La salida de MSC y Hapag-Lloyd, sumada a la conflictividad sindical, impactó en los TEUs movilizados por la terminal uruguaya. Parte del tránsito fue absorbido por las terminales argentinas, que ofrecen una mayor agilidad en los procedimientos aduaneros.
El puerto de Montevideo cerrará 2025 con una caída significativa en los movimientos de contenedores, estimada en torno al 30% respecto al año anterior. En 2024, el puerto había movilizado aproximadamente 1.100.000 TEUs, mientras que este año se espera que la cifra apenas alcance unos 850.000.
El director vocal por la oposición en la Administración Nacional de Puertos (ANP), Jorge Gandini, señaló que “esa caída tiene mucho que ver con los contenedores en tránsito. Esa actividad mueve volúmenes importantes, pero deja poco dinero”, aseguró para poner paños fríos.
Según explicó, esta baja no se traduce directamente en pérdidas significativas de ingresos, dado que otras áreas del puerto han mostrado buen desempeño.
Este año se produjo la retirada de servicios de tránsito de empresas como Mediterranean Shipping Company y Hapag-Lloyd.
Lo cierto es que la fuerte disminución de contenedores en tránsito se vincula principalmente con decisiones de las navieras, que prefieren captar cargas en origen —como Paraguay— y trasladarlas por la Hidrovía Paraguay-Paraná hacia otros destinos, evitando en muchos casos las escalas en Montevideo. Aunque varios conflictos en la operatoria del principal puerto uruguayo también pueden haber tenido incidencia.
Un año complejo para la actividad portuaria en Uruguay
Este este año se produjo la retirada de servicios de tránsito de empresas como Mediterranean Shipping Company (MSC) y Hapag-Lloyd que afectó directamente los volúmenes de carga contenerizada. A estos factores se sumó un contexto político, gremial y administrativo complejo.
En paralelo, los puertos argentinos atravesaron un proceso de desregulación que agilizo la operativa de contenedores, lo que derivó en que muchas navieras optarán por hacer los trasbordos en las terminales argentinas.

En lo que respecta a lo administrativo, en marzo, tras la asunción de las nuevas autoridades portuarias, hubo un reemplazo masivo de gerentes y subgerentes, incluyendo la solicitud de dimisión de la exvicepresidenta Alejandra Koch.
Gandini mencionó que estas decisiones impactaron en la continuidad de operaciones y en la percepción de estabilidad del puerto ante las navieras. Sin embargo, la conflictividad sindical fue el problema más apuntado por las autoridades portuarias y continúa siendo un factor de preocupación de cara a 2026.
Mónica Ageitos, presidenta del Centro de Navegación (Cennave), remarcó que “los temas sindicales se han llevado gran parte de la atención durante el año por la gran cantidad de horas de asambleas y paros en relación a 2024”. Las negociaciones con los sindicatos se extenderán a lo largo de enero de 2026.
En relación a esta problemática, Alejandro Sciarra, expresidente de la Asociación de Derecho Marítimo, afirmó que “la responsabilidad del Ministerio de Trabajo es ineludible en la escalada gremial. No se trata únicamente de mediar en conflictos colectivos, sino de ejercer plenamente sus potestades regulatorias y de policía laboral cuando se ve comprometido el interés general”.
La capacidad de consolidar al puerto como hub regional aparece cada vez más lejana.
Los segmentos que balancearon el derrumbe en Montevideo
Pese a la caída en la carga contenerizada, otros segmentos del puerto mostraron resultados positivos. Los movimientos de graneles, minerales, vehículos, madera, celulosa y pasajeros registraron incrementos que compensaron parcialmente la pérdida de contenedores en tránsito.
Gandini destacó que “los números no han cerrado mal para la ANP en 2025. El incremento de los movimientos de algunas cargas compensó las pérdidas de otras”. De hecho, la Terminal de Graneles Montevideo (TGM) logró un récord histórico, movilizando 1.686.000 toneladas durante el año.




