El 90% de las empresas del sector considera que ese punto es fundamental para mejorar la competitividad del transporte. Y reiteran su advertencia de que el deterioro de rutas, la falta de mantenimiento y la lentitud en las obras impactan directamente en los costos, la seguridad y la sustentabilidad del sistema.

Nueve de cada diez empresas dedicadas a la logística identifican el mal estado de las rutas argentinas como el principal obstáculo para el desarrollo del sector. Así lo reveló un relevamiento realizado entre más de 500 profesionales del transporte que participaron en el último encuentro anual de la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG).

Aunque el optimismo moderado domina las expectativas —con un 64% de los encuestados que prevé una mejora económica en 2026—, la preocupación por la infraestructura vial atraviesa de manera transversal al sector de la logística.

Ocho de cada diez empresas logísticas prevén realizar desembolsos en 2026, especialmente en tecnología de almacenamiento, automatización, robotización, inteligencia artificial y seguridad (79%), ampliación de capacidad de depósitos (70%) y renovación de flota de transporte (53%).

Más del 40% señaló, además, el aumento de los costos operativos, laborales y de transporte, junto con la baja rentabilidad, como los mayores desafíos actuales.

Durante la jornada, Cristian Sanz, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), presentó los resultados de un estudio sobre 22.700 kilómetros de rutas nacionales y provinciales, que concentran el 80% del tráfico de cargas del país.

“La mayoría de las rutas se encuentra en estado regular o malo”, advirtió. El relevamiento incluyó más de 250 horas de video y 51.500 fotografías georreferenciadas, y detectó deterioros de carpeta asfáltica, banquinas, falta de señalización y obras inconclusas o mal señalizadas.

Sanz fue categórico al vincular el deterioro vial con la seguridad: “El mal estado de las rutas genera maniobras forzadas para esquivar baches, que derivan en colisiones, daños mecánicos y sobrepasos riesgosos”.

A su vez, el presidente de la Fundación para la Profesionalización en el Transporte (FPT), Sergio Ruppel, alertó sobre el impacto económico y ambiental: “Las rutas en mal estado reducen la vida útil de los equipos, incrementan el desgaste de neumáticos y elevan el consumo de combustible”.

Según los cálculos del sector, los sobrecostos operativos pueden oscilar entre 3,2% y 7,8%, dependiendo del nivel de deterioro.

Inversión privada frente a la deuda estructural

Pese a este escenario, el sector se prepara para invertir. Ocho de cada diez empresas logísticas prevén realizar desembolsos en 2026, especialmente en tecnología de almacenamiento, automatización, robotización, inteligencia artificial y seguridad (79%), ampliación de capacidad de depósitos (70%) y renovación de flota de transporte (53%).

Sin embargo, la brecha entre la inversión privada y la falta de infraestructura pública adecuada se mantiene como un obstáculo estructural.

“El sector logístico argentino encara 2026 con realismo, pero también con una fuerte dosis de optimismo”, destacó Alejandro Iglesias, miembro de la comisión directiva de ARLOG. Pero aclaró: “Sin infraestructura vial en condiciones, la eficiencia que logremos puertas adentro de las empresas se diluye en las rutas”.

Puertos, hidrovía y una red logística integrada

La necesidad de infraestructura también se extiende al sistema portuario y fluvial. Francisco Morandini, director comercial de Terminales Río de la Plata (TRP), señaló que por primera vez en dos décadas el país superará los 2,3 millones de TEUs movilizados, pero advirtió que la Argentina “sigue muy por detrás del puerto de Santos, en Brasil, que concentra más de 30 servicios semanales frente a los 17 locales”.

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El 90% de las empresas del sector considera que ese tema es fundamental para mejorar la competitividad del transporte.

“Necesitamos profundizar la hidrovía, mejorar los accesos ferroviarios y reducir los tiempos de documentación”, insistió.

Por su parte, la economista Diana Mondino, ex canciller, calificó a la hidrovía Paraná-Paraguay como una herramienta clave para bajar costos logísticos y potenciar las exportaciones. “Si no actuamos rápido y con inteligencia, otros países de la región van a aprovechar antes las rutas, los puertos y las inversiones que nosotros podríamos haber liderado”, sostuvo.

Contexto económico y expectativas de la logística nacional

En el plano macroeconómico, los directores del Banco Central, Juan Curutchet y Nicolás Ferro, afirmaron que la Argentina atraviesa una etapa de ordenamiento que podría derivar en un ciclo virtuoso.

“Pagamos cuentas pasadas. Por eso las alegrías no se ven de inmediato. Pero la inflación a la baja y el retorno de cierta previsibilidad son logros concretos”, dijo Curutchet. Ferro anticipó una expansión del crédito privado de entre 20% y 30% en los próximos meses.

El analista político Alejandro Catterberg, en tanto, analizó que las últimas elecciones consolidaron el respaldo al oficialismo, aunque advirtió sobre el desgaste de los partidos tradicionales y el impacto de factores externos en la campaña.

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