Las interrupciones programadas en los aeropuertos generan preocupación en el sector turístico, que anticipa cancelaciones y complicaciones con la temporada alta encima. Las aerolíneas advierten pérdidas económicas y dificultades para reubicar pasajeros.

En smedio de un escenario turbulento en el sector aerocomercial, el paro anunciado por los controladores aéreos generó una fuerte preocupación entre las aerolíneas y el sector turístico en general. La medida de fuerza de la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA) comprende diez jornadas con retención de tareas en los aeropuertos durante julio, en pleno desarrollo de las vacaciones de invierno.

Así lo comunicó el gremio en un posteo de redes sociales en el que detalló el cronograma con los días en que las actividades se verán afectadas. Asimismo, señalaron que el conflicto se agudizó tras la falta de respuestas por parte del gobierno ante reclamos por infraestructura, falta de personal y condiciones operativas críticas”.

La medida de fuerza exceptúa vuelos sanitarios, humanitarios y de rescate.

La situación amenaza con afectar el normal desarrollo de los vuelos en las semanas de mayor demanda estacional, tanto por la cantidad de vuelos programados como por la ocupación plena de los principales destinos del país.

En ese contexto, la Cámara Argentina de Turismo (CAT) advirtió que “el turismo no puede quedar rehén de los conflictos” y reclamó previsibilidad para sostener el nivel de actividad en esta etapa clave del año.

Por su parte, las aerolíneas recomiendan a los pasajeros chequear con anticipación el estado de sus vuelos y contemplar posibles modificaciones en los horarios de partida. Las agencias de viaje y prestadores de servicios turísticos también se preparan para un mes de incertidumbre, con preocupación por el impacto en la imagen del país como destino en una etapa clave del calendario.

Aerolíneas en alerta

Según dio a conocer ATEPSA, las retenciones afectarán la recepción y transmisión de planes de vuelo, así como la autorización de movimientos en pista, en franjas horarias de entre seis y catorce horas los días 11, 12, 13, 15, 18, 20, 24, 25, 27 y 30 de julio.

 Aunque la medida exceptúa vuelos sanitarios, humanitarios y de rescate, las aerolíneas consideran que el esquema elegido imposibilita concentrar los vuelos en horarios alternativos y complica la reprogramación, especialmente por la alta ocupación característica del receso invernal.

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El sindicato dio a conocer el calendario de medidas de fuerza para julio.

“La extensión de la protesta hace inviable reubicar a todos los pasajeros afectados”, explicaron desde la industria aérea.

En un comunicado conjunto, la Cámara de Líneas Aéreas en Argentina (JURCA), la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) y la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) calificaron la convocatoria del gremio como “innecesariamente oportunista”.

Las entidades cuestionaron la coincidencia del plan de lucha con las vacaciones escolares en casi todas las jurisdicciones del país, y advirtieron sobre posibles cancelaciones masivas de vuelos nacionales e internacionales si no se alcanza un acuerdo en los próximos días.

Impacto económico del paro de controladores aéreos

Las aerolíneas señalaron que la imposibilidad de cumplir los itinerarios previstos generará pérdidas millonarias, no solo para las compañías aéreas, sino también para hoteles, restaurantes, agencias de excursiones, alquileres de vehículos y comercios en destinos turísticos.

Además, remarcaron que la situación aumentará los costos operativos debido a la gestión de reclamos, compensaciones y logística para pasajeros varados o reubicados. “Se pone en riesgo la cadena completa del turismo”, advirtieron voceros de una de las empresas afectadas.

El conflicto se produce en un contexto de alta concentración de vuelos y reservas, con cronogramas escolares que distribuyen el receso invernal en distintas etapas a lo largo del mes.

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Las aerolíneas señalaron ayer que el impacto económico será significativo.

Desde el 7 al 18 de julio están de vacaciones escolares provincias como Córdoba, Mendoza, Río Negro y Santa Fe; mientras que del 14 al 25 se suman otras como Salta, Misiones y Tierra del Fuego. En tanto, la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires iniciarán su receso recién el 21 de julio. Este escalonamiento, lejos de atenuar los efectos del paro, podría extender sus consecuencias durante casi todo el mes.

“La previsibilidad es clave para el turismo, que es uno de los motores de la economía”, sostuvo la presidenta de la CAT, Laura Teruel, al reclamar soluciones inmediatas. Y añadió: “Perjudicarlo en este contexto es retroceder en el camino de crecimiento que tanto queremos construir”.

 La entidad reclamó preservar la confianza de los usuarios y pidió a las autoridades y al gremio “garantizar la continuidad de los servicios aéreos en las próximas semanas”, en un llamado explícito a evitar medidas que impacten en una de las principales fuentes de ingreso para muchas economías regionales.

El jueves pasado, el Ministerio de Transporte y la Secretaría de Trabajo mantuvieron una audiencia con los representantes de ATEPSA para conocer el detalle de los reclamos gremiales. Aunque no se informó oficialmente el contenido de la reunión, desde el Gobierno no descartan recurrir a la conciliación obligatoria si no se logra desactivar el cronograma de protestas antes de los días más críticos.

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