Director del Instituto de Energía de la Universidad Austral y Presidente de Hub Energía
El desarrollo de los hidrocarburos, potenciados por el crecimiento continuo de la producción en el yacimiento de Vaca Muerta y la potencialidad que conlleva debe estar acompañado por políticas públicas de desarrollo de infraestructura y un escenario macroeconómico que permita transformar esa riqueza en mejoras para el país.
Necesitamos pensar en grande, porque el recurso hidrocarburifero así lo amerita, por lo tanto, este sector no se encuentra exento de que la solución para Argentina es EXPORTAR. Exportar requiere inversiones y trabajo, y su resultado es el ingreso de divisas.
Las malas administraciones de los ingresos extraordinarios de divisas que, en general no son eternos, son las causantes del empobrecimiento de los países. Recordemos los ingresos de la soja a precios de commodities con el impacto de las tasas chinas entre 2014 y 2018. En un país con estabilidad regulatoria y una economía sana, las exportaciones potencian su crecimiento.
La ausencia de la decisión en encarar la infraestructura, en general nos interpela por el impacto adverso y la ineficiencia de esta actitud.
Este ejemplo es claro en Australia. En aquel país, hace 13 años se comienza a vislumbrar como un negocio atractivo para el mundo el reemplazo del carbón a gas natural. Desde entonces se encaró un proyecto gigantesco de plantas de licuefacción; desde hace cuatro años compiten con Qatar, y desde el 2020 es el principal exportador de GAS GNL del mundo.
En nuestro país, además, la realidad de tener una balanza comercial energética con extraordinario déficit negativo transparentó la necesidad imperiosa de la concreción de las obras de infraestructura para lograr abastecer la demanda doméstica con gas nacional.
La ausencia de la decisión en encarar la infraestructura, en general nos interpela por el impacto adverso y la ineficiencia de esta actitud.
La potencialidad de Vaca Muerta se conocía hace años, y la necesidad de encarar la infraestructura para satisfacer la demanda interna también.
El atraso y su posible consecuencia en nuestra balanza comercial puso en evidencia la gran dependencia de nuestra demanda energética interna a las exportaciones de GNL y de combustibles líquidos, obligando a las autoridades a encarar el primer eslabón de infraestructura que era el proyecto del gasoducto Tratayen Salliquelo (que estuvo a punto de adjudicarse en 2019) ahora conocido como Nestor Kirchner.
Abastecimiento interno frente a la caída de Bolivia
La reversión del Gasoducto del Norte, que implicará permitir que el gas de Vaca Muerta acceda via el Gasoducto del Oeste al Norte Argentino es imprescindible para abastecer especialmente a las Centrales Térmicas a gas deTucumány Salta especialmente, y la industria ante la inminente caída de la importación de Bolivia.
Según la Res 606 de la SE, se habilita a Cammesa a financiar parte de las obras. Cammesa aportaría alrededor de U$D 200 MM recaudados por las exportaciones de energía eléctrica a Brasil, mediante una operación de crédito reintegrable y el resto surgiría de un crédito aprobado por la Corporación Andina de Fomento.
El conjunto de obras comprendidas en el financiamiento son el gasoducto de interconexión de 36 pulgadas de diámetro nominal y 122,5 kilómetros de extensión aproximado, desde la Planta Compresora «La Carlota» del gasoducto Centro Oeste hacia la Planta Compresora «Tío Pujio» sobre el Gasoducto Norte. Asimismo, comprende 62 kilómetros de loops de 30 pulgadas sobre el Gasoducto Norte entre las localidades de Tío Pujio y Ferreyra y Obras de reversión de inyección de las Plantas Compresoras «Ferreyra», «Dean Funes», «Lavalle» y «Lumbrera».
La adjudicación de la obra esta en proceso de ser ejecutada, y si se cumplen los planes previstos podría estar lista para el próximo invierno.
Los hecho nos reclaman analizar nuestra historia y evaluar con sinceridad y transparencia los errores cometidos, para poder encarar los desafíos que la riqueza energética argentina nos pone a disposición.