La iniciativa propone construir de un tramo adicional de 300 kilómetros para llevar el recurso de Vaca Muerta a 10 salares del NOA. Se suma a las iniciativas impulsadas por Genneia y Central Puerto para llevar electricidad.
La reversión del Gasoducto Norte ya está operativa y, además de asegurar el suministro de gas de Vaca Muerta a hogares e industrias en el norte argentino, existe la posibilidad de que, en el corto plazo, también pueda abastecer los principales yacimientos de litio de Catamarca, Salta y Jujuy.
La propuesta toma relevancia considerando las declaraciones recientes del Secretario de Minería, Luis Lucero, quien afirmó en un viaje a Alemania para promocionar la minería del país que en 2024 se llegará a las 100.000 toneladas de carbonato de litio al año, duplicando la producción y que para 2030, se alcanzarán las 450.000 toneladas anuales, «un nivel similar al de los actuales líderes del mercado”, según evaluó el funcionario ante importantes inversores europeos.
La construcción del gasoducto para llevar el recurso de Vaca Muerta hasta las instalaciones de los salares del NOA demandaría “unos 18 meses y si todo sale bien, en enero de 2027 estaríamos entrando en operaciones”, adelantó Daniel Ridelener, gerente general de Transportadora Gas del Norte (TGN).
Daniel Ridelener, gerente general de Transportadora Gas del Norte (TGN), la empresa responsable del Gasoducto Norte, planteó la posibilidad de extender el suministro a estas regiones ricas en litio.
En el evento Argentina Texas Summit, realizado a medidados de octubre en Neuquén, Ridelener detalló el proyecto Vicuñas, que consiste en la construcción de un tramo adicional de gasoducto de más de 300 kilómetros para conectar con los yacimientos mineros clave de estas provincias del norte.
En sus declaraciones, Ridelener anticipó que «estamos previendo una demanda inicial de 1.5 millón de metros cúbicos y una inversión en este ducto de los 370 millones de dólares«.
Además, informó que TGN está trabajando en el estudio de impacto ambiental, el cual se espera concluir antes de fin de año. En paralelo, se está revisando la ingeniería básica del proyecto y las obras necesarias.
Ridelener estimó que la construcción demandará “unos 18 meses y si todo sale bien, lo digo porque hay muchas externalidades en este proyecto, en otra es que hay mucha competencia del sector eléctrico, en enero de 2027 estaríamos entrando en operaciones”, concluyó.
Gas de Vaca Muerta para el litio
El ducto proyectado, de 12 pulgadas de diámetro, cruzará 10 salares clave, incluyendo Olaroz, Cauchari, Pozuelo, Rincón, Centenario Ratones y el famoso salar del Hombre Muerto. Su recorrido iniciará en Susques, Jujuy, pasará por Salta y finalizará en Antofagasta de la Sierra, en Catamarca.
Además, ya hay 17 proyectos de litio interesados en el suministro de gas proveniente de Vaca Muerta, lo que resalta la demanda por este recurso en la industria minera del norte argentino.
«Además lo tenemos pensado (al gasoducto) con fibra óptica para abastecimiento no solo del ducto sino también para uso de los proyectos mineros», adelantó Ridelener, señalando la intención de agregar una infraestructura tecnológica que beneficie también a las empresas mineras en la zona.
Se prevé que el gasoducto Vicuñas se conecte al Gasoducto Norte mediante el Gasoducto Norandino, ampliando así la red de distribución en el país.
Abastecer la demanda eléctrica de las minas del NOA
El sector privado también mira con interés a las zonas donde el litio es estrella. Por caso, la empresa Genneia está promoviendo un proyecto integral para suministrar energía renovable a los desarrollos mineros de litio en el Noroeste Argentino.
La iniciativa apunta a cubrir la demanda de energía de empresas mineras, especialmente aquellas que operan en el Salar del Hombre Muerto, y busca facilitar una producción sustentable que cumpla con altos estándares ambientales y se sustente en fuentes renovables.
La propuesta de Genneia se asemeja a las iniciativas que están considerando tanto Central Puerto, principal generadora eléctrica del país, como YPF Luz. Esto abre la posibilidad de una eventual colaboración o integración entre las empresas para hacer realidad el proyecto.
La estrategia planteada contempla una línea de transmisión que conecte a los proyectos mineros en un único parque de gran escala, en lugar de establecer parques individuales para cada uno.
De este modo, se lograría una solución eficiente sin necesidad de conectarse al sistema interconectado nacional, evitando también ajustes normativos que permitan distinguir la energía destinada exclusivamente a las empresas mineras participantes.
La construcción de esta línea, que deberá tener en cuenta tanto la topografía desafiante de La Puna como la dispersión de los distintos yacimientos de litio, se estima en un recorrido de entre 150 y 250 kilómetros, lo que implicaría una inversión aproximada de hasta 300 millones de dólares.
Esto podría convertir al proyecto en candidato para el Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI), aprovechando beneficios fiscales, cambiarios y aduaneros.