El ducto, clave para las exportaciones de petróleo a Chile, fue reactivado en mayo del 2023 tras 17 años de inactividad. Ahora, el contrato con la estatal junto a Chevron se extiende una década, a partir de 2027.
La concesión del Oleoducto Trasandino (Otasa) fue renovada por los próximos 10 años en una medida oficializada a través del decreto 1106/2024. El oleoducto está a cargo de YPF y transporta petróleo desde Puesto Hernández, en la región norte de Vaca Muerta, al otro lado de la Cordillera y es clave para las exportaciones de crudo a Chile, hoy principal comprador que tiene el país.
El caño se extiende hasta el puerto de Concepción, en el país trasandino, y se reactivó en mayo de 2023 tras permanecer 17 años fuera de operación.
La extensión del contrato comenzará a regir a partir del 29 de diciembre de 2027, e incluye un Plan de Trabajo e Inversiones aprobado por el Ejecutivo.
YPF deberá adquirir nuevo equipamiento y establecer medidas para la atención de contingencias. En 10 años deberá invertir 33,6 millones de dólares.
YPF, que administra el ducto en sociedad con la estadounidense Chevron, deberá invertir un total de 33.600.000 de dólares durante el periodo ampliado. Entre las obras previstas, se destaca la ampliación del sistema de almacenaje y la incorporación de tecnología avanzada, como sistemas de telemedición y alarmas de sobrellenado.
También se contemplan mejoras en el sistema contra incendios, el tratamiento de efluentes y la capacidad de bombeo. Estas iniciativas tienen como objetivo optimizar la operación del oleoducto y garantizar la seguridad de las instalaciones.
Además de estas inversiones, el decreto establece la implementación de sistemas de protección catódica y electrificación de válvulas, así como el desarrollo de tecnologías para el lavado de scrapper y el manejo de depósitos de parafina.
Estas mejoras tecnológicas permitirán un control más eficiente del transporte de petróleo, aumentando su confiabilidad.
Se incorporarán además sistemas de detección de fugas y de intrusiones, y se reforzará la ciberseguridad para prevenir posibles amenazas tecnológicas.
La importancia del Oleoducto Trasandino radica en su capacidad para transportar crudo a través de la Cordillera de los Andes, alcanzando altitudes cercanas a los 2.000 metros sobre el nivel del mar en su recorrido de 427 kilómetros.
Este proyecto es clave para fortalecer la integración energética entre Argentina y Chile, permitiendo la exportación de petróleo de Vaca Muerta al mercado chileno y a otros destinos internacionales.
Seguridad y cuidado medioambiental, en la concesión a YPF
Según la disposición oficial, YPF deberá adquirir nuevo equipamiento y establecer medidas para la atención de contingencias. Esto incluye sistemas de detección y extinción de incendios y gas, así como la ampliación de salas de control, laboratorios y almacenes. En definitiva, un plan para garantizar la protección del personal, el medio ambiente y las instalaciones frente a posibles incidentes.
El Gobierno subrayó la importancia de estos esfuerzos para mantener los altos estándares de seguridad en la operación del oleoducto. El decreto también establece que YPF deberá presentar informes anuales sobre los avances en los trabajos y las inversiones realizadas.
Estos documentos serán clave para garantizar la transparencia y el cumplimiento de los compromisos asumidos por la empresa. Asimismo, se exigirá la entrega periódica de estudios ambientales sobre la operación y el mantenimiento del oleoducto, junto con planes de contingencia y monitoreo continuo.
Otro aspecto relevante es la regulación de las tarifas máximas de transporte de petróleo crudo. La Secretaría de Energía será la encargada de aprobar estas tarifas, tanto para la capacidad contratada como para la no utilizada.
Además, YPF deberá informar mensualmente, mediante declaración jurada, los volúmenes de petróleo transportados. Esta medida busca garantizar un uso eficiente de la infraestructura y una adecuada regulación del mercado.
YPF cuenta con un plazo de 60 días para constituir las servidumbres de paso y ocupación que no hayan sido establecidas previamente. Estas, son esenciales para garantizar el acceso y la operación del oleoducto en los terrenos que atraviesa.