El reciente fallo judicial en Nueva York que obliga a la Argentina a entregar el 51% de las acciones encendió alertas en el consorcio de empresas que impulsa la construcción del oleoducto. Podría complicarse la negociación de un crédito clave para la obra.
La decisión de la jueza Loretta Preska, del tribunal del Distrito Sur de Nueva York, de ordenar al Estado argentino la transferencia de sus acciones en YPF a los fondos Burford Capital y Eton Park, generó un fuerte impacto en el sector energético. Y esta situación de la compañía podría repercutir en el financiamiento del proyecto Vaca Muerta Sur (VMOS).
La mayoría de las petroleras con operaciones en el yacimiento neuquino sondean permanentemente las condiciones del mercado financiero. Las condiciones macroeconómicas de Argentina, sumadas a los vaivenes regulatorios y la volatilidad cambiaria, restringen las ventanas de oportunidad para obtener deuda con tasas razonables.
El fallo de Preska complica se da justo cuando VMOS S.A estaba a punto de cerrar un préstamo sindicado de 2.000 millones de dólares para financiar el proyecto.
El fallo de Preska complica aún más el panorama justo cuando VMOS S.A., la sociedad conformada por YPF, PAE, Vista, Pluspetrol, Shell, Pampa Energía, Chevron y recientemente Tecpetrol, estaba a punto de cerrar un préstamo sindicado de 2.000 millones de dólares para financiar el proyecto.
La iniciativa contempla la construcción de un oleoducto de más de 600 kilómetros que conectará la formación neuquina con el puerto de Punta Colorada, en la provincia de Río Negro.
Este emprendimiento es considerado clave para ampliar la capacidad de evacuación y exportación de crudo y representa la mayor obra de infraestructura hidrocarburífera en ejecución en el país.
El cierre del acuerdo estaba previsto para el 7 de julio e iba a marcar un hito en la historia del financiamiento energético argentino. Ahora, se especula con que la negociación podría reabrirse a partir de la sentencia.
¿Préstamo en stand by?
El préstamo se estructuró bajo la modalidad de “project finance”, en la cual el repago depende de los ingresos del proyecto mismo y no consolida como deuda corporativa.
“Siempre supimos que por tratarse de un project finance la tasa de interés rondaría el 10% más fees. Es una tasa competitiva. De hecho, inicialmente se buscaban unos u$s 1700 millones y finalmente, como las condiciones eran convenientes, se estaba por cerrar un préstamo por algo más que u$s 2.000 millones”, señalaron en el medio Econojournal.

Los términos del financiamiento incluían una tasa SOFR de 4,4% anual, más 550 puntos básicos de riesgo país y una comisión adicional a favor de los bancos participantes, entre los que figuran Citi, Deutsche Bank, Itaú, JP Morgan y Santander. En total, la tasa efectiva rondaba el 12% anual en dólares.
La duda ahora es si, a partir del fallo judicial, las entidades financieras exigirán garantías extra o reconfigurarán los términos del acuerdo. Hasta ahora, las obras del oleoducto avanzaban gracias al aporte de capital propio de los socios de VMOS, y ya se había superado el 15% de ejecución.
El crédito internacional permitiría cubrir dos tercios del total del proyecto, estimado en unos 3.000 millones de dólares. Para completar el financiamiento, se planea realizar una colocación local de Obligaciones Negociables por unos 400 millones, pero recién el año próximo. El efecto inmediato de la sentencia podría alterar ese cronograma y demorar los desembolsos necesarios para sostener el ritmo de avance.
Golpe a las acciones de YPF
El lunes posterior al fallo, las acciones de YPF experimentaron una fuerte caída tanto en la Bolsa de Nueva York como en la de Buenos Aires. Si bien sobre el final de la rueda lograron amortiguar parte de la pérdida, cerraron con una baja superior al 5%.

Esta reacción del mercado refleja la sensibilidad de los inversores ante eventuales interferencias judiciales o políticas que puedan complicar la ejecución de planes de inversión o debilitar el balance de la compañía.
Pese a este nuevo revés judicial, el mercado de capitales mostró señales de recuperación durante mayo y junio, luego de un inicio de año marcado por la incertidumbre derivada del cambio de gobierno y la liberalización parcial del cepo cambiario.