El nuevo cuadro tarifario corresponde a un seguro complementario para accidentes de pasajeros y está vigente desde el 1 de mayo. Las empresas transportistas expresaron su disconformidad ante la medida.
El conflicto entre las transportistas de larga distancia y el oficialismo suma un nuevo capítulo. Luego de una reunión entre el ministro de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, y las cámaras empresarias del sector, donde se llegó a un acuerdo en torno a los boletos gratis por discapacidad, el panorama parecía estabilizarse.
Sin embargo, las últimas resoluciones de la cartera encabezada por Giuliano provocaron el malestar de los privados debido a que avalan un nuevo cargo extra para las aseguradoras. Así, con el objetivo de cubrir una parte de sus déficits con el cobro de una tasa adicional al seguro de transporte vigente.
El nuevo cargo tarifario implicará un ingreso extra para las compañías de seguros de 6.250 millones de pesos por año y se sumará a los 2.048 millones que pagan las transportistas por su lado.
Según la disposición, los pasajes de larga distancia emitidos por las transportistas a partir de mayo deberán incluir una suma fija de 250 pesos. Luego, la recaudación del nuevo concepto tarifario será transferido a una cuenta administrada por las empresas de seguros y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT).
El nuevo recargo está respaldado oficialmente a través de la resolución 684/2022 del ministerio de Transporte, y la resolución 4/2023 de la Superintendencia de Seguros de la Nación, encabezada por Mirta Adriana Guida. Asimismo, desde el gobierno aclararon que el costo de la nueva tasa “no forma parte de la banda tarifaria que rige para los pasajes de larga distancia”.
A partir de la puesta en vigencia de la medida, habría cuatro compañías aseguradoras que serían las principales beneficiarias, dado que concentran las pólizas de las firmas de transporte interurbano de larga distancia. Estas son las mutuales de seguros: Protección, Rivadavia, Garantía y Argos.
Disconformidad en las empresas de transporte interurbano
Al ser informadas de la medida, las compañías transportistas marcaron rápidamente su postura en contra. Entre los reclamos aparece la doble imposición que implica tener que abonar la nueva tasa, en paralelo con la vigencia de las pólizas de seguros que pagan obligatoriamente las empresas de ómnibus.
En esa línea, también llamó la atención de las empresas del sector el monto que acumularían las aseguradoras con la doble recaudación. Ya que el nuevo cargo tarifario implicará un ingreso extra de 6.250 millones de pesos por año y se sumará a los 2.048 millones que pagan las transportistas por su lado.
Si bien cabe resaltar que el cobro extra será abonado por los pasajeros, las firmas advierten que el encarecimiento del boleto puede desembocar en una disminución de la demanda. Está claro que, en el contexto económico actual, la suma del recargo es poco significativa, sin embargo, la preocupación de los actores del rubro está relacionada con la posibilidad de futuras actualizaciones en el monto.
Por otra parte, las principales operadoras de larga distancia advirtieron que el impacto de la nueva tasa triplicará, en promedio, lo que están pagando de póliza mensual. Actualmente, el costo del seguro por coche oscila entre 50.000 y 60.000 pesos por mes y equivale al 0,7% de los ingresos que tienen las empresas. Con el nuevo cargo extra que se trasladará a los pasajeros, las aseguradoras se llevarán, en promedio, el equivalente al 3% de la facturación mensual de cada ómnibus.
En tanto, el factor que más cuestionamientos ha despertado es que la suma es fija. Lo que implica que no se tuvieron en cuenta variables como la diferencia entre el kilometraje y tarifas que existe entre viajes cortos, entre dos provincias limítrofes, y los más largos que recorren varias regiones.
Por ejemplo, en un trayecto inferior a los 300 kilómetros, la nueva tasa implicará un recargo del 10% en el precio del boleto; pero en un viaje entre Retiro y Salta de más de 1.400 km, el cargo extra representará solo un 2% del valor del pasaje, pese a que los riesgos de accidentes son más elevados que en el primer caso.