Las primeras definiciones del gobierno nacional sobre la Hidrovía generaron repercusiones en el sector: hay fuertes dudas en torno de los plazos, así como del rol que tendrán las provincias en el futuro.
Alguien definió no hace mucho, a la Hidrovía Paraná-Paraguay, como la columna vertebral de un amplio sector del comercio internacional, que involucra directamente a dos países (Argentina y Paraguay) e indirectamente a otros tres más (Brasil, Uruguay y Bolivia).
Su incidencia en el transporte de mercancías, sobre todo desde Paraguay, hacia mar abierto, es fundamental para la logística productiva regional y nacional.
El negocio entonces, de su explotación, es algo que se ha mantenido en danza durante muchos años, por la variante estratégica que implica el control de un recurso único.
Pero la Hidrovía, para que efectivamente sea útil, necesita mantenimiento constante. Su dragado permanente es algo indispensable para la libre navegación y, si se pretende aprovechar al máximo su potencialidad, también es necesario ir más allá de la “limpieza” del cauce natural del “canal”, para avanzar hacia ambas márgenes y ampliar de esa manera su aprovechamiento.
Nosotros tenemos muchos pasos previos que dar. Hay que estudiar los proyectos y tenemos que aprobarlos, y hacer un estudio de impacto ambiental que tiene que ser aprobado por las distintas autoridades de las provincias argentinas», dijo Mariano Mirotti.
La agenda del sector exportador tiene subrayado este punto: se necesita profundizar nuevamente la denominada Vía Navegable Troncal, tal como se hizo en la década del 90, para permitir el paso de buques más grandes, que lleven más carga y hagan más baratas las exportaciones.
Ese deseo, sin embargo, es un punto central en el futuro de la Hidrovía: para profundizar hoy hacen falta estudios ambientales y una profunda revisión tarifaria, que ajuste las nuevas tareas de mantenimiento y apertura del canal a los ingresos que perciba quien esté a cargo de la obra.
¿Qué dijo el gobierno sobre la Hidrovía?
Recientemente Mariano Mirotti, secretario de concesiones del ministerio de Economía nacional, ratificó que el gobierno llamará a una amplia licitación internacional para concesionar el dragado y balizamiento de la Hidrovía.
«Fundamentalmente lo mismo que en el resto de la infraestructura económica en la Argentina: nosotros vamos a recurrir al sector privado para que adelanten las inversiones en esquemas contractuales concesionales. Es la decisión que el gobierno nacional ha tomado inclusive antes de asumir, de que iba a avanzar por este camino. Y la vía navegable troncal va a ser parte de esta filosofía de cómo llevar adelante esta infraestructura”, dijo Mirotti a El Litoral.
«Hemos armado los equipos de trabajo conjuntamente con la jefatura de gabinete y la secretaría de transporte, a la vez que estamos en conversaciones con los actores del sector, de manera tal de poder responder con el proyecto que definitivamente asumamos para la contratación y el llamado a licitación, que de alguna manera responda a las necesidades de los productores y los exportadores argentinos», sostuvo el funcionario.
Y respecto a la licitación en sí, sostuvo que están «recibiendo estudios de todas las fuentes que han participado y tenemos los equipos técnicos analizándolos, para tomar una decisión al respecto».
Sin embargo, Mirotti se refirió a plazos y confirmó que el proceso llevará tiempo. En esa línea, dejó en claro que, cuando se concrete, el llamado a licitación será “abierto”, como toda licitación internacional y que por lo tanto podrán participar todas las empresas que estén interesadas.
De esa manera salía al cruce de las versiones que indicaban que Estados Unidos había planteado que China no intervenga en el proceso.
«Nosotros tenemos muchos pasos previos que dar. Hay que estudiar los proyectos y tenemos que aprobarlos», enumeró.
También mencionó otro tema espinoso: «hay que hacer también un estudio de impacto ambiental que tiene que ser aprobado por las distintas autoridades de las provincias argentinas», agregó Mirotti, lo que demandaría varios meses.
«En la línea de tiempo, diría que preparar los pliegos y el llamado a licitación es lo más corto que tenemos por delante. Es imperioso definir antes el proyecto conversado con los distintos actores para que la licitación que finalmente salga a la luz sea la que hace falta», completó el funcionario de Economía.
Una renuncia y una disolución
El proceso de licitación aún no se ha iniciado y ya ha dejado heridos en el camino. El subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Pablo Piccirilli, dejó el cargo, alegando “razones personales”.
Piccirilli se convirtió en una persona clave y estuvo presente en el remate del primer lote de soja en la Bolsa de Comercio de Rosario. En ese momento, el presidente de la entidad, Miguel Simioni, resaltó su presencia como una señal del interés del gobierno en la hidrovía.
Casi el mismo día que se conocía la renuncia del Subsecretario (que asumió 45 días antes), otro paso importante sobre el futuro de la vía troncal se oficializaba: el gobierno le entregó nuevamente a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) el edificio en el que tenía que funcionar el Ente de Control de la Vía Navegable (Ecovina).
El Ente iba a ser el espacio (creado en el gobierno anterior) encargado de llevar adelante la licitación. Allí se reunirían representantes del gobierno nacional y las provincias litoraleñas de la Hidrovía. Sin embargo, nunca logró funcionar plenamente, y la movida edilicia demuestra que para el actual gobierno el Ecovina no será un actor relevante.