El puerto uruguayo perdió carga y competitividad, reavivando la histórica disputa entre las dos terminales que operan en sus muelles.

Los datos duros reflejan las dificultades que está atravesando el Puerto de Montevideo: en lo que va del año, su operatoria cayó un 30%, y los trasbordos un 50%, perdiendo carga y servicios que eligieron operar en otros puertos de la región como el Puerto de Buenos Aires y Santos.

La pérdida de cargas generó ya distintas repercusiones: desde cruces políticos a reuniones con distintos armadores para intentar medidas que permitan recuperar algo del terreno perdido.

Sin embargo, el cambio más profundo podría darse en la disputa entre las dos empresas que operan en el puerto de la capital uruguaya.

Una sociedad cuestionada

Desde su privatización en la década del 90, dos operadores disputaban la carga del puerto de Montevideo: Terminal Cuenca del Plata (TCP), vinculada a la operadora belga Katoen Natie; y Montecon, asociada a capitales locales, chilenos y canadienses.

En el 2021, como parte de la negociación para extender por 50 años la concesión de TCP, Uruguay concedió a la empresa prioridad de atraque en los muelles, así como del uso de la plazoleta para almacenar y mover los contenedores.

Ese dato, sumado a que la Administración Nacional de Puertos (ANP), la encargada del control portuario en el país, posee un 20% de las acciones de TCP, llevó a Montecon a denunciar discriminación (la generación virtual de un monopolio) y ruptura de convenios internacionales de las inversiones comprometidas.

En el 2021, como parte de la negociación para extender por 50 años la concesión de TCP, Uruguay concedió a la empresa prioridad de atraque en los muelles, así como del uso de la plazoleta para almacenar y mover los contenedores.

Ese reclamo judicial en el Centro de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), tuvo dos novedades recientes: el 30 de julio se conformó el tribunal que decidirá sobre el reclamo, que asciende a 600 millones de dólares.

Anticipando un resultado favorable, Montecon movió sus fichas y llevó a la ANP una propuesta: desarrollar una nueva terminal multipropósito en Montevideo en los muelles que aún son de uso público.

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La falta de capacidad y los conflictos entre privados restaron competitividad al puerto uruguayo.

La propuesta lleva un extra: eliminar la prioridad de atraque que se concedió a TCP en 2021 –cuando había un gobierno de otro signo político-.

¿Un nuevo esquema en el Puerto de Montevideo?

La extensión de la concesión de TCP había sido cuestionada por la oposición política en Uruguay, que se impuso en las elecciones presidenciales del 2024.

La posición de la terminal sufrió complicaciones adicionales, ya que la obra de modernización del puerto –que forma parte de su plan de inversiones para lograr la extensión- se paralizó, generando complicaciones a los operadores, que eligieron trasladarse a Buenos Aires y Brasil.

En ese marco, la ministra de Transporte Lucía Echeverry declaró que el país “respetará los acuerdos” con TCP, pero aclaró que se buscarán ajustar detalles de la concesión.

Y añadió que los posibles cambios en el Reglamento de Atraque, tema clave para permitir el acceso de otros operadores a los muelles públicos, “es parte de las conversaciones que aspiramos a tener”.

En caso de prosperar la propuesta, el puerto de Montevideo sumaría competencia, pero volvería a perder eficiencia y velocidad operativa en sus principales muelles, sumando incertidumbre y complicaciones justo cuando las principales navieras ven a Montevideo lejos de las prioridades de la región.

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