Alcanzó el primer puesto en el ránking de cotizaciones por su escasez y una creciente demanda de la industria. Pero se trata de una opción volátil, de alto riesgo para los inversoeres. Sudáfrica tiene el 87% de la producción global. Para qué se usa el iridio.
Aunque el oro es comúnmente percibido como el mineral de mayor valor económico, en realidad es el rodio, un metal raro del grupo del platino, el que ha liderado esta categoría. Sin embargo, recientemente, el iridio irrumpió en el mercado y ha tomado el primer puesto.
Este metal duro, frágil, pesado y de color blanco plateado, también pertenece al grupo del platino, y alcanzó el mayor valor económico debido a dos factores clave: su escasez y su demanda en la industria.
El iridio ha alcanzado un valor económico excepcional debido a su extrema rareza, siendo uno de los elementos menos abundantes en la Tierra, con una presencia de solo 0.001 partes por millón (ppm) en la corteza terrestre.
De manera similar a lo ocurrido con el rodio en 2021, cuyo precio se disparó debido a su uso esencial en catalizadores de automóviles para reducir emisiones contaminantes, el iridio experimentó un aumento significativo en su cotización.
En su apogeo, el rodio llegó a los 822.000 euros. No obstante, su colapso, con una caída del 84% en 2023, fue consecuencia de la especulación y la volatilidad inherente a los metales menos comunes.
Ahora, el iridio asumió el protagonismo como el metal más valioso del mundo, con un precio en constante ascenso.
Sin embargo, los analistas advierten que, aunque éste y otros metales como el rodio pueden ofrecer oportunidades lucrativas, también implican un alto nivel de riesgo que no es adecuado para todos los inversores.
Las características del iridio
El iridio se destaca por su notable resistencia a altas temperaturas —se funde a 2.000ºC—y su fuerte resistencia a la corrosión.
Estas propiedades lo hacen ideal para aplicaciones especializadas, como en bujías de alta gama, en crisoles utilizados para la recristalización de semiconductores a altas temperaturas, y en electrodos para la producción de cloro mediante el proceso de cloro-álcali.
El iridio alcanzó un valor económico excepcional debido a su extrema rareza, siendo uno de los elementos menos abundantes en la Tierra, con una presencia de solo 0.001 partes por millón (ppm) en la corteza terrestre.
Para ponerlo en perspectiva, el oro es 40 veces más abundante y el platino 10 veces más común.
La mayor reserva conocida de iridio se encuentra en el complejo ígneo Bushveld en Sudáfrica, que controla el 87% de la producción mundial.
Otras fuentes significativas incluyen los depósitos de cobre-níquel en Norilsk, Rusia, y la cuenca de Sudbury, en Canadá. Sin embargo, en 2023, la oferta global de iridio fue de apenas 240.000 onzas.
Actualmente, el precio del iridio se sitúa en torno a los 4.750 dólares por onza, comparado con los 2.470 dólares por onza del oro, metal que aunque alcanza niveles de cotización récord, está muy por debajo.
En 52 semanas recientes, el precio del iridio ha fluctuado entre un mínimo de 4.500 dólares y un máximo de 5.100 dólares por onza, lo que representa un incremento promedio del 200% en comparación con 2020. Su tendencia sigue siendo alcista.
El oro, con precio récord
En cuanto al oro, lleva un aumento acumulado de más de 20% en lo que va de este 2024, llegando a niveles récord en las últimas semanas, cuando los inversores ya especulaban con que la Reserva Federal de Estados Unidos recortaría su tipo de interés de referencia, algo que finalmente se confirmó.
Este tipo de decisiones hace que las inversiones se refugien en el metal dorado, que en contraste con otros como el iridio, es estable y muy seguro.
Otro de los factores que ha influido en los recientes incrementos del oro tiene que ver con la compra masiva por parte de bancos chinos.
En un marco de incertidumbre macroeconómica, los bancos centrales y los inversores ven en el metal precioso un depósito de valor fiable a largo plazo.
Además, es conceptualizado como un activo que ofrece cierta cobertura contra la inflación, ya que apuestan a que los lingotes se mantendrán estables.
Por ello, cuando bajan los tipos de interés, el precio del oro tiende a subir, ya que resultan más atractivos que los bonos.
