El litio aumenta su producción, pero no está expandiéndose por el bajo precio y los grandes proyectos metalíferos nuevos todavía no empiezan a construir. Los proveedores señalan un impasse en las licitaciones y cuáles son las razones.
El reinicio a gran escala de la minería es la gran expectativa de los proveedores mineros, que siguen con atención las noticias de inversiones, exploración e incorporaciones al RIGI. Pero todavía las buenas noticias futuras no movilizan una gran cantidad de contratos.
Según Fernando Godoy, titular del área de minería metalífera de la Federación de Cámaras Mineras el sector transita un amesetamiento desde hace meses. Esperan que en el segundo semestre del 2025 o principios de 2026 hagan la diferencia.
Para las empresas que proveen bienes y servicios al sector minero, las etapas en las que se encuentran los proyectos marcan el ritmo. El mayor impacto se da durante la creación y expansión de minas.
Cuando una explotación está en ritmo, no ingresan nuevos proveedores. Los que ya están en actividad suelen conservar sus contratos y se producen algunas nuevas licitaciones, pero son raras.

En cambio, durante la construcción se amplían las tareas nuevas, llaman a nuevas empresas para hacer caminos, campamentos y brindar servicios. La cadena de valor se extiende a muy rápida y velocidad y también es la etapa en la que crean nuevas capacidades industriales.
Pero lo cierto es que, en la actualidad, tras una rápida expansión del litio y a la espera de que inicie algún proyecto de cobre, la mayoría de las licitaciones están otorgadas.
A pesar de esto, la situación actual no disminuye las expectativas, creen que habrá una explosión de licitaciones en el futuro y que esto generará mejoras en la economía del sector y de todo el país.
Aun así, señalan que hay factores tanto externos, de geopolítica, como internos, vinculados a la política, que pueden cambiar para que crezcan las obras mineras. Para Godoy, en cada región minera el escenario es distinto y por lo tanto serán los gobiernos provinciales los que marquen la diferencia.
El NOA y el litio, afectado por el precio internacional
En el norte argentino, donde el litio es el principal producto minero, el golpe llegó a mano de los mercados internacionales. Según Godoy, lo que se vio fue “una disminución en la velocidad de las licitaciones y contrataciones”.
Para el empresario esto está directamente vinculado al precio internacional. “El litio pasó de costar 80.000 dólares la tonelada a 18.000 dolares, eso hizo que no haya grandes inversiones nuevas, aunque se sigue moviendo”, dijo.
En el norte argentino, donde el litio es el principal producto minero, el golpe llegó a mano de los mercados internacionales. Según Godoy, lo que se vio fue “una disminución en la velocidad de las licitaciones y contrataciones
En el NOA hay anuncios de nuevos proyectos y también están terminando las ampliaciones e inauguraciones de nuevas minas que quedaron luego del proceso acelerado de los años de precios récord.
El sector litífero confía en que habrá una revalorización del metal de las baterías, pero mientras esto no suceda, las grandes licitaciones de años anteriores no volverán. El mundo está a la espera de qué sucederá con la demanda.
Cuyo, a la espera de los gigantes del cobre
En la región oeste la mirada está puesta en el cobre, metal que puede generar inversiones mayores que las del litio, con contratos a proveedores que podrían ser de mayor impacto.
Pero por el momento no hay novedades y para Godoy, que es de San Juan “falta que el gobierno provincial tenga una política minera clara, que intervenga para que haya avances concretos».

“Se ve un gran amesetamiento, hay dos minas productivas, Veladero y Gualcamayo, que requieren algunas contrataciones”, contó. Pero lo que esperan los empresarios es el inicio de la construcción de alguna mina de cobre.
En el horizonte en San Juan hay dos grandes promesas: Vicuña, antes conocido como Josemaría, y Los Azules. Las inversiones serían de 7.000 millones de dólares para la primera y 2.500 millones en el segundo caso.
“Se espera que la actividad comience a moverse en el segundo semestre de 2025 y se intensifique en el segundo semestre de 2026”, aseguró. Pero agregó que “la falta de intervención del gobierno provincial genera preocupación, porque no hay información ni apoyo a la hora de hacer las contrataciones”.
En el caso de Mendoza, los proyectos de la provincia están todavía en etapas muy iniciales, como las exploraciones en Malargüe, o trabajando fuertemente en ganar una licencia social compleja como en el caso de San Jorge.
Oro en la Patagonia: piden menos intervención
Mientras en el centro del país piden que el gobierno se meta en la discusión para tener precisiones, Godoy dijo que los socios de la cámara que trabajan en el sur están pidiendo bajar la presión del Estado. En esta región están la mayoría delas minas de oro y plata del país.
“En Santa Cruz hay una sobreparticiación del gobierno, que afecta negativamente”, dijo el empresario. Cree que las exigencias o incluso las definiciones políticas están enfriando el clima de inversión.
“Vemos una intervención agresiva, que genera quejas que ya hicieron públicas las empresas”, dijo. Además, calificó de “belicosa” la actitud de la política frente a los inversores y que esto se traduce “falta de apoyo a los proveedores locales, limita el desarrollo y afecta las contrataciones”.