La capacidad de producción de Vaca Muerta quedó nuevamente reflejada en un logro de YPF, la mayor empresa energética de la Argentina, que en apenas 12 meses logró pasar de exportar cero barril de crudo a ser el principal colocador de petróleo en el exterior de las compañías que operan en la industria local.
A partir de la aceleración en el desarrollo de la formación no convencional, la puesta en marcha de obras de infraestructura de transporte y la consolidación de las ventas a Chile, YPF se convirtió desde junio último en la cabeza del ranking de envíos de crudo al exterior.
Hasta el primer semestre de 2023, la petrolera de control estatal destinaba toda su producción al mercado interno para asegurar el abastecimiento de sus refinerías y de las más de 1500 estaciones de servicio en todo el país y clientes mayoristas.
Por entonces, el ex presidente de la empresa, el santacruceño Pablo González, decidió retomar la venta de crudo al exterior al considerar que el nivel de productividad ya tenía cubiertas las necesidades internas, y todo lo que se produjera a partir de entonces serían excedentes exportables.
A partir de la aceleración en el desarrollo de la formación no convencional, la puesta en marcha de obras de infraestructura de transporte y la consolidación de las ventas a Chile, YPF se convirtió desde junio último en la cabeza del ranking de envíos de crudo al exterior.
De esta manera, la petrolera salió a recuperar un rol que no tenía desde 2007 cuando se suspendieron los envíos de crudo a Chile por el declino de los yacimientos convencionales en la Argentina, pero el surgimiento de Vaca Muerta rápidamente fue aprovechado por otras compañías que comenzaron a exportar más tempranamente.
Así, YPF se sumó a empresas como Pan American Energy (PAE) en Cerro Dragón, Vista, Chevron, Exxon y Shell, que por entonces lo hacían desde la Cuenca del Golfo San Jorge, con la producción de petróleo pesado -más útil para destilar gasoil- o a través del sistema Oldelval hacia Puerto Rosales, en Bahía Blanca.
Tras la puesta en valor del Oleoducto Trasandino que entró en operación en junio de 2023, YPF tuvo un rump up vertiginoso de producción y exportaciones.
Según los resultados presentados días atrás, las exportaciones de petróleo Medanito aumentaron en el tercer trimestre, promediando los 40.000 barriles día, lo que representa un crecimiento del 37% respecto al segundo trimestre y un 111% respecto al período anterior.
El volumen exportado por YPF representa un 15% de la producción total de la compañía y generó ingresos por 200 millones de dólares en el período.
El principal país de destino de exportación fue Chile, gracias a la puesta en marcha del Oleoducto Trasandino luego de 17 años de estar fuera de servicio. Las ventas a ese país se componen mayormente de crudo de Vaca Muerta, donde la compañía incrementó un 36% su producción interanual neta en el tercer trimestre.
Hasta el primer semestre de 2023, la petrolera de control estatal destinaba toda su producción al mercado interno para asegurar el abastecimiento de sus refinerías y de las más de 1500 estaciones de servicio en todo el país y clientes mayoristas.
YPF es socia en Otasa junto a la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) de Chile y a la estadounidense Chevron. El ducto va desde Puesto Hernández a 700 metros de altura sobre el nivel del mar, sube hasta 2000 metros para cruzar la Cordillera de los Andes y desciende tras 425 kilómetros en la Refinería Bío Bío en la localidad chilena de Talcahuano, donde Enap procesa el crudo.
La infraestructura que proyecta YPF para afianzarse como exportador
Para reforzar el esquema exportador, en octubre la empresa habilitó los primeros dos tanques y puso en marcha del sistema de bombeo del proyecto Vaca Muerta Norte, que permite desde entonces transportar 160 mil barriles diarios de petróleo hacia Chile y hacia el complejo Luján de Cuyo, en Mendoza.
De este modo, ese punto de entrega que implicó una inversión de 250 millones de dólares se consolidó como la principal salida de crudo no convencional ubicada en Neuquén, en la zona central del desarrollo.
El proyecto se integra por un oleoducto de 151 kilómetros, una cabecera de bombeo y un parque de tanques con una capacidad de almacenamiento de 370.000 barriles.
Las instalaciones se encuentran en el yacimiento La Amarga Chica, al norte de Añelo y el punto final de entrega del petróleo es el nodo Puesto Hernández, en Rincón de los Sauces. En este destino, el sistema conecta con el Oleoducto Trasandino.
La compañía realiza este año una de las campañas más importantes de pozos de su historia en la ventana de petróleo, con la intención de aumentar la producción de la Cuenca Neuquina.
Este objetivo forma parte del plan 4×4, que busca posicionar a YPF como exportadora de crudo de la mano de proyectos estratégicos como los oleoductos Vaca Muerta Norte y Sur.
Precisamente el oleoducto Vaca Muerta Sur es una de las obras clave que eliminará las restricciones de transporte de la producción neuquina. En mayo YPF comenzó la primera etapa de esta obra con una inversión total estimada de US$2.500 millones que permitirá transportar 500.000 barriles de petróleo por día.
Para reforzar el esquema exportador, en octubre la empresa habilitó los primeros dos tanques y puso en marcha del sistema de bombeo del proyecto Vaca Muerta Norte, que permite desde entonces transportar 160 mil barriles diarios de petróleo hacia Chile y hacia el complejo Luján de Cuyo, en Mendoza.
También está prevista en la segunda etapa, que se espera se lance antes de fin de año, la construcción de una terminal de almacenamiento y un puerto de aguas profundas en Río Negro, que admitirá barcos de mayor calado que los que actualmente operan en Argentina, con la consecuente reducción de los costos de transporte.
También están en ejecución los proyectos Duplicar que permitirá llevar a los 350.000 barriles la capacidad de evacuación, a lo que seguirá el denominado Plan Triplicar, siempre con destino al puerto de Bahía Blanca.
Estas obras, que se estiman estarán operativas en 2025-28, serán de suma relevancia para concretar los planes de producción de la formación para fines de esta década con proyecciones de saldos comerciales energéticos por US$ 30.000 millones -considerando las ventas de gas y petróleo-, pero la capacidad productiva de Vaca Muerta requerirá de más inversiones de infraestructura.