La secretaria de Energía presentó los lineamientos del nuevo esquema eléctrico que impulsa el Gobierno nacional. Propone devolver la gestión al sector privado, garantizar competencia y previsibilidad, y alinear toda la política energética con la estabilidad fiscal y monetaria.

En el evento Renewables & Electricity Day, la secretaria de Energía, María Tettamanti, presentó los fundamentos de la reforma eléctrica que impulsa el Gobierno nacional y subrayó que su estabilidad “depende directamente de la coherencia con el orden fiscal de la macroeconomía”.

“Las reformas están en línea con una macro que cuida el equilibrio fiscal y la estabilidad monetaria. La turbulencia actual es transitoria y más política que económica. No habrá desequilibrios como en 2018: hoy no hay emisión descontrolada ni riesgo de hiperinflación”, afirmó.

Tettamanti advirtió que “lo peor que podemos hacer es continuar con este régimen regulado y estatista”, ya que conduce a “un sistema descapitalizado, donde sin contratos previsibles y entre partes privadas, no hay desarrollo a largo plazo”.

Tettamanti explicó que el objetivo central de la reforma es garantizar energía abundante al menor costo posible, a partir de la competencia y la gestión privada, diferenciando los segmentos monopólicos de aquellos que pueden regirse por el libre mercado.

“Las que son monopólicas se tienen que regular con un apego absoluto a la ley, con un respeto a las reglas en juego en serio. Pero no hay mejor forma de obtener energía barata que con competencia, o sea, con libre mercado y gestión privada, no gestión pública. Y los privados, para eso, necesitan, por supuesto, también tener previsibilidad en las reglas del juego”, sostuvo.

El objetivo de María Tettamanti: volver a privatizar la gestión

Según la funcionaria, el nuevo esquema busca “volver a privatizar la gestión” del sistema eléctrico.

“El cómo es volver a privatizar la gestión porque nosotros salimos de una industria en los 80 estatal, se privatizaron los activos, y se privatizó la gestión. Durante los últimos años, la propiedad quedó en manos privadas, pero la gestión no. La gestión se fue interviniendo tanto, que, en definitiva, lo que hizo fue estatizar el sector, y nosotros queremos volver a la privatización absoluta del sector”, remarcó.

Tettamanti advirtió que “lo peor que podemos hacer es continuar con este régimen regulado y estatista”, ya que conduce a “un sistema descapitalizado, donde sin contratos previsibles y entre partes privadas, no hay desarrollo a largo plazo”.

El rol de los grandes usuarios

Otro eje de la reforma será transferir mayor responsabilidad a los grandes usuarios del sistema eléctrico.

“Los grandes usuarios tienen que gestionar su energía. Si desde Cammesa y la Secretaría de Energía vemos que el sector privado no se está moviendo en esa dirección, veremos si es necesario hacer una acción más centralizada de hacer el cálculo, la planificación y la licitación, pero no el offtaker”, explicó.

No somos dogmáticos —aclaró— y si en algún momento hay que hacer algo para garantizarle al proveedor el cobro de lo que va a vender lo vamos a hacer, pero a lo que apuntamos es a que el sector privado sea el offtaker de la nueva producción de energía.”

Coherencia fiscal y estabilidad monetaria

La secretaria insistió en que la política energética es inseparable de la estabilidad macroeconómica, especialmente en un sector que opera en dólares.

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Tettamanti explicó que el objetivo central de la reforma es garantizar energía abundante al menor costo posible, a partir de la competencia y la gestión privada.

“El segmento desregulado, que es el que tiene que producir y vender a un segmento regulado, tiene los temores del pasado de, si le cortás las piernas al que yo le estoy vendiendo, ¿cómo me va a pagar?”, señaló.

Por eso, advirtió que la viabilidad de la reforma depende del respeto a las reglas y de una política sectorial alineada con la macroeconomía.

“Si no tenemos una macroeconomía ordenada, no hay política pública en ningún sector de la economía que funcione. Donde hay una inestabilidad de precios, es imposible mantener reglas”, sostuvo.

Tettamanti confía en que el contexto tenderá a estabilizarse: “Estas reformas están pensadas y en coherencia con una política macroeconómica que está cuidando el equilibrio fiscal y una estabilidad monetaria. Una vez que se calme la desconfianza y se recupere la demanda de pesos, vamos a ir hacia un escenario sin inestabilidad cambiaria que impida llevar adelante estas reformas de fondo”.

Descentralización y nuevos contratos

La funcionaria adelantó que uno de los principales cambios será descentralizar la gestión del combustible y la contractualización, especialmente en la generación térmica.

“Estamos viendo ya una transición en la que las distribuidoras van a tener una generación asignada, pero no toda. Van a cubrir la demanda residencial, pero la demanda estacionalizada —la comercial, sacando los GUDIs— le puede faltar en algunos momentos del año, y tendrán que salir a pagar energía o contractualizar en la medida que los contratos de Cammesa, los PPA, vayan venciendo”, explicó.

Tettamanti aseguró que los contratos vigentes del Plan Gas y los PPA existentes serán respetados, con mecanismos optativos para migrar hacia el sector privado.

“Uno de los ejes en el diseño de esta reforma fue el respeto a los derechos adquiridos. Significa respetar los contratos que los productores tienen en cuanto a los volúmenes que van a poder vender, los precios a los que van a poder vender, los take or pay, que hay que respetarles”, enfatizó.

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