La extracción directa del mineral clave para la transición energética y los autos eléctricos plantea a la vez un riesgo porque demanda un alto consumo de agua dulce. Las técnicas que usan las mineras para su recuperación, con tasas de éxito cercanas al 90%.
La producción de litio está en pleno crecimiento a escala global ya que es uno de los recursos fundamentales para la transición hacia una matriz energética alejada del carbón. A partir de su expansión, las técnicas para extraer el mineral comenzaron a perfeccionarse en pos de procesos más ágiles.
En ese marco, ganó popularidad la EDL (extracción directa), que reduce los tiempos de recolección y permite extraer de manera selectiva el litio del agua salada de la salmuera, con un factor de recuperación superior al 97%. Además, no precisa espacios tan amplios como otros métodos por lo que se torna una alternativa muy rentable, pero que aún no se ha lanzado comercialmente.
La problemática de algunas técnicas de EDL es que pueden llegar a demandar hasta 180 toneladas métricas de agua para producir una sola de litio. Este consumo genera posiciones encontradas en regiones secas, como el noroeste argentino, donde el agua es un bien escaso y su empleo en la industria minera genera controversias.
La problemática de algunas técnicas de EDL es que pueden llegar a demandar hasta 180 toneladas métricas de agua para producir una sola de litio.
Para contrarrestar este dilema, o al menos mitigarlo, las mineras impulsan distintas metodologías para reciclar el agua.
“Si no somos capaces de reciclar bien el agua y reducir nuestra huella hídrica, nos van a machacar”, dijo John Burba, presidente ejecutivo de International Battery Metals (IBAT), en la conferencia Reuters Events Industry Transition, celebrada esta semana en Pittsburgh.
Recuperación de agua en la producción de litio
En ese sentido, el directivo aseguró que su compañía logra la recuperación del 98.5% del agua dulce utilizada durante su producción de litio, y adelantó que están en proceso de elevar aun más ese porcentaje.
Un caso similar es el de la firma EnergyX, que asegura el reciclado de hasta el 90% del agua en sus procesos extractivos.
“Lo que queremos es llegar a cinco, diez o quince toneladas (métricas) de agua dulce por tonelada de litio”, dijo Teague Egan, presidente ejecutivo de la empresa en el evento organizado por Reuters.
Por su parte, Controlled Thermal Resource, está desarrollando un proyecto geotérmico de litio en el mar Salton de California para abastecer a GM y Stellantis. Allí, la compañía planifica reciclar el agua a través del vapor de su proceso de energía geotérmica.
Otra de las mineras que busca incursionar con las EDL es E3 Lithium, que ya empezó a probar tres de estas teconlogías desde el mes pasado en Alberta y está en gestiones para contar con instalaciones de reciclado de agua.
“Acabas teniendo una pequeña instalación de tratamiento de agua con tu instalación de procesamiento para poder reutilizar esa agua una y otra vez”, dijo Chris Doornbos, CEO de la firma.
En este marco, los productores del metal blanco están a la espera del lanzamiento comercial de las EDL esperado para 2025. “Es una herramienta que está creciendo y mejorando para permitirnos desbloquear salmueras que podrían haber sido antieconómicas en el pasado”, dijo en esa línea Emily Hersh, CEO de la exploradora minera privada Luna Lithium.
“La cuestión de si la EDL funciona ya no existe. Es un reto de ingeniería. No es un reto tecnológico”, respaldó Doornbos.
Según los ejecutivos, la reducción del consumo de agua es clave para disipar las preocupaciones de la industria de los vehículos eléctricos sobre el impacto medioambiental de la minería frente a la creciente demanda de litio.