Durante el fin de semana, los trabajadores volvieron a los paros. Para hoy, lunes, se anunció primero que no habría atención y luego una nueva tregua.
El puerto de Montevideo vivió nuevamente días sin atención a barcos y camiones durante el fin de semana, tras finalizar la tregua de diez días acordada entre la principal terminal de contenedores y los representantes de los trabajadores.
Tanto sábado como domingo la terminal permaneció cerrada, y la tensión se mantuvo en niveles elevados, con amenazas de la empresa, manifestaciones políticas y comunicados cruzados.
En ese marco, un primer comunicado de Terminal Cuenca del Plata (TCP) anunciaba que hoy lunes 20 tampoco habría actividad. Horas más tarde, sin embargo, emitieron una segunda información, asegurando que la atención retomaría la normalidad.
En ese nuevo texto, TCP confirmó que “el sindicato ha comunicado su decisión de retomar las actividades, aunque persiste cierta incertidumbre respecto a la estabilidad de la situación”.
El gremio rechazó la propuesta final de la terminal, y el ministerio de Trabajo pidió una nueva tregua para seguir negociando. Por ese motivo, se retomó la actividad, aunque persistan las dudas sobre su continuidad
Según trascendió en los medios del país vecino, el gremio rechazó la propuesta final de la terminal, y el ministerio de Trabajo pidió una nueva tregua para seguir negociando. Por ese motivo, se retomó la actividad, aunque persistan las dudas sobre su continuidad.
El fin de semana repitió, en forma vertiginosa, el mismo sendero del conflicto que mantuvo al puerto de Montevideo virtualmente paralizado durante los primeros días de octubre: los trabajadores en asamblea rechazaron las propuestas de la empresa (y también del ministerio de Trabajo) en torno del conflicto que mantienen por la implementación de un nuevo software.

Desde TCP, en tanto, emitieron durante el sábado un nuevo comunicado exhortando a los trabajadores a volver a sus puestos. La amenaza de denunciar el convenio colectivo estaba sobre la mesa.
La empresa denuncia que el gremio aseguró (“en base a una consulta en chat GPT”) que la mejora del sistema operativo podría generar despidos al necesitar menos trabajadores.
La oposición política, en tanto, reiteraba un fuerte pedido para declarar esencial las tareas, y evitar interrupciones prolongadas al comercio exterior.
Finalmente, en la tarde del domingo, TCP publicó que las operaciones serían normales desde hoy, aunque sin poder anunciar un acuerdo definitivo con los trabajadores.
El conflicto en el Puerto de Montevideo, por un cambio de software
El miércoles 1 de octubre, la principal terminal de contenedores del puerto de Montevideo anunció su cronograma de cambios hacia un nuevo software de gestión de las cargas. En la presentación se informaban modificaciones en los horarios de atención y ajustes mínimos para poder realizar distintas pruebas.
El inicio de la implementación disparó el reclamo del sindicato, que denunciaba que el cambio abría la posibilidad a despidos y cambios en el convenio colectivo que regula sus tareas, y lanzaron una medida de fuerza ante la falta de certezas de la empresa Katoen Natie, a cargo de Terminal Cuenca del Plata (TCP).

Tras casi una semana de conflicto, que incluyó amenazas de la empresa de desconocer el convenio colectivo firmado y advertencias de los trabajadores sobre la profundización del paro, finalmente se logró una tregua por diez días, que finalizó el sábado 18.
En el medio, el comercio exterior estuvo paralizado durante una semana, lo que generó airados reclamos de transportistas y exportadores, así como de cámaras empresariales del país, por el perjuicio a toda la actividad.
Según distintos reportes, las pérdidas superaron los 60 millones de dólares.
Para las navieras, en tanto, la discusión obligó a redirigir a sus buques hacia Buenos Aires o Brasil para hacer sus trasbordos allí.
Esa estrategia profundizó las decisiones que generaron preocupación a mitad de año, cuando varias empresas cancelaron recaladas en Montevideo y redujeron sus conexiones.
El titular de la Agencia Nacional de Puertos, en tanto, reconoció el “daño invisible” generado a la reputación del país.