El World Energy Outlook 2025 señala que el país se encamina a un crecimiento sostenido gracias al impulso de Vaca Muerta y a un repunte de inversiones energéticas, mientras el resto de la región se encamina a un estancamiento.

El World Energy Outlook 2025, publicado por la Agencia Internacional de Energía (IEA), sitúa a la Argentina en un rol excepcional dentro del mapa energético regional.

Según el informe, el país será la única economía latinoamericana que incrementará de manera sostenida su producción de gas natural hacia 2035, mientras el resto de los productores enfrenta estancamiento o retrocesos.

El informe sostiene que “Argentina consolida su rol como exportador regional, con potencial para abastecer a Chile, Brasil y Uruguay a partir de ampliaciones en gasoductos y terminales de licuefacción”.

La agencia estima que la producción local crecerá 60% en la próxima década, hasta alcanzar cerca de 75.000 millones de metros cúbicos.

El motor de esta expansión será, una vez más, Vaca Muerta, ya que la IEA afirma que “la formación neuquina impulsa casi la totalidad del crecimiento del gas argentino”, respaldada por altos niveles de productividad en shale y tight gas y una reducción significativa de los costos operativos.

El informe también anticipa un salto en petróleo: la producción nacional podría llegar a 1,4 millones de barriles diarios en 2035, cifra que marcaría un máximo histórico, impulsada por el avance del tight oil neuquino.

La lectura regional del documento es clara: Argentina funciona como la excepción en un escenario donde la oferta latinoamericana tiende a desacelerarse.

La agencia subraya que esta ventaja proviene tanto del volumen de recursos no convencionales como de políticas orientadas al desarrollo del upstream.

Exportaciones, infraestructura y proyectos de GNL

Según el análisis de la IEA, el desarrollo de Vaca Muerta reforzará el abastecimiento interno y elevará la seguridad energética del Cono Sur.

El informe sostiene que “Argentina consolida su rol como exportador regional, con potencial para abastecer a Chile, Brasil y Uruguay a partir de ampliaciones en gasoductos y terminales de licuefacción”.

Este avance depende, sin embargo, de infraestructura clave: capacidad de transporte, procesamiento y nuevas obras hacia la costa atlántica.

La agencia advierte que el crecimiento productivo podría tensionar la red existente, ya que “las inversiones en generación eléctrica aumentaron casi 70% desde 2015, aunque el gasto en redes de transporte creció menos”.

En el plano exportador, la IEA destaca el papel de los proyectos de gas natural licuado (GNL). El más ambicioso es Argentina LNG, impulsado por YPF junto a ENI y ADNOC, que prevé instalar tres barcos en Río Negro para producir 18 MTPA a partir de 2030.

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La IEA anticipa un salto en petróleo: la producción nacional podría llegar a 1,4 millones de barriles diarios en 2035.

En paralelo, Pan American Energy pondrá en marcha otra iniciativa que producirá GNL desde 2027 y alcanzará 6 MTPA en 2028.

Con ambos proyectos operativos, el país podría exportar USD 15.000 millones anuales de GNL en la próxima década. A esto se suma el oleoducto Vaca Muerta Sur, que permitiría sumar otros USD 15.000 millones por año desde 2027.

Argentina en la nueva geografía energética global

El World Energy Outlook ubica estas proyecciones dentro de un sistema energético que atraviesa transformaciones profundas.

La IEA señala que el mundo vive un aumento histórico en la demanda de energía: en 2024, el consumo de petróleo, gas, carbón y nuclear alcanzó nuevos máximos, mientras la electricidad creció de forma inédita debido a la digitalización, la expansión de centros de datos para inteligencia artificial y la electrificación del transporte.

La agencia calcula que la demanda eléctrica global aumentará cerca de 40% hasta 2035, impulsada por economías emergentes.

Este escenario marca lo que la IEA denomina la “Era de la Electricidad”, con inversiones en generación, redes y almacenamiento que representan la mitad de la inversión energética mundial.

En este reordenamiento, el centro de gravedad se desplaza hacia India, el Sudeste Asiático y América Latina.

“El centro de gravedad del sistema energético mundial se desplaza hacia el sur y el este”, indica el documento, ubicando a Argentina entre los pocos productores con recursos abundantes y capacidad de expansión real.

Si bien el informe resalta el avance regional de las energías renovables, advierte que los combustibles fósiles siguen siendo determinantes para cubrir la demanda eléctrica e industrial.

En ese marco, el gas argentino aparece como una pieza esencial del equilibrio energético regional en los próximos años.

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