La terminal reanuda los vuelos comerciales en las primeras horas del martes 23, luego de casi cuatro meses de trabajos destinados a mejorar la seguridad y la vida útil de la pista. Así, vuelve a operar en el inicio de la temporada alta de verano, con los refuerzos habituales.
A 48 horas de la Nochebuena, el Aeropuerto Internacional Piloto Civil Norberto Fernández de Río Gallegos retoma su actividad aerocomercial plena luego de un prolongado proceso de rehabilitación de su pista principal.
La reapertura se produce en un contexto de alta demanda estacional, con el inicio de la temporada de verano y las Fiestas de fin de año, cuando crece el flujo creciente de pasajeros hacia y desde la capital de Santa Cruz.
El acto formal de reapertura está previsto para este lunes a las 16 horas y la rehabilitación de los vuelos comerciales, para las .
La terminal aérea permaneció fuera de servicio para vuelos comerciales desde el 1° de septiembre, período durante el cual la operatoria regular fue suspendida y reemplazada por un esquema restringido que solo permitió vuelos sanitarios y traslados vinculados a insumos médicos.
Durante ese lapso, la conectividad aérea de Río Gallegos fue absorbida principalmente por el aeropuerto de El Calafate, que concentró la mayoría de los servicios desviados.
El acto formal de reapertura está previsto para este lunes (hoy) a las 16, con la participación de autoridades provinciales y representantes de Aerouertos Argentina.
Si bien la ceremonia marcará el cierre institucional de las obras, la reanudación efectiva de los vuelos comerciales comenzará en la madrugada del martes 23 de diciembre, cuando se concrete el primer servicio programado con destino a la Ciudad de Buenos Aires.
Según el cronograma oficial, el vuelo inicial estará a cargo de Aerolíneas Argentinas y partirá a las 2:10 desde Río Gallegos hacia Aeroparque. A partir de esa operación, se espera una recuperación gradual de las frecuencias habituales, incluyendo los enlaces con Buenos Aires, Comodoro Rivadavia y Ushuaia.
Los trabajos en el aeropuerto de Río Gallegos
Las tareas ejecutadas sobre la pista incluyeron su fresado integral, la aplicación de nuevas capas asfálticas y la renovación completa de la señalización, tanto horizontal como vertical.

Además, se realizaron mejoras en el sistema de balizamiento y se llevaron a cabo controles técnicos destinados a verificar la integridad estructural de la superficie, con el objetivo de restablecer las condiciones de seguridad operativa.
Desde el ámbito oficial se indicó que los trabajos permitieron extender la vida útil de la infraestructura aeroportuaria y adecuarla a los estándares vigentes. Además, se destacó que la obra se desarrolló dentro de los plazos previstos y sin desvíos que comprometieran el cronograma de reapertura establecido.
La inversión destinada a la rehabilitación fue cercana a los 30 millones de dólares y estuvo financiada de manera conjunta por el Ministerio de Transporte de la Nación y la concesionaria Aeropuertos Argentina 2000. Días antes de la reapertura, funcionarios provinciales recorrieron las instalaciones para constatar el estado final de la pista y las áreas intervenidas.
Preocupación por El Calafate
En paralelo al restablecimiento de la actividad en Río Gallegos, surgió preocupación en torno a la situación operativa del Aeropuerto Internacional de El Calafate, que durante los últimos meses aportó una autobomba aeroportuaria para garantizar los niveles mínimos de seguridad en la capital santacruceña.
La eventual no devolución de ese equipo podría reducir el margen operativo de la terminal. De acuerdo con información difundida por medios locales, el aeropuerto de El Calafate dispone actualmente de una única autobomba propia, que ha presentado inconvenientes por falta de mantenimiento, además de un vehículo antiguo que cumple funciones complementarias.
La normativa de la Organización de Aviación Civil Internacional establece requisitos específicos en materia de lucha contra incendios, cuyo incumplimiento puede derivar en una reducción de la categoría operativa.
Cabe recordar que, en marzo pasado, la terminal de El Calafate debió suspender completamente su actividad aerocomercial cuando su equipamiento contra incendios quedó fuera de servicio. En aquella oportunidad, el préstamo de una autobomba desde Río Gallegos permitió reanudar los vuelos, una situación que ahora vuelve a ser observada con atención en el inicio de la temporada alta.


