A través de un estudio, el Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG) señala la hoja de ruta de los próximos 15 años, que no se centra solo en el crudo y el gas, sino en la colosal demanda de bienes, servicios y mano de obra.
Un estudio pormenorizado del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG) reveló la magnitud del desafío productivo y logístico que enfrentará en los próximos 15 años la Argentina para materializar el pleno potencial de Vaca Muerta.
El estudio contempla, ente otros bienes y servicios, que se requerirán cantidades inéditas de ductos, cemento y hormigón, agua, ripio, movimiento de suelo, químicos y más empleo, lo que ayuda a entender la magnitud del desafío.
El informe traza una hoja de ruta hasta 2040 que no se centra solo en el crudo y el gas, sino en esa colosal demanda de bienes, servicios y mano de obra que teje una cadena de valor de vital importancia, catalogada por los expertos como un “factor crítico” para el éxito.
Para eso, un escenario medio implicaría una inversión entre los años 2025 y 2040 de US$ 150.000 millones y uno alto llevaría la inversión en Vaca Muerta a US$ 200.000 millones en el mismo período.
El desarrollo, advierte el estudio que fue realizado por la consultora Aleph Energy, estará atado a la solidez de esta red de proveedores y a la estabilidad de las condiciones financieras y de infraestructura, más allá de la mera fluctuación del precio internacional del barril.
El impacto de esta cadena de valor trasciende el ámbito petrolero. El estudio, encabezado por Daniel Dreizzen como presidente de la Comisión de Planeamiento y Análisis Económico del IAPG, subraya que las 37 empresas más grandes de Oil & Gas en la Argentina son abastecidas por una base de 9.957 proveedores.
El informe traza una hoja de ruta hasta 2040 que no se centra solo en el crudo y el gas, sino en esa colosal demanda de bienes, servicios y mano de obra que teje una cadena de valor de vital importancia, catalogada por los expertos como un “factor crítico” para el éxito.
De ese universo, el 78% (7.734 empresas) son Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) que facturaron, en promedio, US$4.000 millones anuales entre 2019 y 2021. Este circuito incluye desde fabricantes de productos metalmecánicos y maquinaria especializada hasta firmas que brindan servicios de ingeniería, arquitectura, jurídicos y publicidad.
El reporte destaca, en particular, el rol del sector como motor de empleo, un factor apreciado en particular por las comunidades locales que ven que las obras se traducen en beneficios directos. Si bien la industria petrolera emplea un porcentaje bajo del total de trabajadores, es indiscutiblemente el más productivo y el que más ingresos genera por trabajador.

Su capacidad es esencialmente multiplicadora: por cada puesto de trabajo directo generado en el sector de Oil & Gas se generan un total de 6,1 empleos en toda la Argentina. De ese total, 5,1 puestos se crean en otros sectores de la economía, confirmando a la cadena de valor de Vaca Muerta como el principal apalancamiento económico y productivo para las próximas décadas.
El informe en sus tres escenarios hipotéticos para el desarrollo de Vaca Muerta plantea, por un lado, un escenario crítico o bajo, según explicó Dreizzen, que no contempla la ampliación del midstream, manteniendo los volúmenes de producción y transporte en los niveles actuales.
Los escenarios medio y alto, en cambio, estiman sumar capacidad de transporte de petróleo y gas natural que generará más demanda de bienes y servicios por parte del sector.
Así se realizan proyecciones de la demanda en el primer anillo (demanda directa) para el desarrollo de Vaca Muerta (CAPEX, sin incluir la posterior operación y mantenimiento) y contempla la tecnología y prácticas actuales de la industria.
La metodología utilizada consistió en tomar la demanda de bienes y servicios para la construcción de un pozo promedio en Vaca Muerta y los requerimientos actuales de un pad, con plantas de tratamiento de crudo y gas natural y el transporte en los yacimientos y a partir de esos indicadores realizar las proyecciones.
Las tres etapas vitales de un pozo de Vaca Muerta
El proceso de convertir la roca madre en un motor económico se descompone en tres fases de alto impacto en la demanda de insumos, desde la construcción de la plataforma hasta la liberación del hidrocarburo.
La etapa inicial, la construcción de la Locación o PAD, consume tiempo, recursos y logística masiva. Cada plataforma, con una superficie promedio de 34.558 metros cuadrados, demanda unos 30 días de trabajo de una cuadrilla de 25 personas.

La construcción exige, por ejemplo, el acarreo de más de 8.400 metros cúbicos de áridos, lo que demanda unos 351 viajes de camiones solo para el transporte de material. Además, la maquinaria pesada —entre motoniveladoras, topadoras y cargadoras— acumula un total de 85 días de uso por cada locación.
En términos energéticos, el movimiento inicial requiere el consumo de unos 12.000 litros de Gasoil y 649 metros cúbicos de agua.
Una vez listo el pad, comienza la obra de ingeniería de perforación. Un pozo promedio en Vaca Muerta alcanza una longitud total de 5.800 metros, con un tramo horizontal de 2.800 metros, y se completa en un promedio de 20 días. Esta fase es intensiva en la demanda de insumos metalmecánicos, de los que cada pozo requiere unas 308 toneladas de acero en casing y entubación.
La mezcla del lodo de perforación exige un arsenal químico: por cada pozo se necesitan 275 toneladas de Baritina (un densificante clave), 49 toneladas de Alcalinizante y 272 metros cúbicos de Gasoil.
En cuanto a la cementación, se consume un total de 744 barriles de lechada principal para aislar las distintas secciones del pozo. Detrás de esta maquinaria, el Rig de perforación opera con tres turnos diarios y emplea a unas 54 personas.
El desarrollo, advierte el estudio que fue realizado por la consultora Aleph Energy, estará atado a la solidez de esta red de proveedores y a la estabilidad de las condiciones financieras y de infraestructura, más allá de la mera fluctuación del precio internacional del barril.
La fase de Terminación (o Frac) concentra la mayor exigencia de consumibles en un corto lapso. Un pozo típico se fractura en 50 etapas, un proceso que dispara la demanda de tres insumos clave. De arena (Proppant) se requieren 11.600 toneladas de arena por pozo, el equivalente a 580 viajes de camiones.
El volumen de agua por pozo para la fractura es de 72.303 metros cúbicos, cuya logística de acopio se gestiona con tanques australianos y Frac Tanks en cada plataforma.
En cuanto a la operación de fractura, que demanda un Frac Spread compuesto por unas 26 bombas con 2.000 HHP cada una, consume la friolera de 550.000 litros de Gasoil por pozo, además de miles de litros de químicos especializados (surfactantes, biocidas, inhibidores).
La Proyección a 2040
Entre 2025 y 2040, la tarea de desarrollar Vaca Muerta demandará en un escenario bajo entre 11.000 y 14.000 kilómetros de nuevos caños y en el alto entre 117.000 y 169.000 kilómetros. En potencia requerida, el análisis estima un mayor escenario de hasta 30 millones de HP, similar a la mitad de la represa Yacyretá o un tercio de la capacidad eléctrica instalada total del país.

La cantidad de cemento y hormigón para las operaciones en Vaca Muerta en el escenario medio va de 200.000 a 300.000 metros cúbicos (m3) y en el alto entre 1.700.000 y 2.700.000 m3. En acero, se estima que se necesitarán entre 500.000 y 6 millones de toneladas, respectivamente.
Vaca Muerta necesitará, además, hasta 999 millones de m3 en el escenario alto, el equivalente al 4% del caudal anual del río Limay. Y consumirá, en un escenario alto, hasta 12 millones de m3 de gasoil.
También se utilizarán entre 20 y 30 millones de m3 de áridos (ripio) y el suelo movido será de hasta 80 millones de m3 en el año pico, similar al 40% de la Ciudad de Buenos Aires. El empleo que demandará el desarrollo de Vaca Muerta será de 36.000 trabajadores y en el pico productivo circularán 12.000 camiones que podrían realizar hasta 11 millones de viajes.
En paralelo, se prevé la puesta en marcha de 56 nuevas Baterías de Crudo para el período 2026-2040. La construcción de cada una de ellas promedio de 19.000 barriles por día (bbl/d) requiere 4.000 metros cúbicos de hormigón y 35.000 pulgadas de soldadura.
Si se suman las Plantas de Tratamiento de Petróleo y Gas, la escala se multiplica: una Planta de Gas de 141 millones de pies cúbicos diarios (MMSCFD) demanda hasta 8.000 metros cúbicos de hormigón y 90.000 metros cúbicos de movimiento de suelos.
El impacto en dólares
Otro informe del IAPG se encargó de proyectar el Flujo de Divisas de la Industria Hidrocarburífera sobre el Banco Central, según los distintos escenarios de desarrollo de Vaca Muerta. La balanza comercial energética en un escenario de precios altos y de ampliación completa de la capacidad de transporte sería de US$ 57.000 millones anuales.
Sin embargo, en la combinación de los distintos escenarios de desarrollo y exportaciones de Vaca Muerta la proyección más pesimista de la balanza se ubica en ingreso de divisas por US$ 11.000 millones anuales para el BCRA.

En petróleo, el trabajo fija un escenario actual de 766.000 barriles diarios de petróleo (bdp) sin sumar capacidad de transporte, y en gas una evacuación de sólo 100 millones de metros cúbicos de gas diarios (MMm3/d). En ambos casos no se suman equipos de fractura ni rigs de perforación.
El escenario alto, de mayor optimismo, y acompañado por precios altos del barril de crudo, la capacidad de evacuación para exportación de petróleo trepa 1.758.000 bdp porque se suma la Fase III del VMOS y los proyectos de Oldelval. En este caso, los equipos en Vaca Muerta deberían crecer hasta los 60 rigs y 20 sets de fractura.
Los precios del crudo son otra variable contemplada. En el escenario de crisis el precio se ubicaría entre los 50 y 60 dólares. Sin embargo, el escenario medio tendría el barril entre 60 y 70 dólares y un escenario alto contemplaría un precio internacional de hasta 90 dólares por cada barril.
Para gas, en el escenario alto se suman los tres proyectos de exportación de GNL en carpeta con un diseño optimista que lleva a una capacidad de evacuación de 249 MMm3/d a partir de los cinco barcos de licuafacción que se instalarán en la costa atlántica. En este caso, se necesitarán 22 rigs y 6 sets de fractura en los yacimientos de Vaca Muerta.