Impulsadas por la Inteligencia Artificial, la energía de fusión y las tecnologías de frontera, estos minerales vuelven al centro del debate global. Un informe advierte que en el país hay antecedentes, potencial geológico y capacidades técnicas para sumarse a la carrera, pero falta una decisión estratégica.
La discusión global sobre los minerales estratégicos atraviesa una redefinición acelerada. Si durante la última década el foco estuvo puesto casi exclusivamente en el litio y el cobre, hoy el tablero geopolítico incorpora con fuerza a las tierras raras, un conjunto de elementos indispensables para las tecnologías que marcarán el rumbo del desarrollo económico y energético mundial.
Inteligencia Artificial avanzada, superconductividad de alta temperatura y energía de fusión conforman un triángulo tecnológico que vuelve a ubicar a estos minerales en el centro de las decisiones estratégicas de las principales potencias.
La Patagonia aparece como una región de interés, particularmente por la presencia de arenas pesadas que ofrecen un entorno geológico favorable para este tipo de mineralización.
Ese es el punto de partida del informe elaborado por Eduardo Barrera, ex secretario de Minería de la Nación y asesor de la Unión Europea, quien desde hace décadas analiza la evolución internacional de los minerales críticos.
El documento advierte que, aunque la Argentina todavía transita una etapa incipiente, cuenta con antecedentes y condiciones que podrían permitirle integrarse al grupo de futuros proveedores estratégicos, siempre que exista una definición política clara y una planificación de largo plazo.
Las tierras raras cumplen un rol clave en sectores de frontera tecnológica. En particular, Barrera destaca su importancia en la Superconductividad de Alta Temperatura, donde se utilizan compuestos como los YBCO, basados en itrio, bario y óxidos de cobre.
Estos materiales son esenciales para el confinamiento magnético del plasma en los desarrollos de energía de fusión, una tecnología distinta de la fisión nuclear tradicional y considerada por Estados Unidos, China y la Unión Europea como una de las principales apuestas para lograr energía limpia, abundante y a bajo costo en el futuro.
El vínculo con la Inteligencia Artificial no es menor. Sin una fuente energética robusta y eficiente, el despliegue pleno de la llamada Inteligencia Artificial General —capaz de razonar en múltiples dominios— enfrenta límites estructurales.
En ese contexto, las tierras raras dejan de ser un insumo industrial más y pasan a convertirse en un activo estratégico, con implicancias directas en la competitividad global.
Antecedentes poco conocidos y un potencial por reactivar
En ese mapa global, la Argentina aparece con una trayectoria modesta pero significativa. El informe recuerda que la primera exploración sistemática de tierras raras en el país se llevó a cabo entre 1988 y 1989 en la provincia de Misiones, bajo un enfoque que para la época resultó pionero.
Incluso antes, durante la década de 1940, se había registrado la extracción de aproximadamente una tonelada de monacita —un mineral portador de tierras raras— en Valle Fértil, San Juan.
Se trata de antecedentes poco difundidos, pero relevantes, que muestran que el país no parte de cero. Para Barrera, ese recorrido histórico puede convertirse hoy en un punto de apoyo para relanzar la exploración bajo nuevas prioridades, metodologías modernas y una mayor precisión geológica, alineada con los estándares internacionales actuales.

El especialista subraya que la atención debería centrarse especialmente en las tierras raras pesadas, consideradas las más estratégicas por su uso en tecnologías avanzadas y por su mayor escasez relativa.
En ese sentido, la Patagonia aparece como una región de interés, particularmente por la presencia de arenas pesadas que ofrecen un entorno geológico favorable para este tipo de mineralización.
La advertencia es clara: recuperar el tiempo perdido exige una decisión explícita de priorización. Eso implica avanzar hacia modelos de exploración moderna, incorporar exigencias ambientales compatibles con los estándares europeos y pensar desde el inicio en esquemas de industrialización asociada que eviten repetir el patrón histórico de exportación primaria sin valor agregado.
Tierras raras: de recurso geológico a activo estratégico
Uno de los aportes centrales del informe es ampliar la mirada más allá de lo estrictamente minero. Las tierras raras no solo son un recurso natural: se han transformado en insumos geopolíticos.
Estados Unidos, China, la Unión Europea, Corea del Sur y Japón ya desplegaron políticas activas para asegurar su abastecimiento, que incluyen incentivos a la exploración, financiamiento público-privado y el desarrollo de cadenas de valor completas.
Ese escenario abre una ventana de oportunidad para países con potencial aún no explotado. Según Barrera, la Argentina cuenta además con capacidades científicas y tecnológicas subutilizadas que podrían complementar un programa de desarrollo de tierras raras.
Laboratorios públicos con experiencia en caracterización mineral, institutos especializados en materiales avanzados y un ecosistema académico con trayectoria en metalurgia extractiva forman una base que, aunque dispersa, podría articularse bajo una estrategia común.
El desafío radica en coordinar esas capacidades con una planificación de largo plazo, financiamiento sostenido y objetivos realistas que faciliten alianzas internacionales.
El potencial argentino, en ese sentido, no es solo geológico, sino estratégico: integrar políticas mineras, científicas y tecnológicas para insertarse en un mercado donde estos minerales ya son tratados como activos críticos.
La conclusión del informe es tan directa como inquietante. “Lo raro no son las tierras raras. Lo raro es que Argentina aún no haya tomado una decisión estratégica sobre ellas”, plantea Barrera.
La transición energética global, la expansión tecnológica y la disputa por los materiales críticos avanzan a una velocidad inédita. Los países que ya comprendieron esta dinámica trabajan para asegurar recursos, desarrollar cadenas productivas y consolidarse como proveedores confiables.




