Con una inversión inicial de 1.259 millones de dólares, la unión transitoria de siete empresas que tomará control de las áreas buscará reactivar pozos inactivos y revertir el declino productivo. La adjudicación definitiva se concretará el 1° de diciembre.
Las autoridades energéticas de Santa Cruz proyectan que, durante los primeros 18 meses de inversión de la nueva UTE que se hará cargo de los yacimientos maduros que dejó YPF, la producción en el Golfo San Jorge no solo logre estabilizarse, sino que incluso aumente en un 25% o más.
La estimación se basa en los resultados obtenidos en 2023, cuando la petrolera nacional llevó adelante tareas de workover —recuperación de pozos— con una tasa de éxito del 24,2%, lo que permitió reactivar parte del potencial de los yacimientos sin grandes desembolsos.
El objetivo inmediato del Gobierno provincial es detener el declino productivo que afecta al bloque, donde casi el 80% del crudo actual proviene de apenas tres zonas.
Si se repite ese rendimiento, los 139.942,88 m³ de crudo que se extrajeron en septiembre podrían incrementarse en unos 40.000 m³ adicionales por mes, equivalentes a más de 220.000 barriles o unos 7.300 barriles diarios de petróleo.
De acuerdo con los reportes oficiales de la Secretaría de Energía de la Nación, las áreas más productivas son Las Heras–Cañadón de la Escondida (39.351,85 m³/mes), Los Perales–Las Mesetas (34.297 m³/mes), Cañadón León–Meseta Espinoza (28.522 m³/mes) y El Guadal–Lomas del Cuy (15.530,66 m³/mes).
Licitación y objetivos de inversión
El proceso de licitación de las áreas que YPF transfirió a Fomicruz avanza hacia su adjudicación definitiva a una Unión Transitoria de Empresas (UTE) integrada por siete firmas privadas. A partir del 1° de diciembre, el consorcio tomará el control operativo de las diez áreas ubicadas en el flanco norte de Santa Cruz.
El objetivo inmediato del Gobierno provincial es detener el declino productivo que afecta al bloque, donde casi el 80% del crudo actual proviene de apenas tres zonas.
Por eso, el eje de la primera etapa de inversión —estimada en 1.259 millones de dólares— será la recuperación de pozos inactivos, una medida que ya demostró efectividad en experiencias previas de CGC tras adquirir activos de Petrobras en la Cuenca Austral y de Sinopec en el mismo Golfo.
Esta estrategia apunta a poner nuevamente en marcha pozos que fueron paralizados por falta de inversión, no por agotamiento de reservas, permitiendo mejoras rápidas en el volumen de producción sin requerir grandes montos iniciales.
Distribución de áreas y operadoras
Aunque la inversión global corresponde a las diez áreas licitadas, la explotación será distribuida internamente entre las compañías que conforman la UTE.
Hasta 2031, Patagonia Resources S.A. tendrá a su cargo Los Perales–Las Mesetas, Los Monos y Barranca Yankowsky. En esta última, actualmente no se extrae ni un barril al mes, lo que refleja el margen de recuperación disponible.

Clear Petroleum S.A. operará Las Heras–Cañadón de la Escondida, el bloque más productivo del conjunto; mientras que Quintana E&P Argentina S.R.L. y Quintana Energy Investments S.A. explotarán de manera conjunta Cañadón León–Meseta Espinoza, la tercera área en importancia.
Por su parte, Roch Proyectos S.A.U. se hará cargo de Cerro Piedra–Cerro Guadal Norte, El Guadal–Loma del Cuy y Cañadón Yatel; Brest S.A. reactivará Pico Truncado–El Cordón; y Azruge S.A. operará Cañadón Vasco.
Innovación tecnológica y nuevos modelos
El desafío no se limita a la recuperación de pozos: la apuesta a futuro será incorporar tecnologías de perforación avanzada y métodos de recuperación terciaria, como la inyección de polímeros en pozos maduros, técnica ya aplicada con éxito en el yacimiento Diadema, en Chubut.
Durante la apertura de la oferta económica, el representante de la UTE, Gustavo Salerno, sostuvo que el reto es “enorme” y que el principal cambio será comprender que “el modelo anterior terminó, ya no está más vigente”.
“Recuperar producción a un costo por barril que haga sustentable la extracción de petróleo es vital, y para eso se requiere un modelo que va de la mano de las nuevas tecnologías y la innovación”, afirmó.
Reactivación y empleo en el norte de Santa Cruz
La puesta en marcha del nuevo esquema productivo también tiene un fuerte componente social y económico. La reactivación de los yacimientos significará nuevas oportunidades de empleo para los trabajadores del flanco norte de Santa Cruz, que esperan con expectativas el regreso de la actividad.
El Gobierno provincial confía en que esta alianza público-privada, combinada con un enfoque tecnológico moderno, permita revertir años de caída en la producción y restablecer el dinamismo en uno de los polos petroleros históricos de la Patagonia.




