El INDEC presentó un primer informe elaborado a partir de evaluaciones sistemáticas de la eficiencia energética en el país. Los datos corresponden al período 2018-2021. La gran mayoría de los insumos utilizados provienen de combustibles fósiles.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) presentó el primer informe de los estudios con los que empezó a evaluar de manera sistemática los flujos físicos de energía en la economía argentina, en el que se destaca que el 82,8% es consumido por actividades productivas.

No todas las actividades económicas consumen la misma cantidad de energía. Las tres actividades con mayor demanda son, de mayor a menor, los servicios de electricidad, gas y agua; la industria manufacturera; y el sector de transporte, almacenamiento y comunicaciones.

Estas tres áreas, en conjunto, representan el 89,2% del consumo intermedio total de energía.

En cuanto a los insumos energéticos extraídos del entorno, Argentina recurre en un 93,6% a recursos no renovables como petróleo, gas y carbón.

En un nivel considerablemente menor, siguen otras actividades como la explotación de minas y canteras; la agricultura, ganadería, caza y silvicultura; el comercio mayorista y minorista, junto con la reparación de vehículos automotores, motocicletas y enseres domésticos; así como la administración pública, la defensa y los planes de seguridad social obligatorios.

Al analizar los principales productos energéticos por actividad, se observa que la industria manufacturera utiliza en un 60,1% petróleo, mientras que el transporte depende en un 76% de gasoil.

En la agricultura, ganadería, caza y silvicultura, el gasoil también predomina con un 93,6%, y en la construcción, el gas representa el 44,5% del consumo energético.

El 13,8% de la energía corresponde al consumo energético de los hogares, que adquieren estos productos de proveedores. Aquí, el gas es también la principal fuente de energía (38,6%), seguida por la nafta (29,5%), la electricidad (24,9%) y el gasoil (7,0%).

Por otro lado, el 3,7% de la energía se destina a la exportación. Un 61,2% corresponde a petróleo, seguido muy de lejos por un 16,0% de biodiesel y 14,6% de transporte y distribución de gas.

El análisis proporciona una visión detallada de la energía ofertada y demandada en la economía, identificando qué actividades productivas son más intensivas en consumo energético, cuánta energía se extrae, reutiliza y cuánta vuelve al ambiente como residuo, entre otros aspectos.

La serie de datos presentada abarca el período 2018-2021 y corresponde a la misma serie publicada en los cuadros de oferta y utilización del Sistema de Cuentas Nacionales.

De dónde provienen los insumos energéticos

En cuanto a los insumos energéticos extraídos del entorno, Argentina recurre en un 93,6% a recursos no renovables como petróleo, gas y carbón.

Las energías renovables, como la hídrica, eólica y solar, representan en el período analizado el 4,5%, mientras que el 2% proviene de recursos basados en biomasa, como soja, maíz y caña de azúcar.

Del total de energía disponible, el 2,8% se pierde en los procesos de extracción y distribución, regresando al ambiente en forma de desperdicio.

Energía Solar, Genneia, Energías Renovables, Paneles Solares, Mendoza
Las energías renovables, como la hídrica, eólica y solar, representan el 4,5% de los insumos energéticos extraídos del entorno.

El informe parte de la determinación de la «oferta energética total,» medida en miles de toneladas equivalentes de petróleo (kTEP). Este valor incluye el flujo de energía que circula en la economía (155.380,6 kTEP), la energía extraída del ambiente (78.080,6 kTEP) y la que retorna al ambiente como residuos (6.664,8 kTEP).

Productividad vs intensidad energética

El informe revela que la productividad energética de Argentina es de 4,6. Esto significa que, por cada unidad de energía usada, el país genera un valor económico de 4,6 veces esa unidad.

En cuanto a la intensidad energética, el valor es 0,2, lo que indica que se requiere solo el 20% de la energía en relación con el producto interno bruto (PIB) para mantener el mismo nivel de producción.

Estos números son importantes porque ayudan a evaluar cómo se está utilizando la energía en la economía.

Un valor alto en productividad energética y bajo en intensidad energética indica que el país está siendo eficiente en el uso de sus recursos energéticos, logrando más producción con menos energía.

El objetivo es que el país logre una alta productividad energética (produciendo más con la misma cantidad de energía) y una baja intensidad energética (utilizando menos energía para la misma producción).

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