La iniciativa permitirá cubrir las necesidades que acompañen al avance de las obras portuarias, principalmente en lo vinculado con la capacitación, infraestructura vial, hábitat y servicios.
El potencial del yacimiento neuquino ha disparado una serie de obras destinadas a optimizar y aumentar la capacidad de transporte de crudo. Muchas de ellas como la primera etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) y la duplicación de la capacidad de transporte del oleoducto Allen-Puerto Rosales está próximas a concretarse.
Ante este escenario, el funcionamiento de las terminales portuarias y el desarrollo de esas regiones se vuelven claves a la hora de aprovechar ese crecimiento. En ese marco, es que el Consorcio del Puerto de Bahía Blanca puso en marcha un plan rector que acompañe las inversiones que traerán los hidrocarburos de Vaca Muerta.
La propuesta está coordinada por la Universidad Provincial del Sudoeste, mientras que las distintas instituciones locales conformarán las diferentes áreas que componen el plan. En ese sentido, ya se realizó la primera jornada de trabajo, de la que formó parte la Provincia, el Municipio, la Unión Industrial, la Bolsa de Comercio, Corporación del Comercio, Bolsa de Cereales, Asociación de Ganaderos y Agricultores, y el Ente Zona Franca.
La idea de la iniciativa es propiciar el intercambio entre las distintas instituciones de la ciudad y referentes de la actividad portuaria con la meta de proyectar y acompañar el crecimiento de la ciudad y la región, potenciando las inversiones portuarias que se anticipan ante la mayor evacuación de crudo.
En este marco, el presidente del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca, Federico Susbielles, remarcó que, «no tengo dudas que la ciudad, la región y el país necesitan políticas de Estado y planificaciones que excedan los mandatos. La falta de previsión y la mirada de corto plazo ha afectado las posibilidades de desarrollo de Bahía y para revertir esa línea es que trabajamos».
Por su parte, Juan Linares, Gerente General del Puerto, aseguró que en “los últimos años hemos trabajado sobre una visión portuaria que conlleva una planificación estratégica y luego un plan maestro que desarrolla esa visión estratégica«. Según las autoridades los objetivos están puestos en las formaciones profesionales y técnicas para hacer frente a la demanda de nuevos oficios que se esperan.
El impacto de las obras
Para la actividad portuaria hay dos obras de mucha trascendencia que impulsan la necesidad de desarrollo regional. La primera es la puesta en funcionamiento del gasoducto que va de Tratayén a Salliqueló el próximo 20 de junio, que aliviará a los otros grandes ductos que pasan por la zona (Neuba I, Neuba II y General San Martín), generando una importante disponibilidad de gas en Bahía Blanca.
El funcionamiento de las terminales portuarias y el desarrollo de esas regiones se vuelven claves a la hora de aprovechar ese crecimiento.
En tanto, el nuevo oleoducto a Rosales va a permitir que para fines de 2024 se movilicen 7 millones de toneladas anuales de crudo y para 2026 otros 15 millones adicionales, es decir, el 50% de lo que se mueve hoy en el estuario. “Ya es un hecho y el oleoducto está en un gran estado de avance. Con lo cual claramente para Bahía Blanca y la región viene un crecimiento muy importante”, señaló Linares al respecto.
Ante este escenario se deben llevar adelante distintas obras portuarias que involucran trabajos de profundización, ensanche del canal, rellenos, y ampliación del frente marítimo. Desde la entidad, buscan que el crecimiento sea armónico y el foco esté puesto en la accesibilidad logística.