Por Lucas Martínez

El 90% de la carga que ingresa o sale del país, lo hace a través de camiones que circulan por las rutas nacionales. En ese sentido, uno de los corredores más importantes para el traslado de mercancías es el que va desde el puente Zárate Brazo Largo (Buenos Aires) hasta el empalme con Paso de los Libres (Corrientes), en la traza que recorre las Rutas 12 y 14. Se trata del corredor Vial N°18 –conocido como la ruta del Mercosur, por conectar con Brasil, Uruguay y posteriomente Paraguay- cuya situación actual es “delicada”.

Hasta octubre de este año la concesión le pertenece a Caminos del Río Uruguay S.A. (Crusa), empresa que entró en concurso preventivo en febrero y denuncia un “ahogo financiero”. El conflicto radica en la falta de inversión en el tramo que, con el continuo pasar de los vehículos pesados, requiere de mantenimiento frecuente. El corredor es fundamental para el comercio exterior de la región y por él circulan cerca de mil camiones diarios.

Conocida como la ruta del Mercosur, el Corredor Vial N°18 conecta a la argentina con Brasil, Uruguay y Paraguay, y es considerada una arteria clave para el transporte de carga del bloque sudamericano.

A pesar de su importancia, la realidad es que se necesitan inversiones de infraestructura con urgencia, pero con la finalización de los contratos a pocos meses, el foco está puesto en la futura gestión. En ese marco, el Gobierno maneja tres alternativas, la primera es otorgarle a la concesionaria actual una prórroga y llevar adelante una nueva licitación a través del mecanismo de Participación Pública Privada (PPP), como se realizó en 2018. Una segunda opción: que la Dirección Nacional de Vialidad (DNV) se haga cargo de forma provisoria del correspondiente mantenimiento y conservación a través de la reasignación efectiva de parte de los fondos provenientes del Impuesto a los Combustibles. Como tercera posibilidad sobre la mesa aparece la creación de una empresa regulada por Vialidad.

Cabe recordar que la empresa se hizo con los derechos de las R12 y R14 en la década del 90 y desde hace casi dos décadas que no hay verdaderas obras de renovación a pesar de los reiterados reclamos, tanto de las Cámaras empresarias que nuclean a las principales transportistas del país, como por parte de la concesionaria y Vialidad, que con versiones encontradas se pasan la pelota desde hace meses.

Un corredor importante, pero peligroso

Todas estas disputas desembocan en rutas peligrosas y deterioradas que afligen a uno de los corredores neurálgicos del autotransporte de cargas. Para evaluar su condición actual, la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Carga (FADEEAC) está llevando a cabo una campaña de relevamiento en las rutas para concentrar las necesidades del corredor. En ese sentido, Dinamicarg pudo dialogar con Carlos Gutiérrez, arquitecto y consultor de FADEEAC que está cargo de la campaña. “Nosotros lo que hacemos es transitar la ruta y evidenciar su nivel de transitabilidad, un concepto que utilizamos para cuantificar como se circula en una vía”, explicó.

Puente Zárate Brazo Largo

Para la evaluación, la entidad transportista emplea un sistema de ranking que va del 1 al 5, siendo uno 1 las rutas de ripio, y 2 aquellas que presenten baches frecuentes, ahuellamientos extensos, falta de banquina y pobre/nula señalización. “Ya la 3 es la más usual, tiene algunos baches y ahuellamiento, pero es adecuada, estaría en el nivel de advertencia. La categoría 4 son carreteras que solo tienen baches aislados, buena visibilidad en las señales horizontales y mantenimiento regular, y las 5 están en perfectas condiciones”, explica Gutiérrez.

Según el mapeo (que aún está en proceso), el corredor vial tiene menos de 30 kilómetros que entran en las categorías tres y cuatro. El resto del tramo está compuesto por rutas de los niveles más bajos, donde los accidentes son frecuentes y el daño impacta tanto en lo económico como en lo social. “Además ¿qué sucede?, cuando hay accidentes no hay arreglos detrás, hay raíles rotos que están semanas en medio del camino. Chocan camiones de carga de madera y los restos de la madera quedan ahí mucho tiempo”, agrega el arquitecto.

Uno de los problemas principales que señalan desde la Federación es que “no se tiene en cuenta la ruta como factor de los accidentes, o sea si un camión cruza de carril para evitar el ahuellamiento, que ya de por si causa daños a los neumáticos, a los sistemas internos de los vehículos y demás, y choca a un particular, en Vialidad la causa va a ser “circulación por carril indebido”, y el estado de la vía no es considerado”.

“En un camino en el que se debe frenar constantemente y no se puede subir la velocidad, los neumáticos se gastan más rápido y el combustible no rinde de manera eficiente”, enumera Gutiérrez. Luego de casi 20 años sin obras importantes, esa es la situación de uno de los caminos más recorridos por los camiones de cargas.

En unas semanas, la Federación elevará los resultados de la campaña (que atañe a más rutas que las del corredor 18) y se tendrá el panorama completo, pero la determinación más importante, tendrá lugar en octubre cuando se defina la nueva gestión. Sea cual fuere el resultado deben tomarse medidas de forma inmediata porque cada día la problemática, como los ahuellamientos, se profundiza un poco más, los costos aumentan y, fundamentalmente, se arriesgan vidas.

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