Tras el bautismo en el Puerto de Buenos Aires, la nueva unidad ya permite transferir granos directamente a buques oceánicos sin que tengan que navegar aguas arriba para amarrar. Es clave para reducir tiempos y costos logísticos en el sistema agroexportador.
La barcaza Grisel N inició sus operaciones como estación flotante de carga de granos en la Zona Alfa del Río de la Plata, marcando un nuevo hito en la logística agroexportadora argentina.
Diseñada para completar bodegas de buques de ultramar sin necesidad de amarre en puerto, esta unidad construida íntegramente en el país busca optimizar tiempos de carga, reducir costos y mejorar la competitividad del sector.
El régimen operativo de Grisel N apunta a integrar de forma más eficiente la hidrovía Paraguay-Paraná con los puertos de aguas profundas del Atlántico, reduciendo el llamado “falso flete”, que encarece las exportaciones.
Con una eslora de 177 metros y una manga de 32, la Grisel N opera con un descargador neumático Combiflexiport CF-1000, fabricado por la empresa alemana Neuero, capaz de transferir hasta 1.000 metros cúbicos por hora.
El sistema se desplaza sobre rieles para succionar el grano almacenado en las cinco bodegas de la barcaza y transferirlo directamente a buques oceánicos, sin recurrir a infraestructura portuaria adicional. Los granos provenientes del Gran Rosario son transbordados en la zona de espera frente a Montevideo.
Así se evita que los buques internacionales deban navegar aguas arriba para completar bodegas. Este mecanismo permite ampliar hasta en 17.500 toneladas la carga por embarcación, según explicó Horacio Navarro, presidente del Grupo Servicios Marítimos: “Es un impacto altísimo para la competitividad argentina”.
La puesta en marcha de la unidad requirió la coordinación entre actores del sector naval, puertos, prácticos del Río de la Plata y autoridades regulatorias. El proyecto fue ejecutado por el Astillero SPI, en Mar del Plata, consolidando una experiencia industrial nacional que combinó ingeniería naval, gestión logística y construcción especializada en tiempo récord.
El bautismo de Grisel N en el Puerto de Buenos Aires
El bautismo de la barcaza se realizó en la dársena E del Puerto de Buenos Aires con presencia de autoridades nacionales, entre ellas la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien fue nombrada madrina de la unidad.
En la ceremonia, también participaron miembros de la Prefectura Naval y representantes del ámbito portuario y naval, quienes destacaron el carácter innovador del proyecto.
La Grisel N operará 11 meses al año con una dotación de entre 13 y 15 tripulantes, con jornadas de trabajo intensivo para aprovechar las ventanas climáticas y los flujos comerciales del corredor fluvial.

Su régimen operativo apunta a integrar de forma más eficiente la hidrovía Paraguay-Paraná con los puertos de aguas profundas del Atlántico, reduciendo el llamado “falso flete”, que encarece las exportaciones.
Desde el punto de vista técnico, la unidad está preparada para trabajar en condiciones marítimas diversas y adaptarse a distintos tipos de barcazas. Su diseño contempla normas de seguridad y maniobrabilidad específicas, en línea con los requerimientos de navegación de la zona de fondeo internacional, frente a Uruguay.
Desde el Grupo Servicios Marítimos remarcaron que el objetivo central del proyecto es mejorar la eficiencia del comercio exterior agroindustrial. “No es una solución aislada, sino parte de una estrategia para modernizar el transporte fluvial”, sostuvo Navarro, quien también subrayó que se buscará replicar este modelo con futuras unidades.
El inicio de operaciones de la Grisel N introduce un elemento estructural en el sistema agroexportador argentino, en un contexto en el que las condiciones de navegabilidad, los costos logísticos y la necesidad de innovación son factores cada vez más determinantes. Su desempeño en los próximos meses servirá como termómetro para evaluar nuevas inversiones en infraestructura flotante.