El megaoperativo de transporte del equipo de 456 toneladas, destinado a la nueva unidad de hidrosulfuración de la petrolera nacional en Luján de Cuyo, no pudo continuar por la necesidad de reforzar un puente.
El traslado del reactor más pesado del país, fabricado por IMPSA, tuvo que interrumpirse luego de completar las dos primeras etapas desde la planta industrial hasta la destilería de YPF en Luján de Cuyo.
La estructura, que pesa 456 toneladas y se considera una de las piezas más voluminosas en la historia del transporte de cargas especiales en Argentina, permanece a la espera de nuevos estudios técnicos que permitan garantizar su paso seguro por un puente de la Ruta Nacional 7.
Su traslado exige cortes de tránsito programados, desvíos provisorios y coordinación entre distintos organismos.
El operativo, que comenzó el viernes 15 de agosto con un despliegue coordinado de maquinaria y personal especializado, había logrado avanzar en su itinerario hasta que surgió la necesidad de evaluar la capacidad estructural del cruce vial que conecta con la Ruta Provincial 15.
Los ingenieros determinaron que el puente no está en condiciones de soportar semejante peso sin medidas adicionales de refuerzo.
La empresa a cargo del transporte presentó el viernes 15 de agosto un estudio técnico que actualmente está siendo evaluado por Vialidad Nacional, con el compromiso de otorgar la aprobación con “la mayor celeridad y rigurosidad profesional”.
“Estos trabajos de precisión resultan indispensables para resguardar las estructuras viales y a los usuarios, por lo que el atraso responde exclusivamente a cuestiones de seguridad y no a demoras administrativas”, explicaron desde el organismo encargado de la red nacional.
Un megaoperativo de transporte
La magnitud del reactor obligó a diseñar un esquema logístico minucioso que contempla el desplazamiento con tres camiones equipados con 26 ejes hidráulicos. Este sistema de transporte permite distribuir de manera equilibrada la carga y avanzar a muy baja velocidad, asegurando la estabilidad en cada tramo.
Según los técnicos involucrados, el operativo requiere no solo un control constante, sino también una planificación de tránsito ajustada a cada kilómetro recorrido. L
as dimensiones de la pieza reflejan la complejidad del desafío logístico. Con 38 metros de largo, 7,8 de alto y 6,7 de ancho, el reactor equivale en volumen y peso al de 30 camiones cargados.
Su traslado exige además cortes de tránsito programados, desvíos provisorios y coordinación entre distintos organismos para garantizar la seguridad de los conductores y del propio equipo en movimiento.
La operación se desarrolla bajo estrictos protocolos que incluyen inspecciones previas de puentes, rutas y curvas pronunciadas. El objetivo es anticipar cualquier eventualidad y evitar que la enorme estructura comprometa la infraestructura vial existente. En cada fase, los técnicos deben analizar la resistencia del suelo, las pendientes y la capacidad portante de las calzadas.

Aunque la pausa en el itinerario generó expectativa en la zona, las autoridades remarcaron que se trata de «un procedimiento normal» en proyectos de esta magnitud.
Los próximos días serán clave para definir la reanudación del operativo, una vez que se concluyan las tareas de apuntalamiento y se emita la aprobación definitiva. Cuando finalmente llegue a destino, el reactor permitirá dar un salto tecnológico en la producción de combustibles más limpios en Argentina.
El reactor para YPF
El reactor será instalado en la nueva unidad de Hidrosulfuración (HDS II) del Centro Industrial Luján de Cuyo, infraestructura que se encuentra en su etapa final de construcción.
Se trata de un equipo fundamental para que la planta pueda producir diésel de ultrabajo contenido de azufre, en línea con los estándares internacionales más exigentes de combustibles limpios.
La tecnología de hidrosulfuración que se incorporará permitirá reducir a 10 partes por millón el nivel de azufre en el gasoil, una mejora significativa en comparación con combustibles de generaciones anteriores.
Este avance no solo disminuirá el impacto ambiental, sino que también favorecerá la vida útil y el rendimiento de los motores modernos, especialmente los que integran sistemas de inyección avanzada y filtros de partículas.