Con libertad para definirlas, las provincias tomaron rumbos diversos. Algunas, como Mendoza o Chubut, bajaron los porcentajes para fomentar inversiones. Otras, como La Pampa, evalúan aumentarlos fuerte. Vaca Muerta, con una alícuota más baja que el convencional, sigue siendo el mayor aportante.

Desde la aprobación de la Ley 27.742/24, conocida como Ley Bases, se produjo un giro sustancial en el esquema de regalías petroleras en Argentina: las provincias ahora tienen plena libertad para fijar las alícuotas, lo que está generando estrategias fiscales dispares a lo largo del país.

En promedio, el valor de las regalías ronda el 15%, pero hay provincias que optaron por reducir ese porcentaje para incentivar proyectos, mientras que otras buscan elevarlo, convencidas de que pueden maximizar sus ingresos sin desalentar inversiones.

En Neuquén, corazón productivo de Vaca Muerta, coexisten dos niveles de alícuotas. Por un lado, el convencional sigue pagando el 15%, tal como quedó establecido en los contratos históricos que se heredaron de Nación décadas atrás. Por otro, el shale —el segmento más dinámico de la provincia— abona apenas un 12%.

Esta reducción tiene su origen en las políticas de fomento implementadas hace más de una década, cuando aún se buscaba atraer inversiones para desarrollar los recursos no convencionales. Aunque hoy podría entenderse como contradictorio aplicar un porcentaje menor a la actividad más rentable, la medida sigue vigente.

Ponerle un número exacto a lo que deja Vaca Muerta en concepto de regalías requiere separar producción convencional de no convencional y considerar los distintos precios de venta. Tomando valores promedio tanto en gas como en petróleo, la cifra global supera los 160 millones de dólares mensuales.

Mendoza y Chubut adoptaron una lógica distinta: avanzaron con rebajas sustanciales en las regalías, que en algunos casos llegan al 7%.

La premisa es clara: resignar ingresos inmediatos para lograr un efecto multiplicador vía inversiones y mayor actividad en los yacimientos. Bajo esta lógica, cada punto que se reduce en regalías debería volver como perforaciones, trabajo y producción.

Mientras algunas provincias bajan sus porcentajes, La Pampa analiza exactamente lo contrario. En medio del debate por la continuidad de la concesión del bloque El Medanito, distintos sectores del gobierno provincial proponen fijar una alícuota superior al 30% en la futura concesión.

El planteo, de concretarse, representaría el doble del promedio nacional y podría convertir a La Pampa en la jurisdicción con la mayor presión fiscal sobre la actividad petrolera.

Cuánto aporta Vaca Muerta

Ponerle un número exacto a lo que deja Vaca Muerta en concepto de regalías requiere separar producción convencional de no convencional y considerar los distintos precios de venta. Tomando valores promedio tanto en gas como en petróleo, la cifra global supera los 160 millones de dólares mensuales.

En junio, Neuquén produjo 112,3 millones de metros cúbicos de gas diarios, de los cuales 88 millones provinieron del shale. Esa producción, a valores medios, genera regalías por unos 50 millones de dólares mensuales.

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En Neuquén, corazón productivo de Vaca Muerta, coexisten dos niveles de alícuotas. Por un lado, el convencional sigue pagando el 15%, y el shale abona menos: un 12%.

En petróleo, la producción fue de 494.000 barriles por día, con una participación del shale oil de casi 476.000 barriles diarios. Aplicando precios promedio, las regalías por este segmento rondan los 107 millones de dólares mensuales.

Regalías petroleras: qué son, quién las cobra y por qué

A diferencia de un impuesto, las regalías son un tributo, una compensación que las empresas pagan por extraer un recurso no renovable del subsuelo, propiedad de las provincias desde la reforma constitucional de 1994.

Desde entonces, son las provincias productoras las que perciben estos pagos, calculados sobre la base del precio de venta de la producción del mes anterior. Las petroleras liquidan sus regalías el día 15 del mes siguiente, una vez concretadas las ventas.

Este punto no es menor: hubo casos polémicos, como el intento de una provincia de cobrar regalías por recursos que no le pertenecían.

Uno de los antecedentes más discutidos fue un proyecto de almacenamiento subterráneo en Río Negro que pretendía guardar gas extraído en Neuquén, para reinyectarlo durante el invierno. Río Negro aspiraba a cobrar regalías por ese gas, aunque legalmente correspondía a Neuquén.

Finalmente, el proyecto no prosperó, y una norma reciente dejó en claro que, en esos casos, solo podrá cobrarse un canon, no regalías.

Cuando se trata de áreas bajo jurisdicción nacional, como sucede con los desarrollos offshore del sur argentino, las regalías no las cobran las provincias sino el Estado Nacional.

En ese contexto, los ingresos por regalías provienen de otra lógica operativa, pero siguen el mismo principio: compensar la explotación de un recurso finito.

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