balanza comercial energética. Por un estrecho margen, Chile desplazó a Estados Unidos como el principal destino de las exportaciones de crudo, aunque esa posición podría revertirse en 2025.
Según el último informe de Intercambio Comercial Argentino (ICA) elaborado por el Indec, las exportaciones totales de petróleo generaron un negocio significativo que alcanzó los US$5.474 millones.
De ese total, más del 73% correspondió a ventas a Chile y Estados Unidos, lo que equivale a más de siete de cada diez dólares obtenidos por exportaciones.
Las cifras muestran que, entre enero y diciembre, las ventas de crudo a Chile sumaron US$2.015 millones, marcando un incremento interanual del 191%.
Este crecimiento exponencial refleja el impacto de la puesta en marcha del Oleoducto Trasandino (Otasa), que comenzó a operar en 2023 y potenció las exportaciones hacia el país vecino.
En segunda posición quedó Estados Unidos, con compras de petróleo por US$1.992 millones, lo que representa un incremento del 41% respecto a 2023.
En el tercer puesto se ubicó Brasil, con pedidos por US$522 millones, aunque esta cifra implicó una caída del 30% en comparación con el año anterior.
El listado de principales destinos se completó con los Emiratos Árabes Unidos, que importaron petróleo por US$257 millones, y Perú, con US$247 millones, consolidando el top cinco de compradores del crudo argentino.
Otasa, clave para las exportaciones argentinas
La tendencia que posicionó a Chile como el principal generador de divisas por exportación de crudo comenzó a perfilarse a mediados del año pasado.
Hasta julio de 2024, Estados Unidos mantenía cómodamente su liderazgo, una posición que había sostenido durante años.
Sin embargo, la puesta en marcha del Oleoducto Trasandino (Otasa) en mayo, junto con sus ampliaciones posteriores, marcó un punto de inflexión para el sector.
El relanzamiento del oleoducto, sumado a nuevos contratos con petroleras como Vista, Petronas, Shell y Equinor —que se sumaron a los envíos ya realizados por YPF—, fue clave para superar en generación de divisas al petróleo exportado por vía marítima.
Desde agosto, Chile pasó a encabezar el ranking de destinos, consolidando su posición como principal fuente de ingresos por exportaciones de petróleo argentino.
El Oleoducto Trasandino, que cuenta con 427 kilómetros de extensión, conecta el histórico yacimiento Puesto Hernández, en Rincón de los Sauces, con las instalaciones en Talcahuano, Chile.
Su reactivación no solo fue estratégica para dinamizar las exportaciones, sino que también subrayó la necesidad de ampliar su capacidad. Esto dependerá, en gran medida, de nuevas obras de infraestructura, especialmente del lado chileno.
Con miras al futuro, el desafío será mantener y expandir los envíos. En línea con esta estrategia, el gobierno prorrogó a finales de 2024, mediante el Decreto 1106/2024, la concesión del oleoducto por 10 años más, extendiéndola hasta diciembre de 2037.
La sociedad encargada de su operación, conformada por YPF y Chevron, será la responsable de garantizar su funcionamiento y optimización.
