El año pasado, las ventas de vehículos eléctricos abarcaron el 14% del parque mundial. Y se espera que en 2023 superen el 18%. En la región este desarrollo crece con menor intensidad que en el resto del mundo: todavía faltan infraestructura en las redes de carga y mejoras en los procesos de producción.

En los últimos diez años se profundizó la inserción de tecnologías sustentables en la matriz productiva de un mundo que tiende hacia la descarbonización en el suministro energético. Uno de los factores clave para disminuir el impacto ambiental es el reemplazo de la combustión interna en la industria automotriz. La alternativa elegida a escala global es el uso de vehículos eléctricos (VE) o híbridos, cuya comercialización está al alza en los últimos años, pero aún supone desafíos para varios sectores.

No cabe duda que estos autos han dejado de ser una utopía. A principios de la década pasada su alto costo de producción y venta detenían su inserción en el mercado, y ello se sumaba a que los modelos más accesibles tenían una baja autonomía (menos de 300 kilómetros) y prolongadas demoras en el proceso de carga, lo que relegaba su uso.

Con muchos países comprometidos con la sostenibilidad energética, un notable avance tecnológico en el sector y el crecimiento de iniciativas privadas para producir los insumos clave (como el litio), el mercado de vehículos eléctricos empezó su expansión. Según datos de la International Energy Agency (IEA), las ventas anuales de automóviles eléctricos a nivel global pasaron de 130 mil unidades en 2012 a más de 9,1 millones en 2022.

En la actualidad hay 26 millones de autos eléctricos en circulación en todo el mundo y se prevé que su peso en el parque automotor global siga en aumento en los próximos años. La mitad de las unidades están en China.

Desde la agencia prevén que para este 2023 ese número llegará a los 14 millones, aunque cada año se superan las proyecciones iniciales. Asimismo, un documento de la entidad revela que, en 2022, el 14% de las matriculaciones mundiales de autos correspondieron a modelos eléctricos, mientras que en 2021 la cuota fue del 9% y, en 2020, del 5%.  Así, se calcula que su peso relativo en el mercado global se incrementará hasta el 18% en 2023.

En total, hay un aproximado de 26 millones de VE en circulación en todo el mundo, lo que pone en evidencia el crecimiento del sector; sin embargo, se destaca también que es un crecimiento desigual, ya que la mitad de las unidades están China. De hecho, más del 80% de la flota se comercializan en el gigante asiático, Europa y Estados Unidos, potencias que representan los tres mercados más grandes y dominantes de la industria automotriz “verde”.

En ese marco, la IEA estima que en 2030 la participación promedio de los coches electrificados en las ventas totales en esas regiones llegará al 60%.

electromovilidad auto eléctrico
China concentra el 50% de la flota mundial de autos eléctricos.

A diferencia de los países mencionados, a los que se les puede sumar Noruega, Dinamarca e India, entre otros, la transición hacia la electromovilidad está en una instancia muy prematura en América Latina. De todas maneras, el mercado también crece aquí, aunque a menor velocidad. En la actualidad, la penetración aún marginal de los VE se basa casi exclusivamente en importaciones facilitadas por la reducción de aranceles y exenciones impositivas para la compra.

El escenario en Argentina

Aquellos países que no cuentan con una industria automotriz sustentable propia deben recurrir a la importación de modelos o de autopartes, lo que implica un costo muy por encima que su contraparte tradicional. Esta situación es aún más delicada en países como Argentina, donde las compras al exterior están atravesadas por un contexto de escasez de divisas.

A pesar del escenario complejo, el mercado de vehículos sin emisiones registra un alza gradual, y constante. En ese sentido, el país cerró 2022 con 7.846 vehículos híbridos y eléctricos comercializados, lo que significa un 33,4% más que las 5.880 unidades patentadas en 2021. Empresas como Toyota, Ford, Chevrolet y Volkswagen apuestan a su producción en el país de unidades híbridas.

Por el lado del segmento exclusivamente eléctrico, el año pasado se vendieron 261 vehículos un 257% que las 73 unidades comercializadas en 2021. Sobre los híbridos, que componen la mayor parte de las cifras de ventas, en los últimos 12 meses se patentaron 7.585 unidades, que implica un incremento del 30,6% respecto al año anterior. De todas maneras, el 65% del parque automotor circulante total del país constituido por 15.079.041 unidades sigue siendo naftero.

Asimismo, y según los datos que elaboró la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), se destaca que el volumen de autos híbridos en tránsito está en aumento. De hecho, cerraron 2022 con una flota de 18.880 unidades, triplicando la cantidad relevada al cierre del 2020. En lo que refiere exclusivamente a los VE, hay actualmente 4.401 en circulación. Los distintos informes evidencian el carácter marginal que este mercado tiene en la Argentina.

Vehículos eléctricos, Electromovilidad
El uso de autos eléctricos crece en China con mayor fuerza que en cualquier otro país.

Esto responde a varias cuestiones; por un lado, está el mencionado factor del precio combinado con la baja diversificación en la oferta. En el país, se comercializan menos de diez modelos exclusivamente eléctricos a valores que van desde los 25 millones de pesos hasta los casi 500.000 dólares.

Para aumentar el catálogo disponible se debe potenciar la industria local, para lo que se requieren incentivos fiscales e impositivos. Este es el segundo punto que necesita atención ya que, luego de que se archivara y perdiera estado parlamentario la Ley de Promoción de la Movilidad Sustentable presentada por el gobierno en 2021, el país no cuenta con un marco regulatorio para el desarrollo de la tecnología a nivel local o que atraiga inversiones del exterior.

Entre las trabas estaba la prohibición a la producción de vehículos a base de combustibles fósiles, prevista para 2041 –que se consideró demasiado rápida- y el riesgo de implementación de una cuota de mercado interno del litio que recién comienza su exploración y explotación en el país, por lo que la industria no veía con buenos ojos negociar un valor local –inferior al de exportación- de su insumo.

Esta instancia es clave ya que la Argentina transita una etapa de crecimiento en el sector del litio, insumo clave para la elaboración de las baterías que emplean los vehículos eléctricos. En ese sentido, la posibilidad de ir más allá de la materia prima y producir las baterías en el ámbito local, abarataría en gran parte los costos.

Por último, el tercer aspecto y quizás el menos atendido, tiene que ver con los puntos de carga. Este segmento encierra muchas complejidades que van desde la parte estructural hasta el propio proceso. Tampoco se debe descuidar que la industria de combustibles es una de las más importantes del país y en caso de que eventualmente la propulsión con insumos fósiles sea prohibida, como lo es en algunas regiones europeas, un pilar económico nacional deberá transformarse.

Recarga problemática

Uno de los mayores desafíos al que se enfrenta la movilidad eléctrica tiene que ver con la experiencia de recarga que es caracterizada por muchos usuarios como poco fiable, compleja y fragmentada.

Según un informe de la consultora internacional Accenture, los conductores a nivel mundial expresan su insatisfacción, especialmente por el mal funcionamiento de las estaciones y los pagos. Esta situación es en algún punto paradójica ya que las cargas de los VE en muchas partes del mundo se realizan en los domicilios particulares o en los lugares de trabajo, de manera más cómoda.

La demora de la carga eléctrica, que suele oscilar entre las 3 y 6 horas genera reticencia a la hora de optar por estas alternativas.

YPF punto de carga rápida
El punto de carga rápida en la estación de servicio de YPF en Dolores garantiza la posibilidad de llegar desde Buenos Aires hasta la costa atlántica en un auto eléctrico.

Esta problemática se profundiza en Argentina, donde los conductores no cuentan con instalaciones particulares y deben esperar en los puntos de carga. En total, el país tiene 130 terminales eléctricas en funcionamiento, de las cuales 60 se ubican en el AMBA.

Otros seis están en Córdoba, seis en Santa Fe y son 18 los que se encuentran en el sur, entre Neuquén, Mendoza y Tierra del Fuego. El resto se dividen entre La Pampa, Salta y Tucumán. La ubicación de las distintas estaciones de carga explica, en gran parte, la distribución del parque circulante en el país: el AMBA nuclea casi la mitad del total de vehículos activos (46%), mientras que en Mendoza y San Juan circula un 5% en cada una Córdoba y Santa Fe participan con porcentajes menores al 4%.

Sin una ley nacional, fueron algunas provincias las que avanzaron con medidas para favorecer su desarrollo: se trata de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Chubut, Entre Ríos, Mendoza, Río Negro, San Juan, San Luís, Santa Fe y Tierra del Fuego, además de las ciudades de La Plata, Nequén y San Salvador de Jujuy, que aplicaron diversos descuentos impositivos para productores o patentamientos.

Cabe destacar que la infraestructura de recarga se está desplegando como parte de mejoras mucho más amplias de la infraestructura urbana, por lo que es importante que el sector colabore con los urbanistas para garantizar un despliegue efectivo.

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