El encuentro de ayer por la tarde no tuvo una resolución positiva y la UTA avanzó con la medida de fuerza, que se extiende hasta las 24 de este martes. Una vez más, las unidades del Grupo Dota circulan con normalidad.

Tal como se anticipó ayer, las posibilidades de alcanzar un consenso y evitar el paro de colectivos eran bajas. Efectivamente, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) se mantuvo inamovible y la suspensión de los servicios entró en vigor desde las 00:00 horas de este martes, afectando la movilidad en todo el país.

Ayer por la tarde, el flamante secretario de Transporte, Luis Pierrini, junto con las cámaras empresariales y el sindicato, se reunieron con representantes sindicales para intentar destrabar el conflicto, pero no hubo acuerdo. Si bien la medida de fuerza afecta a más de 300 líneas, algunas funcionarán con normalidad durante todo el día.

La discusión salarial se arrastra desde marzo, cuando se presentó la primera oferta formal.

Desde el gremio que conduce Gabriel Gusso aseguraron que la medida no se trata de una acción extorsiva, como la definió el Ejecutivo. “Los choferes de colectivos no llegan a fin de mes”, afirmó el secretario gremial de la UTA en declaraciones públicas, al tiempo que cuestionó al Gobierno por minimizar el reclamo.

 Gusso planteó que el salario debería rondar los 2.500.000 pesos mensuales y agregó: “La CGT tendría que haber esperado para poner fecha del paro general, esto ameritaba ser parte de esa discusión”. Por su parte, las cámaras empresarias manifestaron que las demandas del gremio son imposibles de afrontar sin una recomposición urgente de los subsidios y tarifas.

Luciano Fusaro, presidente de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA), declaró: “Estamos muy lejos. Un salario de 1.700.000 implicaría un aumento del 60% de las tarifas. Tendríamos que llevar el boleto mínimo de 450 a 700 pesos, algo que está fuera de parámetro”. Además, señaló que el último ajuste de subsidios fue en febrero y que las empresas no reciben fondos actualizados desde entonces.

La discusión salarial se arrastra desde marzo, cuando se presentó la primera oferta formal. Desde entonces, según Fusaro, hubo al menos cuatro propuestas distintas por parte del sector privado, pero ninguna logró satisfacer al gremio. La situación financiera de las empresas, sostuvo, está comprometida.

“La plata que reciben las empresas es la misma de hace meses”, explicó, y añadió que los choferes perdieron un 13% de poder adquisitivo en lo que va del año, y casi un 30% desde 2012. “Nosotros también quisiéramos ajustar por inflación, pero no nos dan los números”, aseguró.

Las líneas que funcionan pese al paro de colectivos

En paralelo, algunas líneas del Grupo DOTA decidieron no adherir al paro y prestan servicio de manera parcial, lo que derivó en algunos ataques violentos contra unidades. Según se informó, al menos cinco colectivos fueron apedreados en el Acceso Oeste, en General Rodríguez. Una de las piedras atravesó la ventanilla de un coche y dejó esquirlas en el interior.

Grupo Dota, Paro de colectivos, UTA
La línea 60 funciona con normalidad.

Las imágenes de los daños fueron difundidas por trabajadores a través de redes sociales y la empresa denunció el hecho como una represalia gremial.

La lista de líneas que está circulando fue difundida por las autoridades para evitar confusión entre los pasajeros. Todas pertenencen al grupo Dota, donde los choferes están enfrentados con la coneducción de la UTA.

Son las siguientes: 6, 7, 8, 9, 20, 21, 23, 24, 25, 26, 28, 31, 32, 44, 50, 51, 56, 57, 60, 74, 75, 76, 78, 79, 84, 87, 91, 98, 99, 100, 101, 106, 107, 108, 111, 115, 117, 127, 128, 130, 134, 135, 146, 150, 158, 161, 164, 168, 177, 188, 228, 237, 256, 263, 271, 276, 299, 310, 322, 326, 327, 336 365, 370, 384, 385, 386, 388, 392, 403, 405, 429, 435 y 448.

Negociación caída

La Secretaría Transporte no logró intervenir con éxito en el conflicto, ya sin la posibilidad de conciliación obligatoria que anteioriomente le había permitido evitarlo. Las diferencias entre lo que reclaman los trabajadores y lo que están dispuestos a pagar los empresarios siguen siendo considerables.

La tarifa actual, explicaron desde AAETA, cubre apenas el 30% del costo operativo total, mientras que el componente laboral representa el 45% de los gastos. Esta desproporción, sumada a los subsidios congelados, pone en tensión el sistema de transporte urbano, especialmente en las líneas nacionales que no reciben ajustes desde agosto de 2024.

Desde el Gobierno nacional, la decisión de la UTA fue calificada como “extorsiva” y se cuestionó el momento en el que se aplica, justo en medio de negociaciones abiertas. Sin embargo, desde el sindicato respondieron que los plazos se agotaron y que no recibieron respuestas concretas que habilitaran un entendimiento.

En su momento, la UTA no acompañó el paro general de la CGT realizado el 10 de abril, justamente en virtud de que regía la conciliación obligatoria dispuesta por el gobierno en el contexto de la negociacion salarial.

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