En medio de la Emergencia Ferroviaria declarada a comienzos de año, el Gobierno nacional avanza en un plan integral para “poner en valor” el sistema ferroviario argentino y, a mediano plazo, abrirlo a la inversión privada.
La iniciativa, que combina un fuerte paquete de obras con una reestructuración interna en Trenes Argentinos, tiene como objetivo final transformar la actual operación estatal en un esquema de concesiones por corredor.
La propuesta oficial, inspirada en modelos aplicados en Europa, prevé la apertura progresiva al mercado de las cinco líneas que actualmente administra SOF S.A. (ex SOFSE): Roca, Mitre, Sarmiento, San Martín y Belgrano Sur. A ellas se sumarán servicios regionales y de larga distancia.
El diseño contempla separar la gestión de infraestructura de la operación comercial. Por un lado, una empresa privada administrará y mantendrá las vías, estaciones y puentes, cobrando un peaje por derecho de paso a los operadores de trenes. Por otro, otro concesionario se encargará de talleres y mantenimiento del material rodante.
Fuentes de la Secretaría de Transporte sostienen que este esquema “permite optimizar inversiones, reducir costos y garantizar estándares técnicos uniformes, sin importar qué empresa preste el servicio de pasajeros”.
El diseño contempla separar la gestión de infraestructura de la operación comercial.
Las autoridades de Trenes están impulsando también, un proceso de eficientización de los recursos comerciales de la empresa. Tal es así que en el último mes se están analizando los contratos de concesión en estaciones y el aprovechamiento de los locales comerciales.
Un sistema que arrastra décadas de atraso
El Gobierno nacional lanzará un ambicioso plan de inversiones por más de $52.798 millones para modernizar la red ferroviaria.
La medida se produce tras concluir que, en su estado actual, la empresa “no es rentable para el sector privado” y que una concesión no tendría interesados en las condiciones presentes.

La radiografía que maneja el Ejecutivo es alarmante: gran parte de la red opera con infraestructura obsoleta, señalamiento con más de 100 años de antigüedad y ramales sin mantenimiento mayor desde hace décadas. En ese marco, el Gobierno inició la ejecución de obras esenciales:
- Renovación de 40 kilómetros de vías en la línea Mitre y 18 en la línea Roca, tramos que no recibían mejoras desde hace 40 y 55 años, respectivamente.
- Implementación del sistema de frenado automático ATS en las líneas San Martín, Sarmiento y Mitre.
- Compra de material rodante y repuestos, luego de nueve años sin adquisiciones.
En el Ejecutivo admiten que este desembolso no solo apunta a mejorar la seguridad y frecuencia del servicio, sino también a elevar su atractivo ante el capital privado. “No se puede ofrecer al mercado un ferrocarril roto y deficitario”, reconoció un alto funcionario.
El frente financiero explica la urgencia de las reformas: los trenes de pasajeros tienen ingresos proyectados por 83.801 millones de pesos, pero gastos operativos por 1.062 billones, con un déficit que supera ampliamente los 950 mil millones.
El 74,3% del gasto corresponde a salarios, con una dotación que —al momento del cálculo— ascendía a 23.271 empleados. La tarifa cubre apenas el 7,8% del costo real del servicio, mientras que el 92% restante se sostiene con subsidios estatales.
En paralelo a las obras, Trenes Argentinos inició una profunda reestructuración interna. La operadora pasó de cuatro gerencias generales a dos, eliminó la Jefatura de Gabinete y redujo su planta de personal a 20.779 trabajadores, más de 3.000 menos que en diciembre pasado.

Asimismo, las dos empresas estatales del sector (SOFSE y ADIFSE) fueron transformadas en sociedades anónimas. Este cambio jurídico habilita mayor flexibilidad operativa y prepara a ambas firmas para un eventual proceso de privatización.
La hoja de ruta
El Gobierno no oculta su meta final: conceder a operadores privados un sistema ferroviario más eficiente, con menor dependencia de subsidios y estándares técnicos compatibles con los de países desarrollados. “Primero hay que ponerlo en condiciones, después sí abrirlo al capital privado”, repiten en despachos oficiales.
En los próximos meses, se espera que avancen las licitaciones de Intercargo, Corredores Viales, AYSA y las acciones de Enarsa, mientras que el ferrocarril continuará en su fase de inversión y reestructuración para llegar al mercado en mejores condiciones.