La low cost acumula cada vez más problemas en sus operaciones y se repiten las quejas. El último domingo, de 68 vuelos programados, 39 sufrieron atrasos y 14 fueron suspendidos.

El 2024 de Flybondi, la segunda aerolínea con más participación en el mercado argentino, estuvo plagado de complicaciones. Sus reiteradas fallas en cumplir con sus cronogramas y varios desperfectos en pista, le valieron una sanción de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y una advertencia del gobierno.

A pesar de las intimaciones, la empresa no empezó el año mucho mejor de lo que terminó el anterior y tuvo problemas considerables el último fin de semana. Solo el domingo, de 68 vuelos, 39 se demoraron en despegar y 14 fueron cancelados. Entre los retrasos, se destaca el de la operación FO 5221 desde Tucumán a Aeroparque, que salió 12 horas 51 minutos tarde.

El Gobierno eliminó el sistema de evaluación estadístico que realizaba un ranking de cumplimiento horario de las operaciones aéreas.

Las irregularidades se extendieron hasta el lunes, cuando de 41 vuelos, 9 tardaron más de 30 minutos en despegar y 18 fueron cancelados. Los inconvenientes son estructurales y la temporada alta pone de relieve la situación de la low cost.

El malestar ya es generalizado y según un estudio difundido en diciembre pasado por la consultora ‘Reputación Digital’, la empresa fue catalogada como una de las peores aerolíneas a nivel mundial. Los reclamos y cuestionamientos van desde los usuarios hasta las autoridades provinciales, particularmente las vinculadas al turismo.

Tras uno de los tres incidentes que se dieron en Puerto Madryn este año, el Intendente de la ciudad, Gustavo Sastre disparó: “Tendrían que tratar de implementar el dejar una butaca vacía y llevar a los técnicos con determinados elementos para poder repararlos y no tener que estar esperando 24 o 48 horas a que se dignen a venir a arreglar sus aviones”.

En Salta, en diciembre, el titular de la Defensoría del Pueblo, Federico Núñez Burgos, presentó una solicitud de sanciones contra la low cost a la ANAC. Vale señalar que ese mes, la crisis llegó a su cúspide con la cancelación de más de 70 vuelos entre Navidad y Año Nuevo.

La crisis de Flybondi

Solo durante el año pasado, la firma tuvo decenas de inconvenientes, desde accidentes en pista, hasta problemas de mantenimiento, sanciones, cancelaciones y demoras. Esta última, es difícil de cuantificar dado que en septiembre el gobierno eliminó el sistema de evaluación estadístico mediante el cual se realizaba un ranking de cumplimiento horario de las operaciones aéreas.

En enero, uno de los aviones de Flybondi sufrió un «tail strike» al aterrizar en Mar del Plata, mientras que el 27 del mismo mes, un aterrizaje de emergencia provocó el cierre momentáneo del aeropuerto de Ezeiza.

Flybondi, Vuelos cancelados, ANAC
Los daños luego del «tail strike» en Mar del Plata.

En febrero, la aerolínea recurrió al alquiler de aviones de Andes debido a la imposibilidad de mantener su flota operativa, con tres Boeing 737-800 en tierra por falta de pago a proveedores en dólares. Durante Semana Santa, la low cost alcanzó un récord mundial con la cancelación de 22 vuelos.

Más adelante, el 20 de junio, un avión de la compañía se despistó en Bariloche, lo que derivó en el cierre temporal del aeropuerto. Problemas similares se repitieron en Puerto Madryn, donde el 22 de julio, el 20 de octubre y el 18 de diciembre, fallas en sus aeronaves provocaron la suspensión de operaciones, con un cierre de hasta 48 horas en uno de los casos.

En octubre, un avión quedó varado en Neuquén y debió recibir asistencia desde Buenos Aires. En noviembre, la aerolínea canceló el 20% de sus vuelos programados y reprogramó más de 700 servicios.

Durante las Fiestas, entre Navidad y Año Nuevo, 13.000 pasajeros se vieron afectados por 71 cancelaciones o reprogramaciones.

Por último, a finales de diciembre, una falla técnica obligó a un avión con estudiantes de Córdoba a Bariloche a regresar a su punto de partida.

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