El plazo fijado para desprenderse de la participación en Citelec es de ocho meses. El Gobierno espera obtener al menos 200 millones de dólares por los títulos de la transportadora de electricidad.
El Ministerio de Economía puso en marcha el proceso formal de privatización de Energía Argentina S.A. (ENARSA), una de las compañías energéticas más relevantes del país.
Lo hizo a través de la resolución 1050/2025, publicada en el Boletín Oficial, donde se establece que la primera etapa consistirá en la venta de las acciones que la estatal tiene en Citelec, sociedad anónima controlante de Transener, la principal operadora de líneas de alta tensión del sistema eléctrico argentino.
La privatización de ENARSA es parte de una estrategia más amplia del Gobierno, que busca reducir el peso del Estado en sectores estratégicos y habilitar la llegada de capital privado a áreas como la energía, el transporte y las comunicaciones.
La operación será ejecutada mediante un concurso público de alcance nacional e internacional. Se trata de un paso clave dentro del plan de desinversión estatal que impulsa la administración de Javier Milei, en el marco de la Ley de Bases (N° 27.742) y los decretos 695/2024 y 286/2025, que autorizaron la privatización total de la compañía.
El impacto de esta decisión no se limita solo a ENARSA: también alcanza a Citelec, y por extensión, a Transener, que opera más del 85% del sistema de transporte eléctrico en alta tensión, con más de 14.000 kilómetros de líneas en todo el país.
La participación de ENARSA en Citelec le otorga al Estado el 26,32% de Transener de manera indirecta. El resto del paquete accionario se reparte entre Pampa Energía —controlada por Marcelo Mindlin—, la ANSES (19,57%) y el capital flotante en bolsa (27,79%).
Con esa estructura, el Gobierno espera obtener al menos 200 millones de dólares por la venta de su participación, aunque el monto podría subir dependiendo de las condiciones macroeconómicas y de una eventual recomposición tarifaria en el sector.
La venta de ENARSA, por etapas
La privatización de ENARSA se desplegará en fases, comenzando por la venta de activos societarios. En esta primera etapa, se licitará el paquete accionario que la estatal posee en Citelec, firma que a su vez controla el 52,65% de Transener, incluyendo la totalidad de las acciones clase A (51%) y un pequeño porcentaje de las clase B (1,65%).
Citelec también tiene participaciones minoritarias en Transba S.A. y en Transener Internacional Ltda., lo que extiende la influencia de esta operación sobre otras áreas clave del sistema eléctrico.

La ejecución del proceso estará a cargo de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, una unidad especial creada para este tipo de operaciones. El plazo fijado para concretar la venta de las acciones es de ocho meses desde la entrada en vigencia de la resolución.
Por su parte, la Subsecretaría de Energía Eléctrica será la responsable de elaborar los pliegos técnicos y los documentos contractuales de la licitación. El procedimiento se llevará adelante mediante la plataforma CONTRAT.AR, el canal oficial para las contrataciones públicas.
Para la valuación de las acciones, el Ministerio recurrirá a una entidad bancaria del sector público, luego de que el Tribunal de Tasaciones de la Nación se excusara por no poder determinar el valor de la participación accionaria de Citelec, dado que su valuación no depende de activos físicos sino de los ingresos que estos generan.
A diferencia de otras privatizaciones del pasado, esta operación no incluirá mecanismos de propiedad participada para los empleados, ni contemplará las preferencias previstas en la Ley 23.696.
Menos Estado, más mercado
La privatización de ENARSA es parte de una estrategia más amplia del Gobierno, que busca reducir el peso del Estado en sectores estratégicos y habilitar la llegada de capital privado a áreas como la energía, el transporte y las comunicaciones.
El ministro de Economía, Luis Caputo, fue quien rubricó la resolución. Desde el Palacio de Hacienda insisten en la necesidad de “garantizar eficiencia y eficacia” en cada etapa del proceso.
Por lo pronto, esta primera venta marca el inicio de un proceso que alcanzará a las 15 unidades de negocio que integran ENARSA, en un rediseño profundo del rol estatal en el sector energético.