El principal puerto pesquero de Buenos Aires sufre por la crisis del sector que no logra un acuerdo para poder sostener la actividad. Incertidumbre sobre la terminal de contenedores
Con más de 20 barcos parados, el puerto de Mar del Plata sufre una parálisis considerable que ya generó repercusiones en toda la ciudad. La crisis se extiende en el tiempo y no hay soluciones a la vista, mientras se habla de más de 600 despidos en la industria local.
La crisis de la pesca, que paralizó la captura del langostino y demoró el inicio de la temporada en Mar del Plata y puertos patagónicos, golpea con fuerza la actividad del principal puerto pesquero de la provincia y el país.
El escenario es complejo: los precios cayeron a nivel internacional, y sumado a costos locales (combustibes y tasas portuarias), el equilibrio económico de las empresas simplemente no cierra.
En ese marco, las compañías presentaron diversos pedidos (al gobierno nacional y a los locales) para que se reduzca la carga impositiva, como forma de achicar la brecha para volver a tener rentabilidad.
También se propuso una rebaja salarial (del 30%) para retomar la actividad, algo rechazado de plano por los gremios.
La situación está virtualmente paralizada desde marzo, sin soluciones en el horizonte, y el impacto de la crisis se siente en Mar del Plata, pero también en puertos de Santa Cruz y Chubut.
El largo parate de la industria pesquera se sintió en las calles de la Ciudad el lunes, cuando todos los gremios –y la CGT local- se movilizaron al puerto para reclamar medidas a los directivos del puerto y al municipio.
La situación se trató en el Concejo Deliberante local en marzo, pero no hubo respuesta. Tampoco a nivel provincial. Empresarios y trabajadores llevaron sus explicaciones al Congreso nacional, ante la ausencia de reuniones y respuesta del Consejo Federal Pesquero.
La situación está virtualmente paralizada desde marzo, sin soluciones en el horizonte, y el impacto de la crisis se siente en Mar del Plata, pero también en puertos de Santa Cruz y Chubut.
La única medida anunciada por el Consorcio Portuario fue diferir la suba impositiva anunciada para el año, aplicando un 50% del incremento en abril y retrasando el 50% restante para octubre. El impacto fue nulo.
A nivel político, pese a ser el Puerto de Mar del Plata el que concentra el 50% de la pesca del país, los reclamos vienen siendo impulsados por funcionarios de Santa Cruz y Chubut, exacerbando la situación interna de “La Feliz”.
El titular del Consorcio Portuario, Macos Gutiérrez, asumió su cargo en febrero del año pasado. De origen peronista, y vinculado a tareas sociales, prometió defender el perfil productivo del puerto.
Recientemente, Mar del Plata fue noticia por otra decisión que se demoró en el tiempo: el consorcio decidió no renovar el contrato con la empresa a cargo de la terminal de contenedores, que ofrecía una inversión millonaria para seguir al frente del sector, e iniciar un proceso de licitación con fechas inciertas.
Ahora, los contenedores tampoco tendrían movimiento, profundizando las dificultades del puerto en otro de sus negocios, a la espera de una licitación que sumó incertidumbre y obligará a reconsiderar los acuerdos logrados con navieras que operan en la TC2.
Del puerto a la ciudad: el impacto de la crisis pesquera
Con más de 20 barcos sin actividad tangonera, y la fresquera trabajando a pérdida, los gremios denunciaron el lunes que ya hay más de 600 despidos en la industria marplatense, entre empresas procesadoras y aquellas que controlan los barcos.
El impacto se trasladó también a la actividad de los astilleros. El reconocido astillero Contessi, que había saturado sus instalaciones por la demanda para renovar la flota, lleva seis meses sin recibir nuevas órdenes de mantenimiento y empieza a ver vacíos los lotes para trabajo en los barcos de la región. “Sin rentabilidad no hay trabajo”, se repite en distintos ámbitos de la ciudad.
