En la Argentina el cupo femenino del sector creció un 23,8% en seis años, pero una encuesta reciente revela las razones que dificultan la permanencia de las trabajadoras. El impacto del «factor social».
Carolina Putelli, desde San Juan
La minería argentina salió en los últimos seis años a buscar más mujeres para cubrir puestos de trabajo. Los buenos resultados de los grupos mixtos en producción, sumados a que cada vez más la discusión de género gana terreno, impulsaron políticas activas. Un caso que llamó la atención fue el de San Juan, donde la cantidad de trabajadoras creció un 24,8%, por encima de la media nacional, que fue del 23,6%.
A pesar de esto, en la industria todavía son apenas el 11% de los puestos de trabajo los que están ocupados por mujeres y el 30% de ellos se cubrieron en los últimos dos años, cuando las empresas salieron a buscar activamente trabajadoras. Esto fue también lo que marcó la diferencia en San Juan: medidas activas desde el sector privado.
Estos números se desprenden de la más reciente encuesta de trabajo femenino en la industria minera, que realizó Women in Mining Argentina. Su directora ejecutiva, Mercedes Rodríguez, habló con Dinamicarg y remarcó que el crecimiento que se dio tiene que ver con “el compromiso de las empresas, que cada vez muestran más interés”.
Un caso que llamó la atención fue el de San Juan, donde la cantidad de trabajadoras creció un 24,8%, por encima de la media nacional del 23,6%.
El caso de San Juan refleja esto, ya que fue una iniciativa privada la que generó un cambio cuantitativo que tuvo reconocimiento mundial. Hoy en la provincia hay 568 puestos de trabajo femeninos, el 11,8% del total, apenas por encima de la media nacional, pero hasta hace dos años el porcentaje estaba cerca del 6%.
En total se incorporaron en el último año 113 trabajadoras, la mayoría al área de operaciones; es decir que ingresaron a proyectos que están activos. Pero en San Juan no abrieron nuevos proyectos metalíferos: Josemaría todavía no entra en construcción.
La explicación, entonces, para este salto, además del incremento de contrataciones propio de la minería de exploración, es el programa que hizo Veladero de ingresos femeninos exclusivos. La mina de oro que explota Barrick junto a Shandon Gold empezó en 2021 una serie de capacitaciones de mujeres para ser operadoras de camiones fuera de ruta.
Estos cursos son la forma de ingreso más importante al área de operaciones que tiene la mina. Preparan a los candidatos para conducir los camiones de más de 250 toneladas primero de forma teórica y luego continua en la mina durante alrededor un año de forma retanda, hasta que pasan a ser contratados.
De esta forma Veladero se convirtió en la mina que más hizo crecer su planta femenina, reconocimiento que luego impactó en los números provinciales. En total hay 161 operadoras mujeres en el proyecto iglesiano, la mitad de las cuales ingresó en los dos años. Estos registros lo ubicaron como el de mayor incorporación de mujeres a nivel mundial.
La convocatoria en años anteriores era de grupos mixtos y la mayoría de los ingresos eran de hombres, a pesar de que las estadísticas de la empresa indicaban que no necesariamente era el mejor escenario. En su última visita a la provincia en 2022, el CEO mundial de Barrick, Mark Bristow, habló de la política de la compañía para reforzar el cupo femenino debido a “los mejores resultados en productividad que obtenían”.
Los datos de una encuesta
La industria minera ofrece oportunidades laborales superiores a las de otros sectores privados. El sector metalífero paga haberes un 2,9% superiores al resto y tiene otros beneficios salariales que lo hacen competitivo. Pero la presencia de mujeres es todavía baja con respecto a los hombres.
Mercedes Rodríguez, de WIM, explicó que hoy en día la incorporación femenina a la industria es cada vez más importante para las empresas, pero que todavía queda pendiente un debate con respecto a qué medidas se toman para mantener a las trabajadoras dentro de las empresas y que esto está relacionado directamente con las tareas de cuidado.
Así lo revelaron los datos de la última encuesta de la organización, donde entrevistaron a 310 trabajadoras y el 49% aseguró que conocía un caso en el que una trabajadora dejó su puesto porque no podía compatibilizarlo con el cuidado de hijos u otras personas a su cargo.
“Esto es algo que se habla en muchas industrias, pero en la minería se acentúa por los roster”, dijo Mercedes Rodríguez en referencia a los ciclos de trabajo en mina, donde muchas veces el empleado pasa, por ejemplo, 14 días en la mina y luego tiene 14 días libres. “Cuando consultamos, el 43% de las mujeres nos dijo que no considera viable tener hijos a cargo y trabajar con este sistema.
Lo cierto es que el 50% de las mujeres encuestadas tiene personas a cargo y el 56% tiene hijos a cargo. El 45% son el único ingreso de la familia y el 36% de las encuestadas no cuenta con una ayuda para sostener sus tareas de cuidado cuando por trabajo debe alejarse.
A la vez, es la maternidad la mayor razón por la que las mujeres encuestadas analizan la posibilidad de dejar la industria. Si bien la mayoría de las trabajadoras que respondió el cuestionario dijo que no estaba pensando en irse, un 21% aseguró que no lo descartaba, y de este grupo, el 29% dio razones vinculadas al cuidado de hijos u otras personas.
Rodríguez explicó que esto da algunas pautas de cómo el rol social de la mujer está quitándole a la minería trabajadoras formadas y valiosas. “Se tiene que dar un cambio profundo, de tipo social, para que las mujeres tengan la posibilidad de elegir y haya una red de apoyo”, aseguró.
En este proceso, explicó, las empresas mineras no quedan afuera de la discusión. “En la industria veo muy buena voluntad, es importante que tengamos ahora esta encuesta, que nos permite saber dónde estamos parados, pero tenemos que trabajar no solo para atraer, también para retener”, explicó.
Ese aspecto se empieza a advertir en algunas políticas empresariales. En el mismo camino que Veladero, Río Tinto ofreció licencias equitativas por paternidad y maternidad. Cerro Vanguardia organizó una logística para que sus trabajadoras en periodo de lactancia puedan extraerse leche para que la empresa la acerque a sus hijos.
Estas, explicó Rodríguez, son estrategias para competir por la permanencia y fidelidad de sus trabajadoras. El principal rival es el rol social de las mujeres como cuidadoras exclusivas. “El hombre tiene más posibilidades de recibir la capacitación y cambiar de empresa. La mujer, en cambio, estadísticamente, se queda e impacta en su comunidad”, detalló.
A su vez, cada trabajadora que se va es una inversión en capacitación que la empresa pierde y, en la actualidad, con el crecimiento de la exploración y el surgir de la minería del litio, hay una competencia por la mano de obra calificada que todos miran con creciente atención.