El proyecto de Gas Natural Licuado (GNL) que encabeza YPF con su socia malaya Petronas entró en una etapa de desarrollo tras la decisión de instalar en el Golfo San Matías, en Río Negro, la futura megaplanta de licuefacción que significará la famosa inversión de US$ 30.000 millones.
La obra de GNL ya tiene un trazado conceptual iniciado años atrás que se aceleró en los últimos meses con la sanción legislativa del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI).
Desde el vamos, la decisión implica que el proyecto convivirá en construcción y operación con el tendido del Oleoducto Vaca Muerta Sur que tendrá también en Sierra Grande una mega terminal portuaria de exportación preparada pare recibir hasta dos buques con capacidad de carga de 2 millones de barriles.
Esto generará una sinergia buscada por la empresa que plantea la posibilidad de poder compartir algunas obras de infraestructura básicas, si bien se trata de dos segmentos técnicos y de negocios totalmente diferentes.
Ahora bien, la línea de tiempo del GNL se extiende más allá del 2032, pero ya se puso en marcha cuando se dio a conocer la locación y los fundamentos técnicos. Es el punto de partida de procesos simultáneos en el cual se destaca la salida de la sociedad YPF-Petronas a consolidar la demanda de la futura producción, es decir intentar firmar los primeros pre-contratos de exportación con países de Europa y Asia que ya manifestaron interés.
Esos primeros compromisos le permitirán al consorcio salir a buscar el financiamiento con una garantía de repago muy estimada en cualquier proyecto de esta envergadura, y que se descarta contará con el apoyo de bancos y corporaciones financieras internacionales dado el interés global por asegurar el abastecimiento energético de los próximos años con un recurso considerado de transición hacia las renovables, como lo es el GNL.
El proyecto convivirá en construcción y operación con el tendido del Oleoducto Vaca Muerta Sur que tendrá también en Sierra Grande una mega terminal portuaria de exportación preparada pare recibir hasta dos buques con capacidad de carga de 2 millones de barriles.
Tan sólo la exportación de GNL, sin contar los negocios asociados que podrán desprenderse de la obra, se estima que podrán generar entre 12.000 y 15.000 millones de dólares al año, con lo cual la inversión tendría rápido recupero, se asegura.
En esa línea de tiempo, YPF pondrá en marcha en forma simultánea la ingeniería final del proyecto ya con la locación definida, lo que incluye la identificación de posibles proveedores y costos previos para lanzar la serie de licitaciones que deberán ir cumplimentando las distintas etapas de la construcción.
Cuándo empezaría la construcción de la planta y puerto de GNL
Con toda esa información, las empresas socias tiene previsto tomar decisión final de inversión o FID, entre mediados y fines de 2025, que dará lugar a la consolidación del Project Finance.
Ese FID de ser aprobado por ambos directorios de las compañías, será el punto de partida de los procesos de estudios ambientales, uno de los puntos que YPF planteó a las provincias de Buenos Aires y Río Negro para agilizar los trámites tras cumplir con las audiencias públicas correspondientes.
Un gesto importante en ese sentido, ya había sido dado por la provincia patagónica cuando la Legislatura provincial eliminó el año pasado el veto a la actividad hidrocarburífera en el Golfo San Matías, calificada como área natural protegida.
Como parte de las etapas ya conocida del proyecto, se destaca la llegada para 2027 de un primer buque licuefactor, ya existente y asignado a este destino por Petronas con capacidad de producir entre 1 y 2 Mtpa. Para ese punto de partida, YPF ya deberá haber culminado la construcción de un primer gasoducto de 640 kilómetros de extensión desde Vaca Muerta a la costa de Río Negro, con un diámetro de 36 pulgadas, idéntico a la Tramo I del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, ya en operación.
Para 2029, el consorcio prevé la entrada en funciones de un segundo barco más grande que un floating que tendrá la capacidad de licuar, almacenar y cargar a lo metaneros, lo que permitirá alcanzar hasta 9 Mtpa. Para esto, YPF ya tiene en el mercado la licitación abierta para la ingeniería de esta fábrica flotante de GNL que se deberá construir en un astillero a designar del exterior.
Pero a la vez deberá avanzar con las inversiones necesarias para la producción del gas que se va a licuefaccionar, una tarea que se anticipa deberá desarrollar con compañías que ya están presentes en la Cuenca Neuquina, porque en estos pocos años se deberán asegurar los casi 40 MMm3/d de gas que demandarán los barcos (se calculan 20 MMm3 cada 5 MTPA).
Como parte de las etapas ya conocida del proyecto, se destaca la llegada para 2027 de un primer buque licuefactor, ya existente y asignado a este destino por Petronas con capacidad de producir entre 1 y 2 Mtpa. Para ese punto de partida, YPF ya deberá haber culminado la construcción de un primer gasoducto de 640 kilómetros
Asociado a todo esto se prevé, también al unísono, la construcción de las primeras instalaciones de procesamiento para obtener el gas seco técnicamente necesario –es decir despojarlo de agua y separado de sustancias como mercurio y gasoil- poder ser transformado en licuado, algo que se logra en un proceso de enfriamiento que reduce 600 veces su volumen.
También de los servicios vinculados a la zona portuaria y en una segunda y tercera etapa crecer con plantas más grandes.
En la secuencia cronológica del proyecto, se prevé para 2030 la construcción de los primeros módulos on shore de la megafactoria para la producción de GNL que llevará al sistema a una capacidad de 15 a 20 Mtpa, y a partir de 2032 en función del crecimiento del negocio global continuar con el crecimiento de la planta hasta un plateau de 25 a 30 Mtpa, punto en el cual el país podría posicionarse entre los cinco mayores exportadores del recurso, de acuerdo a las proyecciones actuales del mercado.
Para entonces, Vaca Muerta deberá estar produciendo sólo para el proyecto YPF-Petronas, un total entre 80 y 100 MMm3 de gas diarios, en un proceso en el cual la petrolera nacional contempla que estará en condiciones de utilizar el 30% del total de capacidad de GNL, lo que ratifica que por una cuestión de escala, el proyecto Argentina GNL requerirá de la convergencia de toda la industria.
