Se trata de una serie de recomendaciones más o menos conocidas, dirigidas a comercios y proveedores de servicios. Se concentra en cuatro áreas clave: iluminación, climatización, equipamiento y potencia contratada.
El Ministerio de Economía y la Secretaría de Energía ublicaron una exhaustiva lista de medidas para optimizar el consumo energético en diversas actividades y servicios mientras se sigue esperando un aumento en las tarifas que mes a mes se difiere total o parcfialmente.
El documento se enmarca la declaración de emergencia energética que está vigente hasta el 31 de diciembre de 2024 con el objetivo de estabilizar el sistema.
La «Guía Comercial y Servicios: Buenas prácticas para reducir el consumo de energía», apunta a que los usuarios bajen sus costos operativos y contribuyan así a la sostenibilidad ambiental.
Esta suerte de manual proporciona recomendaciones detalladas para la gestión de la iluminación, la climatización y el equipamiento, elementos cruciales para reducir el consumo de energía y los costos asociados.
La climatización, según la guía del Gobierno, puede representar hasta el 50% del consumo energético de un edificio.
En ese aspecto se considera prudente asignar a una persona responsable de verificar que no queden luces encendidas innecesariamente al final de la jornada laboral.
Iluminación y consumo energético
Uno de los principales focos de la guía es la iluminación, un área que puede representar hasta el 40% del consumo eléctrico de un comercio u oficina.
Además, recomienda instalar sensores de presencia que activan las luces solo cuando detectan movimiento, y las apagan según un tiempo programado.
También alienta el uso de fotocélulas que permitan el apagado automático cuando la luz natural es suficiente y colocar temporizadores para controlar el encendido y apagado de las luces según horarios predefinidos.
De acuerdo a la guía, estas medidas pueden significar ahorros energéticos de entre el 10% y el 30%.
Además, recomiendan evaluar el nivel de iluminación, realizar mantenimientos periódicos y considerar automatizaciones adicionales para optimizar el uso de la luz.
Climatización
La climatización es otra área crítica, ya que puede representar hasta el 50% del consumo energético de un inmueble.
Para mejorar el consumo en este aspecto se recomienda establecer niveles de temperatura adecuados y designar responsables para su cumplimiento, así como limitar el uso de estufas eléctricas.
Es importante cerrar ventanas al usar aire acondicionado y definir claramente cuándo es conveniente abrirlas.
Asimismo, se deben reparar filtraciones y limpiar equipos de manera regular.
Implementar estas medidas -indica la guía- puede resultar en ahorros de energía del 5% al 15% en calefacción, y del 2% al 5% en climatización.
Equipamiento y potencia contratada
El equipamiento utilizado en oficinas y comercios, como equipos informáticos, máquinas expendedoras y artefactos de cocina, también ofrece oportunidades para mejorar la eficiencia energética.
Para ello se deben apagar los aparatos eléctricos al final de la jornada o cuando no se utilicen por periodos prolongados.
Se instruye también a usar el modo ahorro en los equipos que cuenten con esta función o instalar temporizadores para programar su funcionamiento según horarios definidos.
También es recomendable reemplazar equipos poco eficientes y evaluar la posibilidad de cambiar a tecnología con funciones de ahorro de energía.
La guía señala que el uso eficiente de estos equipos puede llevar a ahorros del 2% al 30% del consumo total de energía.
Finalmente, el manual del Gobierno aborda la gestión de la potencia contratada con las distribuidoras de energía.
Mantenerla a niveles cercanos a la potencia adquirida puede generar ahorros económicos significativos. Las medidas recomendadas incluyen: evaluar el potencial de ahorro considerando datos de consumo de los últimos 3 a 5 años.
También se incentiva el análisis de la demanda de consumo y la gestión con la distribuidora para solicitar la disminución de la capacidad de suministro.
Por último, se recomienda llevar adelante una evaluación por parte de la distribuidora.