La federación que agrupa a las empresas del sector adviritó que las últimas medidas cambiarias acentúan las dificultades para los buques que proveen a refinerías y usinas eléctricas. Fue el último alerta de una semana en la que se alzaron varias voces del sector energético.
La restricción externa sigue afectando al sector energético. Las dificultades que enfrentan las empresas para poder concretar importaciones de insumos clave para su actividad quedaron en evidencia en la semana que acaba de terminar cuando, a lo largo de los días, se fueron sumando una tras otras novedades y reclamos que dan cuenta de la compleja situación.
La última en hacer oír su voz el viernes fue la Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA) que advirtió que las restricciones para acceder a dólares en el Mercado Único Libre de Cambios y las demoras y falta de definición de las fechas de aprobación en el otorgamiento de SIRAs (Sistema de Importaciones de la República Argentina) y SIRASEs – permisos para girar dólares por el consumo de servicios internacionales-, provocaron una crisis en el sector
Las empresas que integran la FENA señalaron que esta situación derivó en una “suba exponencial” de sus costos y advirtieron que frente a este escenario están a punto de suspender la operatoria por falta de repuestos y pago de seguros.
El transporte fluvio marítimo de hidrocarburos es clave para el país ya que por esa vía se abastecen las refinerías y usinas eléctricas.
De confirmarse finalmente este parate de la actividad, esto generaría a su vez una alteración en el abastecimiento de combustibles al mercado interno (estaciones de servicio) y a las generadoras eléctricas debido a que son estas mismas empresas las que tienen a su cargo el transporte fluvio marítimo de hidrocarburos -desde el sur a las diversas refinerías y desde allí a los puertos más importantes del país y usinas eléctricas-, y también a los servicios de las plataformas petroleras ubicadas en el Mar Argentino.
La raíz del reclamo por las importaciones
Las empresas plantearon que el Decreto 377/2023 publicado el lunes pasado en el Boletín Oficial y por medio del cual se generalizó la aplicación del Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) “lejos de brindar algún alivio al sector, aplicó un nuevo impuesto a la marina mercante”.
En ese sentido, señalaron que dicho tributo hoy tiene un impacto directo en la importación de bienes en un 7,5 por ciento y de servicios en un 25 por ciento.
En términos reales, indicaron, esto implica que los repuestos que los armadores importan de manera directa se vean incrementados en un 7,5% pero también impacta en los precios de los repuestos que compran a proveedores locales y poseen algún componente importado.
En tanto, los servicios como los seguros, el pago de los arredramientos, servicios de comunicaciones satelitales, y muchos otros propios de la actividad naviera también se encarecieron un 25%.
Los reclamos en Vaca Muerta
La advertencia de la FENA se sumó al reclamo esta misma semana de DLS Archer y a la decisión de YPF de comenzar a buscar proveedores chinos para hacer uso de los yuanes del swap ante la falta de dólares.
DLS Archer, una de las principales compañías de servicios de perforación, informó días atrás su decisión de suspender la modernización de un equipo de fractura que opera en Vaca Muerta ante la imposibilidad de acceder a insumos y repuestos que son clave para su operación.
Apenas 48 horas más tarde el titular de YPF admitió que la compañía de mayoría estatal se estaba abocando a la tarea de buscar proveedores en China de modo de poder pagar sus importaciones en yuanes (merced de la ampliación del swap de monedas acordado semanas atrás) para así sortear las trabas que enfrenta.
Frente a este escenario la Secretaría de Comercio convocó el viernes a las compañías que operan en la formación neuquina a presentar sus necesidades vinculadas a la falta de insumos para así encontrar un instrumento que garantice la continuidad, y profundización de la actividad en Vaca Muerta, buscando dar respuesta a los reclamos del sector hidrocaruburífero al que, apenas unas horas más tarde, se sumaría el de la industria naviera.