Francia se comprometió a colaborar con la implementación del Plan Nuclear Argentino. En paralelo, se conformó la Alianza Estratégica en Minerales Críticos, que será formalizada por las secretarías de Minería de ambos países.
Este lunes tuvo lugar un encuentro entre Javier Milei y Emmanuel Macron que podría marcar un punto de inflexión en la agenda bilateral entre Argentina y Francia, con especial énfasis en cooperación energética y minera. Ambos estaban en Niza por la Conferencia de los Océanos de las Naciones Unidas.
La reunión, celebrada tras una invitación personal del presidente francés dejó definiciones concretas en torno al litio y la energía nuclear, dos sectores estratégicos para ambos países.
Se anunció la firma de una Alianza Estratégica en Minerales Críticos.
Macron comprometió el respaldo francés para la implementación del Plan Nuclear Argentino, una iniciativa lanzada por Milei en diciembre de 2024. “Francia se compromete a acompañar política y técnicamente este plan”, explicaron fuentes oficiales, en línea con las reuniones mantenidas días atrás entre Demian Reidel, titular de Nucleoeléctrica, y las principales compañías galas del sector, como EDF, Areva y Framatome.
En paralelo, se anunció la firma de una Alianza Estratégica en Minerales Críticos, que será formalizada por las secretarías de Minería de ambos países. Este memorando busca fomentar las inversiones francesas en la exploración y extracción de litio, cobre y otros recursos en el territorio argentino, así como facilitar el financiamiento por parte de bancos públicos franceses.
“El acuerdo brinda previsibilidad a los proyectos mineros y abre nuevas posibilidades para identificar reservas aún no explotadas”, señalaron desde la comitiva argentina.
La participación de Milei en el foro climático, centrado en los océanos, sorprendió a algunos analistas debido a su conocido escepticismo hacia las agendas ambientales multilaterales. Sin embargo, su presencia fue interpretada como un gesto diplomático hacia Macron, quien había solicitado expresamente su asistencia.
Durante la inauguración del evento, el mandatario argentino escuchó al presidente francés sin intervenir en las deliberaciones, aunque luego se reunió con él durante una hora en un salón anexo del centro de conferencias.

Además de los temas energéticos y mineros, la reunión abordó la intención de avanzar con el acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, una negociación que lleva años en proceso. Según trascendió, Macron se mostró dispuesto a acelerar la firma del pacto antes de fin de año, aunque condicionado a la inclusión de cláusulas adicionales.
El Plan Nuclear por etapas y el compromiso de Macrón
Hace un poco más de un mes, el Gobierno presentó de manera oficial las fases del Plan Nuclear, un proyecto estratégico que busca posicionar a Argentina en la vanguardia del desarrollo energético y tecnológico. La primera etapa se centra en el desarrollo y construcción de un reactor modular pequeño (SRM).
La idea es edificar una nueva planta nuclear conformada por cuatro de estos módulos en el predio destinado originalmente para Atucha 3. Este trabajo involucra una colaboración coordinada entre organismos estatales como Invap, Nucleoeléctrica, Conea y Conuar, además de la participación de actores privados y capital extranjero, que aportarán recursos y tecnología para avanzar en el proyecto.
La segunda fase, conocida como el “modelo Gillette” según explicó el titular de Nucleoeléctrica, Demian Reidel, consiste en una estrategia comercial innovadora para exportar uranio. Este modelo plantea la venta de los reactores modulares junto con un compromiso para la adquisición continua del mineral.
“De la misma forma en que te venden la maquinita de afeitar y los repuestos, podemos aprovechar la comercialización de estos reactores modulares para venderlos con un compromiso de compra de uranio argentino”, afirmó Reidel, resaltando el potencial económico y estratégico de esta iniciativa.
Finalmente, la tercera etapa se enfoca en atraer inversiones y posicionar a Argentina como un destino seguro para la instalación de infraestructura tecnológica avanzada, como centros de datos y otros desarrollos vinculados con la demanda energética del futuro. “Si logramos las fases 1 y 2, no va a ser ciencia ficción”, aseguró Reidel, señalando que el éxito en las primeras etapas permitirá consolidar un ecosistema energético robusto y competitivo.