La histórica empresa tecnológica e industrial Impsa culminó la etapa crucial de su reestructuración financiera, apenas ocho meses después de que el inversor Industrial Acquisitions Fund LLC (IAF) tomara el control. Su desarrollo promete no ser sólo un caso de estudio empresario, sino también el resultado de la primera privatización del Gobierno de Javier Milei,
La primera gran prueba para la compañía acaba de ser sorteada con éxito. La asamblea de acreedores aprobó la oferta del Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) con una contundencia casi unánime: el 98% del monto de la deuda elegible computable que asciende a US$583 millones dio su conformidad.
Este hito representa un «antes y un después» para la compañía. La aprobación del APE le permite a Impsa iniciar una nueva etapa, en la que comenzará a pagar capital recién a partir del décimo año de homologación.
Esta moratoria, de vital importancia, brinda a la gestión el tiempo indispensable para ordenar y normalizar sus operaciones y, sobre todo, para capitalizar los avances logrados en el plan de negocios impulsado por los nuevos accionistas.
Para la empresa, el acuerdo con los acreedores tiene un valor estratégico para este rumbo, al entender que con la reestructuración se consolida la puesta en marcha de una ‘nueva Impsa’ que busca ser un ejemplo de éxito binacional entre la Argentina y Estados Unidos.
La asamblea de acreedores aprobó la oferta del Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) con una contundencia casi unánime: el 98% del monto de la deuda elegible computable que asciende a US$583 millones dio su conformidad.
A tan solo ocho meses de asumir el control, el equipo liderado por el presidente de Impsa, Jorge Salcedo, el vicepresidente, Juan Manuel Domínguez, y el country manager, Pablo Magistocchi, presentó un balance de gestión con los datos que marcan su nuevo rumbo estratégico.

En el sector energético nacional, la empresa retomó su rol como actor clave en proyectos de infraestructura crítica en la Argentina, concentrando esfuerzos en la modernización y desarrollo de la matriz energética:
Hidroelectricidad: Se completó la rehabilitación integral de la Unidad Generadora 4 (UG4) de la Central Hidroeléctrica Yacyretá y la modernización de la Central Hidroeléctrica Quebrada de Ullum.
Petróleo y Gas (O&G): Se entregó el reactor de hidrodesulfuración de combustibles diésel para YPF.
Hidrógeno y Futuro: En colaboración con Y-TEC, se avanzó en el desarrollo de una planta piloto para la producción de hidrógeno, un vector energético clave para la transición. Se realizó también la entrega oficial del Parque Solar Fotovoltaico Helios Santa Rosa II.
La apuesta nuclear de IMPSA
En la búsqueda de reeditar el protagonismo nuclear y la calidad global, uno de los ejes más ambiciosos fue la reafirmación de su capacidad tecnológica en el sector de la energía nuclear, logrando un reconocimiento de clase mundial.
Impsa superó con éxito la auditoría externa para la recertificación del programa de aseguramiento de la calidad nuclear según los requisitos de ASME III – Nuclear.

La reactivación de la empresa se tradujo en una expansión activa hacia mercados internacionales, poniendo en valor su tecnología histórica:
Grúas Portuarias: Se concretó el regreso al mercado de las grúas portuarias en Estados Unidos, con conversaciones avanzadas con los principales puertos de ese país.
Participación Internacional: Impsa está participando en licitaciones en Paraguay, Chile, Colombia, Estados Unidos y Asia, demostrando su ambición por ser un «jugador global» nuevamente.
El éxito del APE, respaldado por estos avances operativos, tiene un doble propósito, según la visión de la empresa: asegurar la continuidad de la compañía y su tecnología centenaria, y convertir a Impsa en un fabricante esencial de componentes nucleares y grúas portuarias para los principales mercados del hemisferio.




