La Comisión Nacional de Energía Atómica pasa de la Jefatura de Gabinete a la nueva área del ministerio de Luis Caputo. La conduce el presidente de la estatal que produce insumos para la generación en las centrales eléctricas.
El gobierno creó la Secretaría de Asuntos Nucleares dentro del Ministerio de Economía y marca un cambio estructural en la organización de la política nuclear del país, también con el traspaso de la CNEA a esa cartera.
La medida fue formalizada a través del Decreto 866, que dispuso ajustes en distintas áreas del Estado y asignó nuevas responsabilidades al ministerio que conduce Luis Caputo.
Con esta decisión, el Gobierno busca centralizar la conducción política del área en un organismo específico, algo que no se veía desde mediados de la década pasada. El funcionario designado para dirigir la nueva Secretaría es Federico Ramos Napoli, actual presidente de la estatal Dioxitek, dedicada a la producción de dióxido de uranio y otros insumos esenciales para la generación nuclear de electricidad.
Además de asumir la supervisión directa de la CNEA, la Secretaría contará con dos áreas internas.
Su nombramiento lo ubica como la figura encargada de coordinar la estrategia nuclear nacional, un rol que hasta ahora se ejercía desde espacios de menor jerarquía administrativa. La continuidad de su gestión en Dioxitek será definida posteriormente, de acuerdo al medio Econojournal.
Además, la normativa oficial establece explícitamente la transferencia de la Comisión Nacional de Energía Atómica al Ministerio de Economía.
En el texto se indica que la CNEA pasa a depender de esa cartera “a los fines de garantizar una conducción unificada de la política nuclear” y bajo el “control tutelar” de la nueva Secretaría.
Este movimiento altera una estructura que venía operando bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete desde la última reconfiguración institucional.
La nueva secretaría: política nuclear centralizada
Además de asumir la supervisión directa de la CNEA, la Secretaría contará con dos áreas internas: la Subsecretaría de Aplicaciones de Tecnología Nuclear y la Subsecretaría de Políticas Nucleares.
Ambas unidades estarán orientadas a integrar la planificación técnica y la definición de lineamientos estratégicos, lo que permitirá delimitar mejor las competencias entre los organismos estatales vinculados al sector.
El alcance de la nueva dependencia incluye también la participación en la política minera, especialmente en lo relacionado con minerales críticos para la industria nuclear. El decreto señala que intervendrá en coordinación con la Secretaría de Minería, con especial atención en “tierras raras y uranio”.

De este modo, la agenda nuclear se conectará con debates más amplios sobre abastecimiento, insumos estratégicos y capacidades productivas locales.
La decisión se produce un año después de que el Ejecutivo anunciara el llamado “Plan Nuclear Argentino”, un esquema de trabajo asignado inicialmente al asesor Demian Reidel, hoy presidente de Nucleoeléctrica Argentina. Sin embargo, ese plan nunca tomó forma normativa y tampoco fue reglamentado el Consejo Nuclear que en ese momento se había mencionado.
Durante la administración de Mauricio Macri existió una Subsecretaría de Energía Nuclear, luego discontinuada por el gobierno de Alberto Fernández.
La reintroducción de un organismo con jerarquía superior sugiere una intención de restablecer una conducción centralizada sobre proyectos y desarrollos en curso.
¿Quién es Ramos Napoli?
La figura de Ramos Napoli adquiere relevancia debido a su rol previo en Dioxitek, empresa que fabrica insumos esenciales para las centrales nucleares del país, como el dióxido de uranio utilizado en la producción de pastillas combustibles.
Su gestión reciente incluyó la resolución de deudas con proveedores internacionales y la reorganización operativa de la planta ubicada en Córdoba, además de estudios para diversificar la oferta mediante la posible producción de hexafluoruro de uranio.
El nuevo secretario es abogado especializado en derecho administrativo y corporativo, y en su paso por Dioxitek impulsó iniciativas para asegurar el funcionamiento continuo de la planta y explorar alternativas comerciales.
En particular, la empresa analizó la factibilidad de ingresar al mercado internacional de compuestos utilizados para el enriquecimiento de uranio, un segmento que no forma parte de la demanda doméstica, dado que las centrales argentinas operan con uranio natural y agua pesada.


