El gigante minero Rio Tinto, que anunció dos mega inversiones en litio y cuyo CEO se reunió con Milei, trabaja en el país para desarrollar un sistema para extraer cobre que permitiría agregar valor y ahorrar en agua y energía.
Rio Tinto, una de las empresas mineras más grandes del mundo, lleva este año un récord de titulares en Argentina. Anunció dos mega inversiones en litio en el NOA por 2.500 millones de dólares y el CEO de la compañía, Jakob Stausholm se reunió con Javier Milei en Italia.
Hubo además otros movimientos recientes de la firma en el país, vinculados al cobre, que suman 315 millones de dólares y tienen una importancia estratégica.
Están intentando desarrollar un proceso llamado biolixiviación, que utiliza bacterias en el proceso de extracción del cobre y están probándolo en distintos proyectos en el mundo, dos de estos en Argentina.
Es que en el metal conductor la firma británica está apostando en desarrollar una tecnología que podría significar una revolución en el mundo minero. Se trata un sistema que permite aprovechar mejor el cobre, haciendo que sea más fácil explotar yacimientos que en general requieren de métodos más costosos y que insumen más energía y agua.
La apuesta de la firma viene a través de una de sus empresas vinculadas, que es Nuton. Esta se dedica a la innovación y específicamente están intentando desarrollar un proceso llamado biolixiviación. Este utiliza bacterias en el proceso de extracción del cobre y están probándolo en distintos proyectos en el mundo, dos de estos en Argentina.
Los destinos elegidos son Los Azules y Altar, dos exploraciones de cobre en Calingasta, San Juan, que son además cercanos. La metodología de los acuerdos es similar: invierten en los proyectos en exploración, que requieren de fondos frescos, a cambio de testear el sistema con rocas extraídas del lugar.
Todo el desarrollo se hace con un alto grado de confidencialidad. Si bien se sabe que Nuton usa bacterias para hacer más fácil la extracción del metal y que va probando primero en pilas pequeñas y otras más grandes, solo la empresa tiene datos de qué tipo de microorganismos son, cuántos incorporan o los resultados de los ensayos.
Rio Tinto y el sueño de volver todas las minas una “joyita” del cobre
Los minerales con cobre se pueden dividir en dos grandes grupos: yacimientos primarios y yacimientos oxidados. Esto tiene que ver con la formación, a través de millones de años, de los depósitos naturales del metal.
El cobre aparece concentrado en la corteza cuando hubo en una zona magma rico en este metal que ascendió y se solidificó. La Cordillera de los Andes es una zona donde esto se produjo muchas veces durante su formación, por eso es una de las áreas más ricas del mundo.
Cuando este material se forma, en general se generan minerales que son muy complejos, y cuando tienen una concentración suficiente es lo que los mineros y geólogos denominan un yacimiento. Si la roca se encuentra más o menos igual a como estaba durante su formación, es un yacimiento primario.
En algunos, que son mucho más raros, el yacimiento está cerca de la superficie y sufre la acción del agua durante millones de años. Este escurrimiento natural hace lo que se conoce como lixiviación: lava parte de los componentes, arrastrando para de sus componentes a zonas más profundas, esto puede suceder con el cobre.
Así se forma una zona enriquecida, donde el metal está en compuestos más simple que en los primarios, que es lo que se conoce como un yacimiento oxidado. Esto es una verdadera joya para los mineros, porque el agua hizo parte del trabajo y extraer el metal es más fácil.
Exponiendo esa roca a ácido sulfúrico, el cobre queda en la solución y luego con electrólisis, se forman placas de cobre con un 99% de pureza, listas para ser vendidas y aprovechadas por la industria.
En un yacimiento primario esto no es posible y hay que moler la roca hasta que sea un polvo, hacerla flotar en grandes tanques de agua y luego llevarla a plantas de refinamiento, de las cuales hay pocas en el mundo y ninguna en Argentina.
Con su tecnología, Nuton quiere hacer posible la explotación de un yacimiento primario como si fuera uno oxidado. La roca se tritura pero no llega a molienda, lo que ahorra un 60% de energía, y se trata con lixiviación, que usa un 35% del agua que se necesita en flotación.
Si esto se hiciera en condiciones normales, el ácido no podría atrapar el cobre, pero lo que propone el sistema es agregar bacterias, que harían más disponible el metal. Así, mientras los microorganismos degradan parte de la roca que no tiene riquezas, el solvente sería capaz de captar el cobre. De ahí, los siguientes pasos son separar el cobre en placas y ofrecer el metal al mercado interno y externo.