Finalizaron las obras del Gasoducto de Integración Federal Tío Pujio-La Carlota y el recurso del shale neuquino ya se inyecta al norte del país. Ahora, el mercado brasileño quedó a un paso, pero se precisa de infraestructura adicional.
El gobierno inauguró el lunes la Reversión del Gasoducto Norte, una de las obras más esperadas en toda la industria. A partir del cambio en el flujo de gas, se abre la posibilidad de transportar hasta 15 millones de metros cúbicos (m3) de fluido desde Vaca Muerta hacia el centro y norte del país, y la mirada ya está puesta en exportar el shale hacia Brasil.
Para lograrlo, se barajan varias alternativas, pero los especialistas coinciden en que es necesario invertir la dirección del Gasoducto de Integración Juana Azurduy (GIJA) y la adaptación de su planta compresora, que conecta Salta con Bolivia. Así, los ductos ociosos del país vecino podrían ser utilizados por la Argentina, que pagaría un “peaje” para enviar el recurso al gigante del Mercosur.
Desde el gobierno destacaron que esta infraestructura permitirá al país ahorrar divisas por un total de 1.000 millones de dólares al año.
En esa línea, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) inició las obras en los puentes de medición del GIJA hace dos semanas. Óscar Claros, gerente de contratos de exportación de YPFB, subrayó que ya se habilitaron dos tramos de medición, lo que permitirá que el gas argentino llegué a Brasil, culminando en el punto de entrega en Mutún.
De todas maneras, en la Argentina se baraja la posibilidad de colocar directamente un nuevo puente de medición más pequeño, con capacidad de operar en dirección contraria, que se emplazaría en paralelo al que se encuentra en la refinería salteña de Campo Durán. Mientras tanto, ya hay cuatro operadoras de Vaca Muerta habilitadas a exportar, que esperan la apertura del mercado más grande de la región.
La reversión del flujo del GIJA no solo implica modificaciones físicas en la infraestructura, sino también ajustes en los sistemas de control y monitoreo para manejar el flujo en la dirección opuesta. Además, se precisa de una coordinación eficiente entre las tres naciones.
La inauguración de la Reversión del Gasoducto Norte
El proyecto llevado a cabo a lo largo de este año sobre el Gasoducto Norte permite el transporte de hasta 15 millones de metros cúbicos (m3) para abastecer a las regiones centro y norte del país, ante el cese de los envíos de gas desde Bolivia. La obra, ejecutada por la UTE Techint-SACDE bajo la dirección de Enarsa, garantiza el abastecimiento interno de cara al 2025.
Desde el gobierno destacaron que esta infraestructura permitirá al país ahorrar divisas por un total de 1.000 millones de dólares al año. Además, se espera que impulse el desarrollo de industrias clave, como la minería de litio, y que, en una segunda etapa, facilite la exportación de gas nacional a otros países de la región.
En la inauguración estuvieron presentes el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el ministro de Economía, Luis Caputo; y el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, acompañados por el secretario de Coordinación de Energía y Minería, Daniel González, y el CEO de Sacde, Damián Mindlin.
“La Argentina está viendo como el enorme potencial de Vaca Muerta puede llegar no sólo a Córdoba, sino a provincias del norte, sustituyendo energía que ya no teníamos porque, lamentablemente, la cuenca del noroeste se fue debilitando. Por esta obra se va a transportar el 10% del gas generado por la Argentina y gracias a este gasoducto tenemos gas y energía eléctrica para muchísimos años”, señaló Daniel González en el marco del acto oficial.
Los trabajos que implicó el proyecto
El proyecto de Reversión del Gasoducto Norte se completó con el desarrollo de un gasoducto de 36 pulgadas, desde la ciudad de La Carlota hasta Tío Pujio, en la provincia de Córdoba, que representó una inversión de 740 millones de dólares, de los cuales 540 millones fueron financiados por un préstamo de la CAF.
Además, se invirtió el flujo de cuatro plantas compresoras: Ferreyra y Dean Funes (ubicadas en Córdoba), Lavalle (Santiago del Estero) y Lumbreras (Salta). Estas, permitirán transportar 19 millones de m3 diarios a Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy.
El proyecto incluyó la creación de 200 cruces, de los cuales, según fuentes oficiales, 51 fueron clasificados como «especiales» por su ubicación en rutas, caminos, ferrocarriles, ríos y arroyos, mientras que los 149 restantes se consideraron convencionales.
Los trabajos, de gran complejidad, requirieron en su punto máximo la participación de 1.200 personas y la movilización de más de 600 equipos pesados de construcción, completándose todo el proceso antes de los plazos previstos.