APLA normalizó la actividad en el centro de simuladores, luego de que la Casa Rosada suspendió la negociación salarial y amenazó con cerrar la compañía. Las prácticas se retoman en un momento crucial: en diciembre deben renovar las licencias unos 300 pilotos.
La tensión entre los gremios aeronáuticos y Aerolíneas Argentinas llegó a un desenlace parcial luego de la cancelación de varios vuelos internaciionales por la suspensión de actividades en el Centro de Entrenamiento en Simuladores (CEFEPRA). Tras la presión del Gobierno, que ante esa situación suspendió la mesa de discusión salarial, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) decidió suspender temporalmente la medida de fuerza.
La decisión del sindicato de los pilotos se da cuando todavía resuenan las fuertes advertencias que desde Casa Rosada lanzaron contra los trabajadores de Intercargo, la empresa que opera las plataformas de embarque en Aeroparque y Ezeiza, por el sorpresivo paro que el miércoles generó un caos en ambas terminales.
La protesta fue por el despido de un trabajador, y desde distintas áreas de la gestión libertaria anticiparon que habrá represalias: los acusan de haber privado de la libertad a los pasajeros de las aerolíneas privadas JetSmart, Flybondi y Latam, que no podían bajar de los aviones.
Momento crucial para los entrenamientos en Aerolíneas Argentinas
En el caso de los pilotos de Aerolíneas Argentinas, al verse impedidos de realizar los ejercicios por la medida de fuerza que impulsaron, no podían obtener las habilitaciones correspondientes para volar, que deben renovar periódicamente.
En consecuencia, por falta de personal idóneo, en los últimos días se repitieron cancelaciones de servicios internacionales de la aérea estatal. La situación se encaminaba a llegar a un punto crítico en diciembre, con el vencimiento de 300 licencias, lo que virtualmente dejaría sin personal para pilotear las aeronaves.
Según remarcaron los pilotos, la decisión se enmarca en “la voluntad y el esfuerzo” los trabajadores por encontrar un camino de negociación.
Ante ese marco, y luego de que Aerolíneas Arñgentinas apostó fuerte a la temporada de verano, el gobierno advirtió que APLA debía levantar el paro iniciado el 30 de octubre, o presentar un plan para normalizar las operaciones. En caso contrario, la compañía podría enfrentarse a un cierre definitivo mediante el Plan Preventivo de Crisis. Ante esa advertencia, finalmente los pilotos decidieron postergar la protesta.
“Con relación al reclamo de recomposición salarial que mantenemos con Aerolíneas Argentinas, hemos decidido demostrar, una vez más, nuestra disposición al diálogo, tal como lo hemos venido manifestando desde el inicio de este conflicto”, publicaron desde APLA en redes sociales.
“Por esta razón, a partir de este jueves 7 de noviembre, suspendemos temporalmente las medidas de acción gremial que estamos llevando adelante en CEFEPRA, las cuales impactan en la actividad de simuladores de vuelo y cursos teóricos”, indicaron.
Según remarcaron los pilotos, la decisión se enmarca en “la voluntad y el esfuerzo” de los trabajadores por encontrar un camino de negociación que permita recomponer los salarios.
“La suspensión tiene como objetivo reiniciar las negociaciones salariales con un enfoque en la buena fe. Si esto no se cumple, retomaremos las acciones programadas”, cerró el comunicado de la entidad que comanda Pablo Biró.
Tensión en las pistas por el paro de Intercargo
En medio de esta tire y afloje, el miércoles se desató el caos en Aeroparque y Ezeiza debido a un paro sorpresivo de Intercargo, motivado por el despido de un trabajador.
Esta acción paralizó las operaciones de rampa y traslado, dejando a pasajeros de Flybondi, JetSMART y LATAM retenidos en sus aeronaves por casi tres horas.
La Secretaría de Transporte denunció penalmente a la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) por privar ilegalmente de la libertad a los pasajeros, incluyendo a personas vulnerables como embarazadas y niños.
En tanto la empresa Intercargo, actuando bajo la instrucción del titular de la misma cartera, Franco Mogetta, denunció al sindicato ante la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Con la ayuda de esa fuerza federal, se logró evacuar a los viajeros pasajeros de los aviones durante la protesta.
Tras el conflicto, la empresa anunció que descontará las horas no trabajadas a los empleados que participaron en la medida de fuerza, calificando el paro como encubierto y perjudicial para la salud pública.
Las consecuencias de las asambleas fueron significativas para las aerolíneas privadas. Flybondi canceló 8 vuelos, afectando a más de 1,340 pasajeros, y retrasó 4 vuelos adicionales. Por su parte, JetSMART canceló 18 vuelos y reprogramó 16, impactando a cerca de 6,000 pasajeros.
Ambas compañías tuvieron que reubicar parte de sus vuelos en el Aeropuerto de Ezeiza para mitigar los efectos y garantizar la continuidad de sus operaciones.
Este conflicto ha generado un gran malestar entre los usuarios y ha puesto en evidencia la fragilidad del sector ante las disputas laborales. El gobierno mantuvo su postura firme y, por ahora, la situación parece haberse calmado. Resta saber como avanzarán las instancias de diálogo en los próximos días.