En octubre, el área estrella del shale neuquino alcanzó una producción de 88.229 barriles diarios y puso fin a largos años de liderazgo. La fuerte inversión de YPF fue clave.

Loma Campana, una de las 47 concesiones otorgadas en la formación shale de Vaca Muerta, logró un hito significativo al convertirse en el mayor bloque productor de petróleo del país.

Este proyecto, operado por YPF en asociación al 50% con Chevron, ahora lidera la producción nacional de crudo, consolidando la relevancia de esta formación en la matriz energética argentina.

Según los datos más recientes de la Secretaría de Energía de la Nación, Loma Campana alcanzó un promedio de 88.229 barriles diarios en octubre, superando a todas las áreas productoras de petróleo del país.

Este año, YPF y Chevron superaron los 10.000 millones de dólares en inyecciones acumuladas en Loma Campana, alcanzando un total de 10.084 millones de dólares.

Este logro desplaza del primer puesto a Cerro Dragón, el icónico bloque de Pan American Energy (PAE) en la Cuenca del Golfo San Jorge, que durante el mismo mes registró una producción cercana a los 81.000 barriles diarios y quedó en segundo lugar.

El ascenso de Loma Campana no es casual. Responde tanto a las inversiones sustanciales destinadas al desarrollo de la formación shale como al avance estratégico del plan 4×4 de YPF, diseñado para potenciar la producción hidrocarburífera y maximizar el potencial de Vaca Muerta.

Loma Campana crece al ritmo de las inversiones de YPF

El plan «todoterreno» de YPF tiene como eje central concentrar sus inversiones en el sector más rentable de su portafolio: Vaca Muerta.

Este enfoque busca no solo incrementar los rendimientos de producción, sino también potenciar las exportaciones, consolidando la posición de la petrolera de bandera en los mercados internacionales.

YPF, Chevrón, Loma Campana
Loma Campana es una de las 47 concesiones otorgadas en la formación shale de Vaca Muerta.

Un ejemplo de este compromiso con la eficiencia y la innovación es el reciente logro en Loma Campana, donde se perforó el pozo más extenso de toda la formación shale.

Este pozo cuenta con una rama horizontal de 4.958 metros, marcando un hito tecnológico. Más allá del récord, esta perforación refleja la apuesta por proyectos que optimicen recursos, logrando mayor producción con igual o menor inversión.

Loma Campana no solo es el bloque estrella de Vaca Muerta, sino también el que más capital ha recibido hasta la fecha.

Desde sus inicios, el área arrancó con un piloto de 1.200 millones de dólares, una cifra imponente. Sin embargo, las inversiones no han cesado. Este año, YPF y Chevron superaron los 10.000 millones de dólares en inyecciones acumuladas en el bloque, alcanzando un total de 10.084 millones de dólares.

El crudo de Vaca Muerta

En octubre, la producción de petróleo en Argentina alcanzó los 742.748 barriles diarios, un nivel significativo aunque aún por debajo del récord de 1998, cuando la era dorada del petróleo convencional superó los 860.000 barriles diarios.

Lo que distingue a 2024, sin embargo, es el cambio en el origen de esta producción: más de la mitad, el 56,82%, proviene de Vaca Muerta, marcando un punto de inflexión en la matriz petrolera del país.

Este crecimiento del shale oil ha impulsado cambios en el panorama energético.

Por un lado, sostuvo exportaciones regulares de alrededor de 120.000 barriles diarios, un factor clave para revertir el déficit comercial energético y registrar un saldo positivo en la balanza comercial después de años de números en rojo.

Por otro lado, internamente, el auge de este crudo más liviano en densidad ha obligado a adaptar la infraestructura de la mayoría de las refinerías del país, diseñadas originalmente para procesar petróleo convencional.

Lo más prometedor es que el desarrollo actual de Vaca Muerta representa solo el comienzo. Apenas el 8% de la superficie total de la formación está en la etapa de desarrollo masivo, lo que deja un enorme potencial sin explotar.

En cifras, el mes pasado Vaca Muerta aportó 422.038 barriles diarios, mientras que el petróleo convencional, en declive debido al agotamiento de sus pozos, produjo 312.470 barriles. El resto de la producción correspondió al tight oil.

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