El martes al mediodía la demanda se ubicó en 21.678 MW, y la importación significó un 6% en la matriz de generación eléctrica. Por las inundaciones, Brasil no pudo vender energía.
El corte de suministro a industrias y estaciones de GNC debido a la escasez de gas no fue la única consecuencia energética de la ola de frío. También disparó el consumo de electricidad y el Gobierno se vio obligado a comprar 1.200 MW de Uruguay, Bolivia y Chile para cubrir el pico de demanda.
Uno y otro efecto de las bajas temperaturas están conectados, porque además la falta de gas hizo que faltara en las centrales térmicas de electricidad, con lo cual también se complicó la generación.
Esta situación de emergencia obligó a pagar un precio significativamente superior por la energía importada, algo similar a lo que sucedió con el gas.
La mayor parte de la energía fue adquirida por Cammesa a UTE, la empresa estatal uruguaya de generación.
La mayor parte de esta energía fue adquirida por Cammesa a UTE, la empresa estatal uruguaya de generación eléctrica, que vendió a Argentina energía termoeléctrica generada en un ciclo combinado y desde parques eólicos.
Una parte se importó a 80 dólares por megavatio por hora (MWh), y 500 MW de energía termoeléctrica generada en ciclo combinado y motores a 210 dólares por MWh, según informaron fuentes del mercado a Econojournal.
Mientras que el costo de producción de energía en Argentina en mayo rondaba los 85 dólares por MWh, el gobierno pagó hasta 210 dólares por MWh, casi dos veces y medio más.
Sin electricidad de Brasil por las inundaciones
Además, esta semana se importaron 2.880 MW por hora de energía desde Bolivia y 100 MW por hora desde Chile.
El martes al mediodía, la demanda se ubicó en 21.678 MW, y la importación representó un 6% de la matriz de generación eléctrica. Esto equivalió a 1.242,6 MW, de los cuales 1.071 MW provinieron de Uruguay, 114 MW de Bolivia, 28 MW de Chile y 28 MW de Paraguay.
No se importó energía desde Brasil debido a las inundaciones en el estado de Rio Grande do Sul, que dejaron en condición crítica la infraestructura eléctrica, con decenas de líneas de transmisión fuera de servicio.
Esta situación afectó la gestión del Sistema Argentino de Interconexión Eléctrica (SADI) y obligó al gigante del Mercosur a suspender los envíos de energía hacia Argentina, aunque se pueden importar hasta 2.000 MW diarios.
Aun así, se estima que Brasil podría liberar aproximadamente 1.000 MW próximamente.
Menos generación por la falta de gas
Ante el difícil escenario que se agudizó desde la semana pasada, Cammesa además lanzó una licitación para adquirir 12 cargamentos de combustibles líquidos con el objetivo de fortalecer el sistema de generación eléctrica usando gasoil y fueloil en vez de gas natural, que resevaría para los usuarios residenciales.
Esta iniciativa, impulsada por el Ministerio de Economía, buscaba evitar nuevos cortes de suministro a las estaciones de GNC del AMBA y otras regiones del país, y ya implicó un gasto extra de unos 600 millones de dólares.
La cartera dirigida por Luis Caputo ordenó la compra urgente de siete cargamentos de 50.000 m³ de gasoil y cinco cargamentos de fueloil, totalizando 200.000 toneladas.
En este contexto, Enarsa también compró de urgencia un cargamento de GNL a Petrobras mediante contratación directa, aunque hubo problemas de pago que retrasaron la inyección de gas.
Por eso, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) convocó a última hora del martes a un comité de emergencia con productores, transportistas y distribuidores para cortar el suministro de gas a las 100 industrias más grandes del país, incluidas petroquímicas, petroleras, cerealeras, caleras y empresas agroindustriales. Esta medida también afectó a estaciones de GNC con contrato en firme.
Al día siguiente, tras varias negociaciones con la cancillería brasileña, el Gobierno destrabó el pago del barco de GNL y además se resolvieron los problemas técnicos que habían paralizado dos plantas compresoras de gas de TGN en San Luis y Córdoba. Así, anunció que había resuelto lo pero de la crisis de abastecimiento y este jueves comenzó a normalizarse el abastecimiento, aunque algunas estaciones de GNC aún seguían sin suministro.