Desde el sector de hidrocarburos venían advirtiendo sobre las dificultades y este martes la principal operadora de servicios de perforación informó que no puede actualizar un equipo por falta de acceso a los repuestos.

Las señales de preocupación por la falta de dólares y las dificultades para importar insumos clave en el sector hidrocarburífero se intensificaron en las últimas semanas y este martes, un jugador de peso en Vaca Muerta informó que el problema ya impacta directamente en su actividad.

DLS Archer, una de las principales compañías de servicios de perforación, informó que debió suspender la modernización de un equipo de fractura que opera en la formación neuquina debido a las dificultades que enfrenta para acceder a insumos y repuestos que son clave para su operación.

El anuncio de DLS se sumó a la advertencia lanzada previamente por la Federación de Cámaras del Sector Energético de la provincia de Neuquén (FECENE) que señaló que las nuevas restricciones a las importaciones agravarían ya el complicado panorama que enfrentan las operaciones del sector al tiempo que admitió que viene recibiendo “de forma permanente pedidos desesperados por repuestos e insumos para Vaca Muerta”.

La Fecene advirtió que hoy existe una limitación con la cantidad de equipos de fractura y cuando se rompe alguno, a veces se desarma otro para mantener al resto, y esto lleva a situaciones límite.

“Todo se puso más crítico, en algún momento las SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina) salían rápido, pero estas últimas dos semanas está complicadísimo”, indicaron días atrás voceros de la entidad, en diálogo con IProfesional.

Y señalaron que “en la actualidad existe una limitación con la cantidad de equipos de fractura y cuando se rompe algún equipo, a veces se desarma uno para mantener al resto, y esto lleva a situaciones bastante límite”.

Por otra parte, empresas que prestan servicios a diferentes operadoras tuvieron la precaución de “stockearse” con productos importados, pero el peligro de falta de insumos -insisten- es constante en Vaca Muerta.

Trabajadores petroleros vaca muerta
DLS informó que por la suspensión de la modernización del equipo pone en riesgo 50 puestos de trabajo.

En la misma línea se pronunció el Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa, que señaló que los equipos de perforación que están en funcionamiento se ubican hasta dos tercios por debajo de lo requerido.

Y advirtió que, de no modificarse el escenario de faltantes de piezas, repuestos y maquinarias, la caída en la actividad en Vaca Muerta podría comprometer el normal funcionamiento del gasoducto Néstor Kirchner.

Asimismo, alertaron que las inversiones anunciadas, del orden de los 8.000 millones de dólares, podrían quedar en suspenso si no se flexibiliza el acceso a los insumos importados.

El alerta de DLS en Vaca Muerta

DLS Archer informó que tuvo que suspender los trabajos asociados al acondicionamiento y posterior puesta en servicio de un equipo perforador de última generación que estaba programada para septiembre de este año ante la incapacidad de acceder a los dólares necesarios para importar insumos. La decisión, advirtió, también pone en peligro 50 puestos de trabajo.

La compañía tiene en operación 8 equipos perforadores en Vaca Muerta. Sin embargo, crece la preocupación por el riesgo de tener que suspender sus planes si no se logra revertir las trabas a las importaciones.

En septiembre de 2019, apenas un mes después de que se decretara el congelamiento del barril de crudo luego de una brusca devaluación, DLS Archer inició un plan para modernizar ocho plataformas perforadoras, ante la previsión de que el contexto del país no sería propicio para la llegada de nuevas torres al país.

La modernización de torres de perforación permitió desde entonces generar pozos laterales más extensos, con récords de producción en los dos últimos años. Ahora, DLS afirma que esa situación podría verse afectada e incluso, invertirse, de no poder avanzar.

Hoy en Vaca Muerta operan ocho sets de fractura y la mayoría son flotas antiguas. Ante las dificultades para importar, el desafío para el sector es trabajar contra rotura, no con reparaciones planificadas, o con el sobre stockeo de insumos y repuestos.

Esta situación, repiten en el sector, implica inmovilización de capital y una consecuente carga a la salud financiera de las empresas, sobre todo para las pymes.

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