El Proyecto Andes, de racionalización de YPF, con el cual busca optimizar el portafolio del upstream convencional, le permitirá a la empresa continuar desarrollando las áreas que aportarán mayor rentabilidad a la compañía, con especial foco en Vaca Muerta.
Con esa premisa, la mayor petrolera del país está en pleno desarrollo de un proceso que debe culminar a comienzos de septiembre con la cesión de un conjunto de campos maduros que conforman el grupo de activos, por un total de 55 áreas contenidas en el denominado Proyecto Andes.
Pero no se trata solamente de un viraje estratégico de YPF de concentrarse en sus activos de mayor rentabilidad para acelerar el crecimiento, sino que a la vez es un llamado a decenas de petroleras independientes de pequeño y mediano porte que con su estructura de costos más acotada pueden encarar de mejor manera un conjunto de áreas que aún tienen potencial de desarrollo, y fortalecer así la base de la industria petrolera argentina.
La mayor petrolera del país está en pleno desarrollo de un proceso que debe culminar a comienzos de septiembre con la cesión de un conjunto de campos maduros que conforman el grupo de activos, por un total de 55 áreas contenidas en el denominado Proyecto Andes.
Luego del road show por las ciudades de Buenos Aires, Houston y Calgari, el “Proyecto Andes – Oportunidad de inversión en gas y petróleo convencional”, ya generó el interés de unas 70 compañías que desean participar de un proceso de cesión del 100% de participación en ciertos grupos de concesiones de explotación convencional en las provincias de Mendoza, Río Negro, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Por ese conjunto de áreas,YPF espera lograr una liquidez adicional para este año de US$ 800millones.
Como viene ocurriendo en la última década en el mundo, YPF decidió recorrer el mismo camino de otros grandes players de escala similar o superior a la de la Argentina para las cuales “no resulta eficiente ni rentable producir petróleo en este tipo de yacimientos, los cuales en general operados por empresas más pequeñas pueden dar continuidad a la actividad”.
¿Qué yacimientos se incluyen en el Proyecto Andes?
Es así que la empresa inició el proceso de desinvertir en 55 áreas de 30 bloques en 11 clusters mayoritariamente unidos con una lógica operativa, en cuatro de las cinco cuencas productivas de la Argentina.
En total se trata de casi 34.000 barriles de petróleo, casi 4 millones de metros cúbicos de gas, 1,6 millones de acres netos y todos en producción, por lo que tienen acceso a infraestructura de transporte existente y en algunos casos con plantas de tratamiento.
Los grandes clusters fueron identificados como Mendoza Norte, Mendoza Sur y Llancanelo, en la provincia cuyana; Neuquén Norte y Neuquén Sur; Punta Barda y Estación Fernández Oro en Neuquén y Río Negro; y se suma en Chubut el cluster El Trébol Escalante que cuenta con la posibilidad de abordar el tight gas en el tope de la ya conocida formación D-129.
Otros de los clusters destacados son El Tordillo – La Tapera operado por Tecpetrol; Campamento Central y Cañadón Perdido, que YPF tiene en producción en sociedad al 50% con la chilena Enap, compañía con la que también comparte la participación en Tierra del Fuego en los bloques costa afuera Magallanes y Poseidón, donde la petrolera del vecino país es operador y que en paralelo también anunció en las últimas semanas su proceso de desinversión.
En total se trata de casi 34.000 barriles de petróleo, casi 4 millones de metros cúbicos de gas, 1,6 millones de acres netos y todos en producción, por lo que tienen acceso a infraestructura de transporte existente y en algunos casos con plantas de tratamiento.
Desde la compañía energética nacional explicaron que no se busca en este proceso asociaciones para la continuidad de las operatorias en el convencional, porque no estaría cumpliendo con la reducción de foco, sino que está buscando la cesión del 100% de los derechos que tenga la compañía.
El trabajo comenzó en enero con el diálogo con las provincias y sindicatos antes de salir al mercado a ofrecer las áreas, y continuará a lo largo de todas las etapas previstas hasta que se alcancen los acuerdos finales a las distintas jurisdicciones que deberán aprobar, en definitiva, el traspaso de manos de las concesiones.
En esta instancia, las empresas interesadas en asumir los bloques deberán en algunos casos negociar con las provincias las condiciones de extensión de derechos que vencen entre 2027 y 2029, de manera de darle certidumbre a las inversiones que deberán realizar allí.
De la misma manera se aborda la operación de clean exit a la que aspira YPF, es decir que se deberán hacer cargo de cualquier tipo de pasivo que pudiera haber en los clústers.
Todo el detalle de los pasivos productivos, laborales y ambientales derivados de las concesiones es lo que en definitiva permitirá poner el valor final a cada uno de los activos, ya que las nuevas operadoras se llevan tanto todos los derechos como las obligaciones.
También la petrolera nacional va a transferir los contratos de servicios laborales, lo cual no implica que las compañías que absorban los bloques estén obligadas de continuar los servicios que está obteniendo o revisar la necesidad de ajustar.
El Proyecto Andes se convierte, así en un pilar ligado a la impronta del Plan 4×4 que presentó Horacio Marín, Presidente y CEO de la compañía de mayoría accionaria estatal, pero a la vez una posibilidad de crecimiento de nuevos actores en la industria nacional de hidrocarburos, llamada a ser uno de los cuatro sectores que sostendrán la esperada recuperación de la economía argentina.