Reunió a más de 200 oradores y mostró un consenso mayoritario en torno al plan de Southern Energy, que prevé instalar un segundo buque de licuefacción frente a la costa de la localidad.
El proyecto de instalación de un segundo buque de gas natural licuado en San Antonio Este avanzó un paso más con la realización de la audiencia pública destinada a evaluar el estudio de impacto ambiental del proyecto para la exportación de GNL.
El encuentro, organizado por la Secretaría de Energía y Ambiente de Río Negro junto con autoridades locales, se desarrolló en el Gimnasio Municipal de la localidad y reunió a un total de 215 oradores y 33 expositores que presentaron sus argumentos en torno a la iniciativa denominada “FLNG Etapa 2 – Buque MK II”.
La audiencia convocó a funcionarios, especialistas, sindicatos, organizaciones sociales y vecinos.
La presentación formal del proyecto estuvo a cargo del consorcio Southern Energy, integrado por YPF, Pan American Energy, Pampa Energía, Harbor Energy y la firma noruega Golar LNG. La consultora Serman & Asociados expuso el estudio de impacto ambiental elaborado para esta etapa.
El intendente de San Antonio Este, Adrián Casadei, remarcó el clima de consenso que predominó durante la jornada y subrayó que la llegada de nuevas inversiones “no reemplazará las economías tradicionales de la provincia”.

La audiencia convocó a funcionarios, especialistas, sindicatos, organizaciones sociales y vecinos, consolidando un espacio de debate en el que, según las autoridades provinciales, nueve de cada diez exposiciones manifestaron un respaldo favorable.
Las opiniones sobre el proyecto de GNL
Entre las voces que expresaron apoyo estuvo la de Daiana Neri, secretaria de la Unidad Provincial de Enlace con Universidades, quien sostuvo que las políticas públicas en materia energética deben estar “respaldadas en evidencia científica” y orientadas a equilibrar crecimiento económico y preservación ambiental.
También intervino Andrea Confini, secretaria de Energía de la provincia, quien señaló que “hace cuatro años trabajamos para que Río Negro se convierta en polo energético. Este proyecto no es solo una obra, es una oportunidad de 20 años de desarrollo que involucra a nuestras futuras generaciones”.
Por su parte, Judith Jiménez, secretaria de Ambiente y Cambio Climático, destacó la instancia de escucha para despejar la incertidumbre. “Sabemos que nuestro golfo es fuente de diversidad, turismo y de riqueza. Las voces que vamos a escuchar en esta audiencia pública son necesarias para tomar la decisión más acertada”, puntualizó.
Las organizaciones ambientalistas también tuvieron un rol protagónico en el debate. Gonzalo César Vergez, en representación de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, se manifestó en contra de la iniciativa y llamó a revisar con mayor profundidad los efectos climáticos de la liberación de gas.

En el mismo sentido, Cristian Fernández, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, advirtió que el proyecto podría generar impactos sobre la ballena franca austral y contribuir a la proliferación de algas nocivas en el golfo San Matías.
La defensora del Pueblo de Río Negro, Adriana Santagati, adoptó una postura intermedia al señalar que la institución que representa “no busca frenar el progreso, sino garantizar que este se produzca de manera equilibrada y resguardando la salud y la biodiversidad del Golfo San Matías”.
De esta manera, enfatizó la necesidad de que las autoridades aseguren el cumplimiento de los estándares ambientales antes de la ejecución del proyecto.
El proyecto para exportar GNL desde Río Negro
El consorcio Southern Energy explicó que el plan contempla dos unidades flotantes de licuefacción: el buque Hilli Episeyo, previsto para 2027, y el MKII, actualmente en construcción en Yantai, China, que se espera arribe a aguas argentinas en 2028.
La inversión total estimada asciende a 15.000 millones de dólares, con una proyección de divisas por 20.000 millones hasta 2035, lo que consolidaría la posición del país como exportador de gas natural licuado.
En términos técnicos, el MKII tendrá 392 metros de eslora, 61 de manga y una capacidad de 3,5 millones de toneladas anuales de GNL, lo que lo convertirá en el buque de mayor tamaño en operar en Argentina. Ambos buques estarán conectados a través de gasoductos que transportarán el gas desde Vaca Muerta, alcanzando en conjunto una capacidad exportadora de 5,9 millones de toneladas por año.
“El MKII es más que un activo operativo: es la llave para insertar a Argentina en el negocio global del GNL”, expresó Marcos Pourteau, project manager de Southern Energy, al destacar que el país “tiene recursos de gas cien veces superiores a lo ya producido”.
La compañía estima que la construcción y operación de la segunda unidad permitirá generar alrededor de 1.900 empleos directos e indirectos en la región.