La compañía firmó un memorando con la CNEN para avanzar en el desarrollo del Reactor Multipropósito Brasileiro, considerado el “primo hermano” del RA-10 argentino.
Mientras sigue de cerca el desarrollo de reactores modulares pequeños, INVAP avanza en las etapas finales de negociación con el gobierno de Brasil para concretar la construcción del Reactor Multipropósito Brasileiro (RMB), un proyecto que representa un nuevo punto de convergencia en la cooperación nuclear entre ambos países.
La iniciativa, que se desarrollará en el estado de San Pablo, busca fortalecer la capacidad científica y tecnológica del programa nuclear brasileño y asegurar el autoabastecimiento de radioisótopos destinados al uso médico, en un contexto de creciente demanda mundial de estos insumos estratégicos.
El RMB es resultado de una cooperación iniciada en 2011.
El entendimiento entre la empresa argentina y la Comisión Nacional de Energía Nuclear de Brasil (CNEN) se formalizó en septiembre con la firma de un memorando de entendimiento (MoU) que marca el inicio del proceso hacia un contrato de ingeniería, provisión y construcción (EPC) del futuro complejo.
Ese acuerdo incluye no solo el reactor, sino también la infraestructura científica y los laboratorios que conformarán el núcleo operativo del proyecto.
Según precisó Felipe Albornoz, gerente del Área Nuclear de INVAP, el documento “abre la puerta a las negociaciones definitivas para concretar el proyecto”, y sirve como marco para involucrar a los distintos actores institucionales y regulatorios que deben intervenir.
El plan contempla una inversión estimada en unos 500 millones de dólares solo para el reactor, según proyecciones difundidas por la CNEN, y un plazo de construcción de aproximadamente cinco años.
La instalación se levantará en la localidad de Iperó, a unos 100 kilómetros de la ciudad de San Pablo, donde ya se iniciaron obras civiles preliminares. El sitio fue elegido por su proximidad al Centro Industrial Nuclear de Aramar, donde la Armada brasileña desarrolla el prototipo de un submarino con propulsión nuclear, lo que refuerza el carácter estratégico del emplazamiento.
Las similitudes con el RA-10
El RMB es resultado de una cooperación iniciada en 2011 entre Argentina y Brasil para el diseño conjunto de reactores multipropósito. Por esa razón, en INVAP describen al proyecto como el “primo hermano” del RA-10, el reactor que la compañía construye para la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en el complejo de Ezeiza.
Ambos equipos comparten una potencia de 30 megavatios térmicos y un conjunto de prestaciones comparables, entre ellas la posibilidad de realizar irradiaciones para dopaje de silicio y estudios neutrónicos avanzados.

Pese a esa cercanía tecnológica, cada reactor tiene particularidades derivadas de los requerimientos de sus usuarios.
“El combustible no es exactamente el mismo. En Argentina lo fabrica la CNEA, en Brasil lo harán ellos. También hay diferencias en la distribución de las facilidades y en los tipos de ensayos que cada país prioriza”, explicó Albornoz en diálogo con Econojournal.
Esas variaciones se reflejan en la disposición interna de los sistemas y en el diseño del tanque reflector, el componente central que determina la eficiencia del reactor.
Ese tanque reflector constituye un equipo propietario desarrollado por INVAP, que ya lo fabricó para el RA-10 y espera repetir la experiencia en Brasil. “Es parte de nuestras fortalezas y de lo que normalmente vendemos junto con la ingeniería. No muchos talleres en el mundo pueden hacerlo”, señaló Albornoz.
Este elemento, fabricado con tolerancias muy precisas y materiales especializados, define en gran medida la performance del reactor y su confiabilidad operativa, un aspecto clave en la obtención de licencias regulatorias.
Las aplicaciones del RMB de INVAP para Brasil
Uno de los principales objetivos del RMB será garantizar la producción interna de radioisótopos para aplicaciones médicas, especialmente el molibdeno-99, del cual se obtiene el tecnecio-99, insumo esencial para diagnósticos por imágenes.
El reactor también podrá producir lutecio-177, de creciente utilización en terapias oncológicas. “Es un radioisótopo que todo el mundo quiere desarrollar”, dijo Albornoz al subrayar la relevancia del proyecto para el sector sanitario brasileño.
La visión del programa brasileño apunta a alcanzar la autosuficiencia en la producción de radioisótopos a través de dos líneas complementarias: una centrada en la fisión del uranio y otra en la activación por captura N-gamma. Esta segunda modalidad permite generar una amplia gama de radioisótopos, hasta una veintena, mediante la irradiación de diferentes materiales, lo que diversificará la oferta local y reducirá la dependencia de importaciones.

